CULTURA

La Biblioteca Roffo de Villa del Parque realiza distintas actividades pensadas para toda la familia

La Biblioteca Popular Helena Larroque de Roffo es una institución con más de 100 años en el barrio, cuanta con numerosos libros y está dedicada a la literatura infantil y juvenil.

Dafne Strobino

La Biblioteca Roffo está ubicada en Simbrón 3058, en el barrio de Villa del Parque. Su nombre es en homenaje a la mujer de Ángel Roffo: Helena Larroque de Roffo, quien fuera una científica que estudió con Marie Curie. Realizan muchas actividades abiertas a la comunidad, además de ser una hermosa biblioteca.
 
Nos encontramos con Paula Epstein que entró a la Biblioteca Roffo como voluntaria hace 30 años, se autodefine como bibliotecaria del corazón, cuenta que se fue quedando, haciendo siempre mucho hincapié en lo social y cultural y siente que no eligió este trabajo sino que el trabajo la eligió a ella. Su compañero es bibliotecario, trabaja en la biblioteca hace 10 años y su hijo también colabora con las redes sociales.
 
¿Cómo funciona la Biblioteca Roffo?
 
Funcionamos como Comisión Directiva porque esto es la Asociación Cultural Social y Biblioteca Popular Helena Larroque de Roffo que se sostiene con las cuotas sociales.
Nosotros queremos que los chicos vengan a buscar los libros acá, sacarlos de internet y las pantallas. El espacio infantil y juvenil tratamos de mantenerlo actualizado, porque además tenemos muchas visitas escolares, el año pasado nos visitaron más de 1500 chicos de los niveles inicial, primario y secundario.
Hacemos eventos para recaudar fondos para alguna cosa específica y con lo recaudado compramos las estanterías del espacio infantil, después las pintamos entre todos.
Somos pocos, tenemos colaboradores, pero es un remo constante porque es una infraestructura muy grande para mantener.       
 
¿Reciben donaciones?
 
Recibimos muchas donaciones que clasificamos y vemos que libros quedan y que libros re donamos. Nos quedamos con novelas y libros infantiles que es lo que mueve al grueso de los socios. El otro día trajeron una caja con manuales y la verdad que ya no se usan y menos en Capital porque cambian los textos año a año.
 
¿Qué relación tienen con el hospital Ángel Roffo?  
 
Ahora hay una relación más afectiva porque la biblioteca lleva el nombre de la mujer: Helena Larroque de Roffo fue una científica, estudió con Marie Curie, después sus estudios se vieron interrumpidos porque murió  muy joven. La piedra basal de la asociación se puso en lo que era el predio del hospital, en un momento en el que el cáncer era un tema tabú y fue un poco combatido.
Tiempo después se fusionó con otra asociación, El Talar, luego de un montón de vicisitudes se pudo acceder a este edificio con la ayuda de muchos vecinos, gente que formaba parte del Rotary Club y los que se fueron integrando a la comisión directiva. La asociación tiene más de 100 años de antigüedad.
 
¿Qué otras actividades organizan?
 
Si bien la biblioteca es el corazón de la casa, porque todo pasa por acá, tenemos talleres, cursos, ciclos de conciertos, han venido músicos de la Sinfónica Nacional, hubo jazz.
En algún momento hubo un quiebre, la gente que venía a los conciertos hace un montón de años, por ley natural se fueron muriendo, entonces nos surgía la inquietud de cómo reinventarnos en el mismo momento en que surge el auge de internet, los chicos ya no vienen, cómo volver a captar a los de cuarenta, cincuenta, y se me ocurrió captar gente con cierto gusto afín entonces surgió “Una que sepamos todos”, un homenaje al rock nacional, el primer recital Beatle. Vino gente que decía “Ah! También hay una biblioteca”. Entonces esos padres que tienen chicos en el colegio, empezaron a ver que los libros que en la librería estaban a un número, acá por una cuota muy baja lo encuentran.
Me acerqué a profesores para preguntarles qué libros iban a leer los chicos en el año lectivo. Y pasó que una profesora que había hecho una lista de 30 libros para leer en el año, nosotros teníamos 25 títulos. Esos que faltaban tratamos de conseguirlos.
Nos rearmamos de muchos sentidos, le dimos mucho envión a las visitas escolares que son gratuitas. Este es un espacio para el disfrute, hacemos un seguimiento de autores, armamos actividades en conjunto con las maestras.
Tenemos muestras de arte, han venido ilustradores como Brocha, ese día se llenó el lugar de chicos. Hicimos ciclos de cine de las películas de Miyazaki y del escritor Roald Dahl. Tratamos que la gente sienta a la biblioteca como lugar de referencia.
Para el Mundial organizamos la promo Mundial, ese mes la gente se podía asociar sin cargo, participar del prode con premios de libros. También incorporamos el canje de figuritas sin tener que ir a otro barrio, venían las familias, las mamás con el mate y los chicos cambiaban las figuritas. Eso para mí es todo. Acá pueden venir a hacer la tarea, lograr que este sea un lugar de encuentro, que sea placentero.
 
