OPINIÓN

"La guerrita de los bondis", por Werner Pertot

El gobierno de Milei le tiró por la cabeza a Jorge Macri las líneas de colectivo que circulan por la Ciudad. El Gobierno porteño le recordó que no se concretó la transferencia.

Hace algunas semanas, parecía que el Gobierno nacional y el porteño habían alcanzado un entendimiento por la coparticipación que la Corte Suprema ordenó que se aumente. Pero el dinero nunca llegó, recrudeció la interna entre los Macri y Javier Milei, y la semana que pasó vino con un escarmiento. De la nada y sin una negociación previa, desde la secretaría de Transporte nacional anunciaron que desde septiembre dejan de subsidiar los colectivos porteños –es decir, las 31 líneas que empiezan y terminan su recorrido en la Ciudad- y le trasladan la responsabilidad sin decir “agua va” a Jorge Macri, que de la noche a la mañana tendrá que hacerse cargo de una factura de nada menos que 14 mil millones de pesos. Caso contrario, esos viajes pasarán a costar 1400 pesos o más. Desde el Gobierno porteño rechazaron el convite y recordaron que subsidiar (o no) a los colectivos sigue siendo una facultad del Gobierno nacional.

Retrocedamos unos años en el tiempo. Cuando el ministro de Transporte era Diego Giuliano se inició una difícil negociación con el Gobierno porteño (entonces, en manos de Horacio Rodríguez Larreta) para el traspaso de esas líneas de colectivos. Nunca se pusieron de acuerdo, pero sí hubo cambios en el origen de los subsidios, que hasta ese momento eran pagados cien por ciento por el Gobierno nacional. El Gobierno porteño se fue haciendo cargo de una parte hasta llegar a pagar el 51 por ciento de los subsidios. Nunca se resolvió la transferencia, pero las negociaciones seguían.

Ahora, directamente no hubo negociación. Un buen día, el secretario de Transporte, Franco Mogetta, se levantó y le informó a la población que el Gobierno le quitará desde septiembre los subsidios a las líneas de colectivo que operan en la Ciudad de Buenos Aires. “Desde septiembre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires va a solventar el 100% de las compensaciones y las empresas tienen que tener autonomía y libertad. El Estado nacional no vamos a poner un peso más”, aseguró.

No solo eso: Mogetta informó que CABA “se va a tener que hacer cargo del boleto integrado que es el beneficio que tiene la red SUBE para el pasajero que se baja del medio de transporte y accede al segundo dentro de las dos horas”. Si decide no mantener ese beneficio, se caerá.

En concreto le traslada a la ciudad una cuenta de 14.500 millones de pesos. O la paga o el boleto se irá de acá a dos meses bien arriba de los mil pesos por viaje.

Todo esto no tuvo una conversación previa con las autoridades porteñas, ni mucho menos una negociación. Fue un rayo en un día claro. Y vino justo después de que Mauricio Macri criticara al “entorno” de Milei y le señalara falencias en la gestión. El problema es que presa de esa interna de sectores de derecha quedan presos millones de personas que usan el colectivo todos los días.

La respuesta de Jorge Macri fue que la transferencia nunca se concretó, por lo que la responsabilidad de lo que decidan hacer es toda de Milei. “Las líneas de colectivos que recorren el territorio de la Ciudad de Buenos Aires dependen directamente del Gobierno Nacional. La Secretaría de Transporte de la Nación tiene la autoridad exclusiva y es la responsable de, entre otras cosas fijar las tarifas. Establecer el monto y mecanismo de los subsidios”, fue uno de los párrafos del comunicado en el que le contestaron al Gobierno nacional.

“La Secretaría de Transporte de la Nación tiene la facultad de decidir si mantiene o quita los subsidios, aumentar sus tarifas o cambiar sus recorridos”, planteó. Traducido: si querés sacar todos los subsidios a los porteños, el costo político es todo tuyo. ¿A mí qué me mirás?

También aclaran el recorrido de los subsidios para plantear que Ciudad no recibe diner de Nación por este tema: “La Ciudad ha venido subsidiando al Gobierno Nacional y a sus líneas de transporte público de colectivos. La Ciudad no recibe subsidios por parte de la Nación. Lo reciben directamente las líneas de colectivos a través de la Secretaría de Transporte de la Nación”.

Y por último dicen: “Las transferencias de competencias, como la de la regulación del transporte público de pasajeros, se deben realizar en el marco de lo que establece la Constitución Nacional”. Esto último quiere decir que si les transfieren las líneas tiene que ser CON LOS RECURSOS como marca la Constitución. Si les suena esto, es porque exactamente la misma discusión existió sobre el subte cuando se lo transfirió Cristina Fernández de Kirchner y también sobre la Policía Federal cuando la traspasó Mauricio Macri.

Y este es un tema que, si Milei insiste con lanzarle los colectivos por la cabeza a Jorge Macri, terminará con toda probabilidad en la Corte Suprema.

A la Corte también recurrió en medio de todo esto el Gobierno porteño para informar que no se está cumpliendo el fallo donde ordenaron subir la coparticipación de la Ciudad. Si no hay un acuerdo, es probable que el tribunal tenga que volver a intervenir.

En el medio, por esta serie de decisiones, salieron a castigar a Milei otros dirigentes porteños como Martín Lousteau o Graciela Ocaña. El kirchnerismo tuvo una relación con el electorado porteño que se fue volviendo cada vez más distante hasta ser francamente hostil por momentos. La pregunta es si Milei está empezando a caminar la misma senda con estas decisiones.

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