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- 06.12.2018
CIUDAD
Código Urbanístico: el plan del PRO para aumentar de 3 a 6 millones los habitantes en CABA
Buscan que parte de las personas que ingresan todos los días a Capital se muden de forma definitiva. Lo harán a través de la sanción de los nuevos códigos Urbanístico y Edilicio. Vecinos y organizaciones denuncian que habrá colapso en los servicios públicos y el avance de un gran negocio inmobiliario.
Por Ayelén Bonino.
Como jefe de Gobierno, Mauricio Macri fue el primero en plantear la idea de aumentar la cantidad de habitantes en Capital Federal. "La Ciudad debería duplicar su población. Debería tener seis millones para evitar que ingresen tres millones de personas todos los días", detallaba en 2013, pese a que ya por esos años los servicios públicos se encontraban al borde del colapso. Finalmente, Horacio Rodríguez Larreta dará rienda suelta al viejo anhelo del PRO. Será a través de la sanción de los nuevos Códigos Urbanísticos y de Edificación, normas que establecen cuánto y con qué criterios se debe construir en CABA y que, de ser aprobadas, derivarán en un aumento de los metros cuadrados en los que se podrán hacer obras edilicias y en un gran negocio para los desarrolladores inmobiliarios.
"Necesitamos una ciudad más sustentable y que la gente pueda trabajar donde vive", aseguró en marzo de este año el ministro de Desarrollo Urbano y Transporte porteño, Franco Moccia, al presentar el proyecto en la Legislatura. El funcionario aseveró que esta iniciativa permitirá que parte de las 3 millones de personas que ingresan todos los días a la Capital puedan mudarse de forma definitiva. En este marco, las modificaciones, que dentro de poco serán votadas en segunda lectura y contaron con tres jornadas de audiencias, originaron fuertes críticas de vecinos, organizaciones sociales y la totalidad de la oposición.
¿Ciudad colapsada?
"La consecuencia más grave y directa es que esto va a generar una profundización del colapso de los servicios. Los barrios que tengan problemas con la luz van a tener más problemas con la luz, los que no tienen espacios verdes van a tener menos espacios verdes. Además, va a generar un aumento del costo para acceder a la vivienda muy fuerte”, detalló a Nueva Ciudad Jonatan Baldiviezo, integrante del Observatorio del Derecho a la Ciudad. En tanto, Javier Andrade, legislador porteño de Unidad Ciudadana, reflexionó: “Si vos me decís que un barrio como Mataderos va a triplicar la posibilidad constructiva porque querés que la gente vaya a vivir ahí, decime cómo se va a resolver el agua, la luz, la escuela, la salud. No hay ninguna proyección, ni ningún planteo ni ninguna planificación sobre este tema”.
Desde el oficialismo destacan que con el nuevo Código Urbanístico los edificios y torres podrán tener sólo seis tipos de altura. Para los grandes corredores, como por ejemplo Avenida Libertador, habrá un máximo 38 metros, (unos 12 pisos). En las avenidas el límite será de 22 y 31 metros (entre seis y nueve pisos). Para las calles el tope será de 16,5 metros (cuatro pisos) y en los pasajes no podrá superar los 10,5 metros o 9 metros (dos o tres pisos). Para esto, se cambiará la fórmula para calcular la altura que estará definida por el tamaño de la superficie del terreno.
También se prohibirá que se compren varias parcelas, que se construyan sólo una o dos torres en el medio de una manzana rodeada por rejas o espacios verdes, y se eliminarán los enrases en las esquinas. Desde el GCBA promueven, de esta forma, una normativa de áreas con “alturas homogéneas”, con la posibilidad de aumentar un 20% la capacidad constructiva. Afirman que en 2011 la ciudad contaba con el 56% de las posibilidades de construcción realizadas. Desde la oposición y organismos de la sociedad civil aseguran que no hay referencia exacta de cuál será el aumento del volumen edilicio, de los metros cuadrados, así como tampoco de los efectos en las condiciones ambientales.
"Esto va a generar una profundización del colapso de los servicios".
"Con este código la Ciudad va a tener una normativa transparente y previsible para los vecinos, a diferencia de lo que ocurría con los parámetros matemáticos que daban lugar a la interpretación”, explicó a Nueva Ciudad, Victoria Roldán Méndez, legisladora del PRO y presidenta de la Comisión de Planeamiento Urbano en la Legislatura. “El proyecto plantea 6 alturas máximas que reconocen las identidades barriales y cambia el eje desde donde se piensa la Ciudad. Incorpora muchas cuestiones que no están en el Código de Planeamiento Urbano como el compromiso ambiental, un capítulo específico sobre los procesos de reurbanización y un hecho sumamente innovador que es la perspectiva de género en el urbanismo", agregó.
