Macri se desdobla para ganar

Hace pocos días Mauricio Macri anunció la fecha y la modalidad de las próximas elecciones a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Macri anunció que las elecciones se realizarán escalonadamente: las PASO de la ciudad el 26 de abril, la primera vuelta el 5 de julio y la segunda vuelta (en caso de ser un ballotage necesario) el 19 de julio

Hace pocos días Mauricio Macri anunció la fecha y la modalidad de las próximas elecciones a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Macri anunció que las elecciones se realizarán escalonadamente: las PASO de la ciudad el 26 de abril, la primera vuelta el 5 de julio y la segunda vuelta (en caso de ser un ballotage necesario) el 19 de julio. También dejó establecido que las mismas se realizarán con la modalidad de boleta única y voto electrónico.

Así, la ciudad de Buenos Aires se suma a otro conjunto de distritos que optaron por adelantar sus elecciones. Neuquén, Córdoba, Santa Fé y la CABA, entre otras, optaron por elegir sus gobernadores antes de las elecciones presidenciales, mientras que otras provincias unificarán sus elecciones con las nacionales.

La explicación para estas modalidades es sencilla. Salvo algunos casos, como Corrientes o Santiago del Estero, en las que el uso de fecha divergente tiene que ver con otras cuestiones, en general la fijación del día eleccionario se hace por un puro cálculo político. (En Estados Unidos, a esto se le llama “coattail effect”, o efecto de la cola de la chaqueta: la imagen quiere implicar que los candidatos presidenciales “van agarrados” del faldón de la chaqueta del candidato a presidente para ganar votos.) Es una pura cuestión de incentivos y cálculo racional. Si el gobernador o gobernadora (que es, en general, el que decide cuándo llamar a elecciones) piensa que le conviene que su candidato “vaya pegado” a un candidato nacional a presidente porque así sumará votos, va a llamar a elecciones en una única fecha. Si, por el contrario, el gobernador no tiene un candidato nacional poderoso que aporte votos al candidato provincial, va a desacoplar las fechas eleccionarias. También puede tratarse de un cálculo que tenga en cuenta el “inverse coattail effect”: si el candidato a gobernador es más popular que el candidato nacional, el partido puede decir pegar las elecciones para sumar votos a presidente. (Así, vemos que las provincias gobernadas por el FPV tienden a realizar las elecciones el mismo días que las nacionales, para maximizar la traslación de votos entre candidatos presidenciales y candidatos provinciales.) O, inversamente, si el candidato provincial es más popular que el candidato a presidente por su mismo partido, puede ser que no quieran amenazar la victoria provincial y por eso desacoplen las elecciones. (Los candidatos provinciales de la UCR están tratando de desacoplarse de sus candidatos nacionales a pasos agigantados ahora mismo.)

La decisión de Mauricio Macri de no pegar las elecciones de la CABA a las nacionales parecería indicar, por un lado, que se siente más que seguro que ninguno de los posibles candidatos del PRO necesitan el aporte de votos que podría darles la presencia en la misma boleta de Macri, candidato a presidente. Vale decir: la decisión de Macri denota que el PRO está muy confiado de que tanto Gabriela Michetti como Horacio Larreta ganarán la elección a jefe de gobierno de la CABA sin el empuje que podría darle Macri. Si así no fuera y el PRO pensara que corre riesgo la gobernabilidad de su principal distrito, seguramente unificaría las elecciones con las nacionales.

Por otra parte, es evidente que Macri quiere presentar las que imagina como seguras y contundentes victorias en las PASO de la Ciudad y en las elecciones a jefe de gobierno como antecedentes que fortalezcan su propio papel en las PASO nacionales (que serán en agosto) y de las elecciones presidenciales de octubre. ¿Qué mejor manera de convencer a los aliados provinciales de la presidencialidad  de Mauricio Macri que presentar buenos resultados en la CABA en los meses anteriores? ¿Qué mejor manera de acobardar a Sergio Massa que mostrar que no pudo articular una opción competitiva en el cuarto distrito del país?

Un último comentario: las elecciones en CABA resultarán un buen examen para determinar hasta qué punto el Frente para la Victoria decide confrontar o no con el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Si, como se dice habitualmente, Cristina Fernández de Kirchner prefiere a Mauricio Macri a Sergio Massa como contendiente del FPV en octubre, sería esperable una campaña de relativa baja agresividad, como estamos viendo hasta ahora.

Por otra parte, si Mauricio Macri no está en la boleta, es esperable que una victoria del PRO tenga número un tanto más ajustados. Para el FPV las elecciones porteñas del año que viene crearán la oportunidad, aún perdiendo, de consolidar las ganancias que hizo en una ciudad que le fue históricamente hostil y en la que, sin embargo, el FPV es hoy la única fuerza opositora con armado institucional realmente existente.  


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