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- 30.12.2014
El dilema del kirchnerismo en la Ciudad de Buenos Aires
El kirchnerismo se enfrenta a la necesidad de definir rápidamente un candidato o candidata a jefe de gobierno en la ciudad de Buenos Aires. Como comentaba Nicolás Lantos en el Página 12 del domingo los tiempos se aceleraron por la decisión de Mauricio Macri que comentamos en la columna pasada de adelantar las elecciones en la ciudad y el kirchnerismo no tiene aún un candidato puesto.
El kirchnerismo se enfrenta a la necesidad de definir rápidamente un candidato o candidata a jefe de gobierno en la ciudad de Buenos Aires. Como comentaba Nicolás Lantos en el Página 12 del domingo (aquí) los tiempos se aceleraron por la decisión de Mauricio Macri que comentamos en la columna pasada de adelantar las elecciones en la ciudad y el kirchnerismo no tiene aún un candidato puesto.
Vamos con algunos puntos. Para empezar, esta elección será novedosa ya que por primera vez en varios ciclos electorales Daniel Filmus no será la principal figura. Daniel Filmus fue candidato a jefe de gobierno en 2007 y 2011 y fue, además, electo senador por este distrito en 2007. La dominancia de Filmus resalta los claroscuros del kirchnerismo en el ciclo que va desde la destitución del gobierno de Aníbal Ibarra en 2006 hasta hoy. Por un lado, Daniel Filmus, una figura prestigiosa y un miembro de peso en el primer gabinete de Néstor Kirchner, encabezó las listas en virtud de que ningún otro candidato de la ciudad logró nunca tener su intención de voto; sin embargo, Daniel Filmus nunca quiso (o no pudo) convertirse en el líder indiscutido del territorio, sobre todo porque Daniel Filmus el peronismo de la ciudad nunca lo vio como tal.
Las últimas elecciones del kirchnerismo en la ciudad dejaron a tanta gente contenta como enojada. Desde que el juicio político que destituyó a Aníbal Ibarra abrió el camino para el ascenso del PRO, el kirchnerismo de la ciudad vive como una frustración su imposibilidad de acompañar los ciclos triunfantes en las elecciones ejecutivas nacionales de 2007 y 2011; Daniel Filmus ha quedado a veces identificado con esa falta de victorias. Sin embargo, lo que algunos análisis ignoran es que la construcción electoral del kirchnerismo en la CABA ha sido más progresiva de lo que se cree: en un distrito históricamente muy adverso al peronismo y aquel en que se dieron los mayores cacerolazos de oposición al gobierno nacional ya desde 2008, el voto kirchnerista ha ido en aumento. (Seguramente la presencia de Filmus tuvo que ver con este crecimiento.) En 2007 el FPV sacó en la elección para diputados de la CABA de 2007 un 12,74 por ciento y en 2009 un 11,74 por ciento; sin embargo, en 2011 la lista de diputados del FPV obtuvo el 29 por ciento y fue la más votada del distrito, y en 2013 (en medio de lo que fue un mal año para el FPV) sin embargo logró retener el 21 por ciento de los votos. Además, el kirchnerismo es la segunda bancada en importancia en la legislatura porteña. Este estado de cosas no es un mal punto de inicio para construir a futuro; la cuestión es cómo consolidar lo conseguido.
Y aquí deja de estar clara la cosa. La dispersión de los nombres que están en danza (están anotados hasta ahora como precandidatos a Jefe de Gobierno Juan Cabandié, Gabriela Cerruti, Carlos Heller, Juan Carlos Dante Gullo, Gabriel Fuks y María José Lubertino; se rumorea además que podrían competir “sorpresas” como Jorge Taiana, Mariano Recalde o inclusive Sergio Berni) muestra el problema central del distrito, que ya mencionamos: la falta de un liderazgo claro que sintetice y contenga las tres sub-identidades que componen al kirchnerismo en la ciudad.
El kirchnerismo se compone básicamente de tres elementos: un sector peronista no kirchnerista, que sin embargo acepta el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner (ya sea porque sus dirigentes comparten algunas líneas de su gobierno y/o porque saben que romper con este liderazgo es altamente riesgoso); un sector kirchnerista no peronista (lo que Lantos menciona en su artículo como “el ala progresista del kirchnerismo) o sea, “llegados” al kirchnerismo desde identidades como Nuevo Encuentro, Frepaso, algunas corrientes del socialismo y otros, y el kirchnerismo peronista (o sea, los militantes de corrientes como La Cámpora que se acercaron al peronismo convocados por el carisma de Néstor y Cristina Kirchner). En todos los distritos del país existen estas tres sub-identidades; en todos los distritos abundan enfrentamientos, rencores y peleas entre ellas; sin embargo, en la CABA se da la situación casi única de que no existe un liderazgo territorial personal fuerte y orgánico del distrito que ordene este mapa. Digo “orgánico del distrito” porque la CABA tiene la característica inusual de que sus candidaturas han sido decididas directamente por el presidente o la presidenta; sin ir más lejos, en el 2011 fue Cristina Fernández de Kirchner quien se inclinó por Daniel Filmus y no fue necesaria una elección interna.
De hecho, los nombres de los hasta ahora candidatos y candidatas nos refieren casi perfectamente a estas tres divisiones internas: Dante Gullo es un histórico peronista, que se sumó al kirchnerismo por convicción, sin duda, pero que viene de una historia propia; Heller, Cerruti y Lubertino son kirchneristas no peronistas, y Cabandié es un dirigente de La Cámpora.