En este sentido, uno de los principales cuestionamientos es que en el futuro Código Urbanístico no hay instrumentos para espacios verdes y públicos. Según pudo saber este portal, desde el GCBA alegan que trabajan el tema en un código de Espacio Público pero hasta el momento no hay información oficial al respecto. Por otro lado, los principales críticos argumentan que al aumentar la constructibilidad en toda la ciudad, en lugar de sólo en áreas estratégicas, será el mercado el que defina en qué zonas se va construir. Aseguran que es posible que los nuevos metros cuadrados habilitados reproduzcan una tendencia de emprendimientos de lujo en el corredor norte y el eje de Rivadavia, más específicamente en zonas como Palermo, Belgrano y Caballito, expandiendo la densificación a barrios como Villa Urquiza, Villa Crespo, Chacarita, y Almagro, entre otros.
La iniciativa también hace referencia a un modelo que “privilegie la mixtura de usos en los barrios”. De acuerdo al oficialismo, con la vieja reglamentación se generó una ciudad desintegrada. En el pasado, se establecieron áreas destinadas a un uso. A modo de ejemplo, la zona de Ciudad Universitaria estaba destinada a la Educación, el Microcentro a actividades financieras, la Ribera del Riachuelo/Soldati/Mataderos a la industria, y Lugano a viviendas y un centro metropolitano. Con el nuevo proyecto, eso dejará de existir y muchos advierten sobre la perdida de identidades barriales y el avance de los comercios sobre las viviendas.
Los barrios en alerta
Los funcionarios y legisladores de Vamos Juntos calculan que con el nuevo modelo de medidas el 70% de la Ciudad va a quedar por debajo de los 5 pisos, aunque en algunas zonas, como la de barrios bajos, las modificaciones podrían llevar al aumento de la altura y a edificios más altos. Así lo denuncian, por ejemplo, los vecinos autoconvocados en “Salvemos al barrio” y “Vecinos por las casas bajas” de Villa Pueyrredón y Agronomía. “Quieren hacer edificios de casi diez pisos a lo largo de la avenida Mosconi. Nosotros queremos que se construyan edificios de 13 metros y medio, no más de 4 o 5 pisos. Si lo permiten cortarán a la mitad el barrio de Villa Pueyrredón”, aseguró al sitio Comuna12 Osvaldo Jorge Saredi, integrante de Salvemos el Barrio, quien además advierte que la futura ley podría habilitar la construcción de más de “500 edificios” en la zona.
Para Estela Johnson, integrante de la organización SOS Caballito y el consejo consultivo comunal de la comuna 6, la situación es “dramática”. “Caballito es uno de los barrios más densamente poblados de la Ciudad y al mismo tiempo uno de los que menos espacio verde tiene. Y con las redes de servicio e infraestructura al borde del colapso. Por eso pedimos que en el Código Urbanístico la ex playa de cargas del Ferrocarril Sarmiento se convirtiera en su totalidad en parque público. También queremos que el ex Colegio Santa Rosa se destine a escuela pública porque en el barrio no hay ningún jardín maternal”, explicó a Nueva Ciudad.
La futura ley podría habilitar la construcción de más de “500 edificios” en Villa Pueyrredón.
Según los vecinos, el código prevé la construcción de torres de 38 metros sobre la avenida Avellaneda, y de viviendas en el resto del terreno. “Si esto se concreta, Caballito perderá de manera definitiva las últimas tierras públicas disponibles donde hacer un parque. No habrá vuelta atrás. Tampoco la habrá si en el Santa Rosa se lleva adelante un proyecto inmobiliario en lugar de reconvertirlo en una escuela pública”, detalla. Las dudas y críticas se repitieron por cientos durante los tres días de audiencia que se llevaron a cabo del 31 al 7 de octubre. De ellas participaron unos 500 referentes de todos los barrios, junto a especialistas.
Durante las jornadas, muchos remarcaron que el proceso de realización del nuevo modelo urbanístico “ignoró” a los vecinos, a las Juntas Comunales y a los Consejos Consultivos. En rigor, hubo un hecho que resultó revelador: sólo a partir de un amparo colectivo al que dio lugar la Justicia en 2017, se habilitó información, se realizaron reuniones informativas por comuna, y se hizo un “Foro Participativo”.
El proyecto del Código Urbanísrtico se debatirá en la Legislatura junto a otra propuesta del PRO: un nuevo Código de Edificación, la norma que regirá cómo y con qué materiales se puede construir en CABA. Entre los puntos más polémicos de esta iniciativa, además de la posibilidad de construir departamentos de tan sólo 18 metros cuadrados, los especialistas destacan la omisión de herramientas para "remediar y prevenir" los impactos en el ambiente, y la eliminación de obligaciones de accesibilidad, como rampas y ascensores. Junto con el proyecto de los nuevos códigos, el Gobierno de la Ciudad presentó la Ley de Plusvalía Urbana, que buscaría cobrarle al desarrollador una parte del beneficio que obtendría por la reforma.
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