- Política
- 07.06.2019
ESTADO AUSENTE
Precarización, hacinamiento y hasta un caso de tuberculosis entre los trabajadores del Cesac 47
Fue inaugurado en 2017 pero “no cuenta con estructura”, denuncia el personal del centro de salud que funciona en la Villa 31. Instalaciones eléctricas inseguras, sin salida de emergencia, con un único matafuego y fallas en las provisiones de agua y luz, entre otros reclamos sin respuesta.
Trabajadores y trabajadoras del Centro de Salud y Acción Comunitaria (Cesac) 47, que funciona en la Villa 31, emitieron un comunicado para denunciar las condiciones de “absoluta precariedad” en las que se desempeñan. Hacinamiento, instalaciones eléctricas inseguras, un único matafuego y fallas en las provisiones de agua y luz forman parte de un extenso listado, que incluye a un trabajador diagnosticado con tuberculosis.
El Cesac 47 funciona dentro de un galpón bajo autopista en la Villa 31, donde también tienen sede diversos organismos estatales. Fue inaugurado en el mes de junio del 2017 y “al momento no cuenta con estructura”, según denuncia el personal.
Entre los aspectos que hacen a la falta de condiciones dignas de trabajo –y que afectan a la atención de los pacientes-, trabajadores y trabajadoras detallaron que la construcción del Cesac “está realizada casi en su totalidad con durlock y cuenta con instalaciones eléctricas inseguras. No cuenta con salida de emergencia, ni planos de evacuación. Existe solamente 1 matafuegos”.
Hay 40 trabajadorxs en 10 consultorios, “de los cuales siete no tienen ningún tipo de ventilación, y los tres restantes cuentan con ventanas insuficientes para garantizar la circulación de aire. La sala de espera tampoco cuenta con ventilación ni con luz natural ya que el Cesac se encuentra debajo de la autopista”.
En relación a la falta de ventilación, expresaron su preocupación ante la reciente notificación de un caso de tuberculosis entre el personal del centro de salud, a raíz de lo cual se van a tomar medidas para evaluar si hay otros casos. “Esto demuestra las condiciones precarias en las que trabajamos diariamente, sin ventilación y en condiciones de hacinamiento, estando en constante exposición a patógenos poniendo en riesgo nuestra salud, la de lxs usuarixs y la de nuestras familias”.
Además, denuncian que la farmacia tiene espacio insuficiente para el acopio de medicación; la disposición y dimensiones de los consultorios de enfermería no permiten el traslado de las camillas ni la correcta atención; el suministro de luz no es continuo (“por lo que sufrimos de cortes eventuales impidiendo el funcionamiento de la cisterna de agua. Dos motivos por los cuales hemos tenido que suspender la atención cerrando el centro de salud”) y aún se aguardan los resultados de la evaluación de la calidad del agua.
A todo esto se suma que el acceso al Cesac es dificultoso, a unas 20 cuadras entre la terminal donde arriban la mayoría de lxs trabajadorxs y el centro de salud. Ventiladores de pie que se trasladan de un consultorio al otro, paneles eléctricos y un aire acondicionado que no alcanzan para todo el espacio, falta de cocina o sala para comer o realizar reuniones se suman a la lista.
“Estás problemáticas se notificaron en reiteradas oportunidades, así como la reincorporación de trabajadorxs despedidos y al momento no obtuvimos respuesta de las autoridades. No queremos trabajar en estas condiciones por años como lo hicieron lxs compañerxs de los CeSAC N°21 y CeSAC N°25. ¡Exigimos condiciones de trabajo dignas y seguras para brindar una atención de salud de calidad!”, plantearon trabajadores y trabajadoras, en un reclamo que no sólo se da en los centros de salud sino también en otros espacios de atención en las villas porteñas.
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