Si la respuesta a este dilema no es un liderazgo personal que decida “quién va arriba en la lista”, existe sin duda la solución institucional y procedimental de utilizar para esto las PASO. Sin duda, esto sería un evento positivo en la institucionalización de la identidad kirchnerista en la ciudad de Buenos Aires.
Vamos con algunos puntos. Para empezar, esta elección será novedosa ya que por primera vez en varios ciclos electorales Daniel Filmus no será la principal figura. Daniel Filmus fue candidato a jefe de gobierno en 2007 y 2011 y fue, además, electo senador por este distrito en 2007. La dominancia de Filmus resalta los claroscuros del kirchnerismo en el ciclo que va desde la destitución del gobierno de Aníbal Ibarra en 2006 hasta hoy. Por un lado, Daniel Filmus, una figura prestigiosa y un miembro de peso en el primer gabinete de Néstor Kirchner, encabezó las listas en virtud de que ningún otro candidato de la ciudad logró nunca tener su intención de voto; sin embargo, Daniel Filmus nunca quiso (o no pudo) convertirse en el líder indiscutido del territorio, sobre todo porque Daniel Filmus el peronismo de la ciudad nunca lo vio como tal.
Las últimas elecciones del kirchnerismo en la ciudad dejaron a tanta gente contenta como enojada. Desde que el juicio político que destituyó a Aníbal Ibarra abrió el camino para el ascenso del PRO, el kirchnerismo de la ciudad vive como una frustración su imposibilidad de acompañar los ciclos triunfantes en las elecciones ejecutivas nacionales de 2007 y 2011; Daniel Filmus ha quedado a veces identificado con esa falta de victorias. Sin embargo, lo que algunos análisis ignoran es que la construcción electoral del kirchnerismo en la CABA ha sido más progresiva de lo que se cree: en un distrito históricamente muy adverso al peronismo y aquel en que se dieron los mayores cacerolazos de oposición al gobierno nacional ya desde 2008, el voto kirchnerista ha ido en aumento. (Seguramente la presencia de Filmus tuvo que ver con este crecimiento.) En 2007 el FPV sacó en la elección para diputados de la CABA de 2007 un 12,74 por ciento y en 2009 un 11,74 por ciento; sin embargo, en 2011 la lista de diputados del FPV obtuvo el 29 por ciento y fue la más votada del distrito, y en 2013 (en medio de lo que fue un mal año para el FPV) sin embargo logró retener el 21 por ciento de los votos. Además, el kirchnerismo es la segunda bancada en importancia en la legislatura porteña. Este estado de cosas no es un mal punto de inicio para construir a futuro; la cuestión es cómo consolidar lo conseguido.
Y aquí deja de estar clara la cosa. La dispersión de los nombres que están en danza (están anotados hasta ahora como precandidatos a Jefe de Gobierno Juan Cabandié, Gabriela Cerruti, Carlos Heller, Juan Carlos Dante Gullo, Gabriel Fuks y María José Lubertino; se rumorea además que podrían competir “sorpresas” como Jorge Taiana, Mariano Recalde o inclusive Sergio Berni) muestra el problema central del distrito, que ya mencionamos: la falta de un liderazgo claro que sintetice y contenga las tres sub-identidades que componen al kirchnerismo en la ciudad.
El kirchnerismo se compone básicamente de tres elementos: un sector peronista no kirchnerista, que sin embargo acepta el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner (ya sea porque sus dirigentes comparten algunas líneas de su gobierno y/o porque saben que romper con este liderazgo es altamente riesgoso); un sector kirchnerista no peronista (lo que Lantos menciona en su artículo como “el ala progresista del kirchnerismo) o sea, “llegados” al kirchnerismo desde identidades como Nuevo Encuentro, Frepaso, algunas corrientes del socialismo y otros, y el kirchnerismo peronista (o sea, los militantes de corrientes como La Cámpora que se acercaron al peronismo convocados por el carisma de Néstor y Cristina Kirchner). En todos los distritos del país existen estas tres sub-identidades; en todos los distritos abundan enfrentamientos, rencores y peleas entre ellas; sin embargo, en la CABA se da la situación casi única de que no existe un liderazgo territorial personal fuerte y orgánico del distrito que ordene este mapa. Digo “orgánico del distrito” porque la CABA tiene la característica inusual de que sus candidaturas han sido decididas directamente por el presidente o la presidenta; sin ir más lejos, en el 2011 fue Cristina Fernández de Kirchner quien se inclinó por Daniel Filmus y no fue necesaria una elección interna.
De hecho, los nombres de los hasta ahora candidatos y candidatas nos refieren casi perfectamente a estas tres divisiones internas: Dante Gullo es un histórico peronista, que se sumó al kirchnerismo por convicción, sin duda, pero que viene de una historia propia; Heller, Cerruti y Lubertino son kirchneristas no peronistas, y Cabandié es un dirigente de La Cámpora.
Si la respuesta a este dilema no es un liderazgo personal que decida “quién va arriba en la lista”, existe sin duda la solución institucional y procedimental de utilizar para esto las PASO. Sin duda, esto sería un evento positivo en la institucionalización de la identidad kirchnerista en la ciudad de Buenos Aires.
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