¿Cómo los trató la pandemia?
 
La pandemia fue un golpazo, fue un shock. No sabíamos qué hacer. Pasados los primeros días empezamos a hacer zooms y probar cosas. Para el día del amigo hicimos algo muy lindo y divertido y a partir de ahí se nos ocurrió hacer zooms con escritores, al ciclo lo llamamos “Merendando en la biblioteca”, con escritores infanto juveniles. También hicimos zooms con escritores para adultos, autores que se prestaron con muy buena onda.
Nuestra vecina que cantaba desde su balcón al principio de la pandemia, hicimos con ella un evento en la vereda, con distancia social. También hicimos actividades para chicos en la vereda, pintura de mates y macetas. Vimos la necesidad que tenía la gente de juntarse como fuera.
Nos pasó que perdimos contacto con algunos adultos mayores, entonces buscamos la manera de comunicarnos porque muchos no usaban celular, solo teléfono de línea. Armamos una lista de difusión y todos los días les mandábamos saludos, juegos de estimulación cognitiva, chistes, lecturas de poesía. Hicimos delivery clandestino, nos encontrábamos en una esquina como Cuenca y Nogoyá a una hora determinada con la bolsa de los mandados, era muy gracioso.
De a poquito empezamos con el sistema de turnos con los cuidados necesarios, tratando de que la gente se vuelva a animar a volver, se reactivaron los talleres, sostuvimos de todas las formas posibles al espacio.
Unos vecinos hicieron un número de tango en la vereda. La gente del taller de arte que se había quedado sin hacer su muestra anual, la hicieron en la vereda mientras tocaban tango, salió muy lindo.
 
Tienen un hermoso mural en el frente
 
Nos pasaba que mucha gente no sabía que acá había una biblioteca, el frente que era todo blanco, y hace unos 6, 7 años nos pusimos en contacto con un ilustrador que vino, dibujó todo el frente y después con los socios y amigos pintamos con los colores, fue un trabajo comunitario muy especial.
La gente no viene solo por el libro, este es un lugar de encuentro, de compartir, vienen por el abrazo, la charla.
 
¿Reciben algún tipo de subsidio del Estado?
       
Como somos una biblioteca popular, estamos protegidos por la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP). Hace 15 años aproximadamente, existe un programa que se llama Libro por Ciento por el cual las bibliotecas vamos a comprar durante tres días puntuales a la Feria del Libro al 50%, esto es una hermosa movida federal.
Hacemos listados con los socios sobre qué libros comprar. Por ejemplo, si vinieron varios y preguntaron por un libro en particular que vieron en la librería y que tal vez no nos interesaba para tener en la biblioteca, lo compramos igual para conservar al socio, porque total hay 20.000 libros más para elegir. También nos fijamos en los libros que piden en las escuelas. En las redes sociales les preguntamos a los socios sobre sus sugerencias. Hay un criterio de compra, completamos colecciones, libros que no teníamos y que queremos que estén.
También buscamos entre los libros usados en el Parque, sobre todo los que piden en las escuelas. Tratamos de no decir: “No”, sobre todo a los chicos porque con una novela le podes decir a un adulto: “No tengo ese libro, pero tal vez te interese este del mismo autor”. Pero al chico que le piden el libro en el colegio, la mamá va a decir que consiguió el libro en la biblioteca y así tal vez, después vengan más chicos. Es un trabajo de hormiga.
 
¿Desde el Gobierno de la Ciudad reciben algún tipo de subsidio?
 
