- Política
- 03.01.2019
¿Regalos o mandatos?
Las niñas reciben en su mayoría juguetes para ser más bellas y los nenes para ser más valientes
Los regalos de las niñas son en un 40 % de cuidado para otra persona y un 32 % productos para ser “lindas”. Mientras que los varones reciben en un 30 % regalos relacionados con el deporte y un 26% con el ejercicio de la violencia.
El informe indicó que en lo que refiere a la oferta para niñas, la principal demanda tiene eje en el cuidado: “la oferta de muñecos bebés (con todas sus variantes como accesorio para el baño, ‘aprender a hablar’, mamadera, etc.), seguida de sets de cocina, planchas, fábricas de tortas y helados”. El segudno eje que más se demanda para las niñas son los juguetes asociados a belleza y cuidado personal. Esos constituyen el 32 por ciento de la oferta, que se traduce en sets como “una valijita con productos de peluquería y maquilaje”, o las versiones de muñecas Barbie, como “‘A tu estilo diseñadora de peinados’, ‘Princesa’, ‘Vestido largo’, ‘Hadas mágicas’” con su “mandato estético (que) aparece en las mujeres desde la infancia y se les restringe a los varones”, con lo que queda clausurada para ellos “la posibilidad de desarrollar interés en el área”.
En tanto, el 12 por ciento de la oferta para chicas son juguetes asociados al deporte y un porcentaje idéntico de juegos de ingenio. En el caso de los chicos, el 30 % de la oferta de juguetes está relacionado con los deportes, “principalmente relacionada al fútbol”. En segundo término, con el 26 %, la oferta destaca “juguetes asociados a la violencia, fundamentalmente pistolas”, con lo que las investigadoras alertan porque "el vínculo entre el estereotipo de masculinidad y el ejercicio de la violencia aparece con total claridad”. En tercer término, el 19 por ciento de los juguetes ofrecidos para chicos son autos y accesorios y el 9 por ciento, juegos de ingenio.
Otro detalle tiene que ver con que los comerciantes mantienen en la infancia lo que las adultas sufren: “impuesto rosa”. Se trata de un plus que distintas industrias masivas aplican a productos publicitados como para mujeres aun cuando sean idénticos a los producidos para públicos masculinos. Así, las investigadoras arribaron a la conclusión de que aún hay “mandatos de género en los productos ofrecidos por el mercado para niñas y niños”. “Cuestionar los estereotipos es también cuestionar la desigualdad económica y otro tipo de problemáticas sociales sumamente relevantes como la violencia hacia las mujeres y su cosificación”, advierten las autoras, que señalan el rol de “madres cuidadoras como principal mandato en los juguetes desde la niñez”.
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