DESPIDOS EN EL CONICET

Protesta frente al ex Ministerio de Ciencia, 955 investigadores que se quedan sin beca

Desde que asumió la administración de Javier Milei, el Conicet perdió 1600 trabajadores. Denuncian que ya hay científicos que se están yendo al exterior. Las becas, los ingresos a la carrera de investigador y los recursos se achican y se posponen.


Los trabajadores y trabajadoras del Conicet realizaron ayer miércoles una jornada nacional de protesta ante la situación de crisis presupuestaria en el organismo, que incluye casi mil científicas y científicos que a partir de agosto perderán sus becas.
 
A la situación de ajuste se suma que durante lo que va del año no hubo nuevas designaciones. Victoria García, secretaria general de ATE CONICET CABA, aseguró a Tiempo que “Tenemos a 955 compañeros y compañeras que concursaron el año pasado y sus designaciones aún están pendientes.”
 
La jornada nacional incluyó actividades en todo el país y tuvo su epicentro en el Polo Científico Tecnológico del ex Ministerio de Ciencia en el barrio de Palermo.
 
Contrario a lo que sostiene la presidencia del organismo (comandada por Daniel Salamone) y la Jefatura de Gabinete de Ministros, el Conicet se encuentra en una situación de emergencia. Lo marcan los números: la planta de personal en la gestión de La Libertad Avanza se reducirá en al menos 1600 puestos, de los cuales 1168 son despidos. El número se compone de becas posdoctorales que no serán renovadas a partir de agosto, cesantías y concursos no efectivizados.
 
Ayer miércoles vencían más de 900 becas que el Gobierno no planea renovar: 730 doctorales y 200 posdoctorales. A esto se suma que el 30 de septiembre vencen otros 1300 contratos de personal administrativo.
 
Los despidos directos o encubiertos, la asfixia presupuestaria, la reducción drástica del cupo de becas doctorales que ya estaban presupuestadas, el atraso salarial y el congelamiento de los subsidios para financiar insumos (en su mayoría dolarizados) y hacer operativos los equipos necesarios para desarrollar proyectos ponen en jaque el desarrollo nacional, generando el panorama crítico de un organismo en vías de desmantelamiento.
 
De diciembre de 2023 a la fecha, a los 130 trabajadores del personal de gestión cuyos contratos no fueron renovados se suma el recorte del número de becas doctorales y posdoctorales. En febrero comunicaron que se otorgarían 600 becas doctorales. A partir de una “ampliación” presupuestaria, se anunció que el cupo se incrementaría en 240, llegando así a 840, muy por debajo de las 1300 anunciadas en la convocatoria original y de las 1233 que finalizaron en marzo de este año.
 
A estas situaciones se suman otros casos más difíciles de contabilizar, desde las intimaciones a jubilarse que no se reemplazan por nuevas altas hasta las renuncias del personal de gestión que tampoco se sustituyen. La cantidad de becas posdoctorales asignadas este año es de 470; son 330 menos que las 800 prometidas en la convocatoria. Y de los 1233 becarios y becarias doctorales que finalizaron su beca este año, 730 no podrán continuar investigando en el organismo luego de 5 años de trabajar en condiciones de precariedad.
 
Durante la nueva gestión no hubo ningún ingreso a las carreras del investigador científico (CIC) y del personal de apoyo (CPA). Según el último relevamiento, 955 investigadoras/es y profesionales calificados (850 CIC y 105 CPA), que ya habían sido seleccionados por concurso en 2022 y 2023, luego de rigurosas evaluaciones, aún no son efectivizados en sus cargos. Todos son trabajadores científicos altamente especializados y la mayoría tiene doctorados o posdoctorados en el país o el exterior. 
 
De esos 955, al menos 108 (71 CIC y 35 CPA) se encuentran en situación crítica respecto de su inserción laboral, según una encuesta realizada por los colectivos de damnificados. El 18% actualmente está desocupado. El 42% tiene un contrato o beca de otro organismo nacional o internacional que finaliza en los próximos meses. El 17% posee un cargo de docente universitario con dedicación exclusiva y el 23% restante cuenta con un contrato o beca de otro organismo, que finaliza entre 2025 y 2026. Además se agregan 34 personas cuyos concursos se realizaron entre 2020 y 2021, todavía sin efectivización y en muchos casos sin percibir ingreso.
 
Toda esta situación de vaciamiento e inestabilidad del sistema de ciencia y tecnología está haciendo que muchos científicos decidan irse del país. El panorama es aún más sombrío si se contempla la caída del salario real en los últimos meses, que entre noviembre de 2023 y junio de 2024 alcanzó un 26%.
 
El ajuste de Milei avanza sobre situaciones de precariedad laboral que se arrastran desde hace años y que desde ATE siempre denunciamos, como los contratos artículo 9 que hasta diciembre eran de renovación anual, o los becarios para los que históricamente reclamamos su reconocimiento como trabajadores del organismo”, explica a Tiempo Gonzalo Sanz Cerbino, secretario general adjunto de ATE Conicet Capital.


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