Hace unos años se aprobó una ley de apoyo a las bibliotecas populares, eso nos permitió tener algo parecido a un sueldo. Todos trabajamos de la misma manera, antes veníamos por un viático y trabajamos con el mismo compromiso, esto nos da cierta tranquilidad.
Hicimos algunos arreglos con fondos provenientes de CONAPIP y el GCBA. Con el tiempo pudimos adquirir las bibliotecas móviles, agrandar el espacio, tener un lugar dedicado a la literatura infantil y juvenil.  
 
¿Qué público visita la Biblioteca?
 
Además de las escuelas del barrio, vienen también de escuelas de Caballito, Flores, Palermo, Lugano que se enteran de la biblioteca porque las supervisoras comentan en las reuniones sobre el trabajo que hacemos acá. Una maestra que llamó una vez nos dijo que le habían hablado de la calidad y la calidez que hay en la biblioteca. Es hermoso que otro logre captar un poquito de todo lo que representa la biblioteca y el esfuerzo que le ponemos.
Si esto se sostiene es porque gente que hoy tiene más de 80 años dio muchísimo de su vida siendo voluntaria, hubo épocas en que se hacían locros, asados, tés culturales que se sostuvieron por esa gente que la luchó. Hay dos familias puntuales que siguen sosteniendo, a través de sus hijos y sobrinos, este lugar. Hay capital humano que no se puede pasar por alto.
 
¿Qué talleres tienen?
 
Tenemos talleres y cursos con valores institucionales. Hay tango, dibujo y pintura, arte infantil, yoga, elongación. Las actividades son todas a la gorra, como cine, música, espectáculos. Tenemos el grupo estable de teatro que hace sus muestras.
Los miércoles voy a leer al Club Racing, no voy como Paula, voy como la Biblioteca Roffo sale al barrio, voy con la remera de la biblioteca y libros para compartir.
Llevamos libros al geriátrico, buscamos libros con tipografía más grande.
Con la escuela de educación especial que tenemos cerca como no hace muchas salidas porque es complicado sacar a los chicos, así que vamos, llevamos libros, hemos proyectado alguna película, llevamos un show de magia, de títeres, de música. 
 
¿Qué trámite hay que hacer para asociarse a la biblioteca?       
 
Pedimos fotocopia de algún servicio y DNI. La cuota mensual ahora es de $500, seguramente después del verano se vaya al doble, con ese monto el beneficio es para el grupo familiar. Los libros se prestan por 15 o 20 días, se van renovando. Tratamos de tener la biblioteca actualizada. Hoy un libro cuesta alrededor de $10.000 y quizás te interesa una novela, que no es el libro para tu vida y por $500 la podés leer.
 
¿Qué proyectos y sueños tienen para el futuro?
 
Tenemos que seguir construyendo desde lo social, tejiendo redes y eso va resultando, me parece. Hay que seguir apostando al lugar de encuentro como refugio. Este espacio está en el barrio, no hay que viajar, conoces gente, te empezás a sentir parte, es un lugar de pertenencia e identidad.
Queremos sostener el ciclo de cine debate. Ampliar la oferta cultural. Tenemos proyectos para hacer funciones de títeres con familias amigas de la biblioteca. Es hermoso ver gente que viene con sus hijos que antes venía con sus abuelos. Por suerte hay un apoyo colectivo de los amigos, de los socios, de los vecinos, eso me parece fundamental.
Un sueño es hacer algo en el parque, como por ejemplo que haya alguna noche de jazz. 
Hace 3 años está en el edificio el espacio ALIJA IBBY (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina), nuclea a todo lo que es literatura infantil y juvenil. Es muy importante porque al tener Argentina esta asociación puede candidatear a autores a premios muy importantes. Gracias a esta asociación tuvimos una muestra internacional de libros inclusivos y accesibles para infancias y adolescencias, esta muestra recorrió el mundo. 
Y como sueño y proyecto es seguir posicionándonos como biblioteca infantil y juvenil.
 
Horarios de la Biblioteca Roffo:
De marzo a diciembre: martes y jueves por la mañana; y lunes, miércoles y viernes por la tarde.
Las escuelas pueden solicitar las visitas en horario a convenir.
 
Contacto
Facebook: Biblioteca Roffo Villa del Parque
Instagram: Biblioteca Roffo




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