Comienza el primer juicio oral por gatillo fácil a un policía de la Ciudad

El trabajador y vecino de Villa 21-24, Cristian “Paraguita” Toledo, fue asesinado el 15 de julio del 2017 cuando regresaba de un boliche con sus amigos. Adrián Otero, un oficial de policía de la Ciudad quien se desempeñaba como bombero, le disparó al grupo de jóvenes y terminó con la vida del Paraguita.

Todo comenzó en el cruce de Vélez Sarsfield y Santo Domingo en el Barrio de Barracas. Comienza una discusión de tránsito y Otero no solo asesina a Cristian sino que también continua disparando y amenazando a Carlos Daniel Gavilán y Jorge Daniel Nadalich, amigos de Cristian y que se encontraban en el auto con él.

La versión oficial fue que Otero actúo en legítima defensa, ya que se defendió de un supuesto robo. Ante la falta de pruebas el juez Osvaldo Rappa acusó a Otero de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego y abuso de su condición de integrante de una fuerza de seguridad" (por el homicidio de Cristian Toledo), y de "tentativa de homicidio" por los hechos ocurridos con Carlos Daniel Gavilán y Jorge Daniel Nadalich, siendo esta la primera vez que un policía de la Ciudad, será enjuiciado bajo esa caratula, en un contexto donde un pibe es asesinado cada 23 horas por las fuerzas de seguridad.

Según la investigación, Otero se acercó con su auto al vehículo de Toledo y comenzó a disparar con un arma Browning 9mm, la pistola reglamentaria de la Policía de la Ciudad. Salieron ocho disparos, una de las balas entró por el tórax de Cristian y lo mató. Las demás impactaron en la ventanilla, el guardabarros trasero y otras partes del auto.

El hermano menor de Toledo aseguró que “fue una cacería” y dice que la Policía no pudo implantar un arma por los testigos y la movilización popular que se organizó ese mismo día y sigue hasta hoy, en busca de justicia.

Según las estadísticas de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), quienes llevan adelante la causa de Tolledo, la Policía de la Ciudad –fuerza inaugurada en enero de 2017 fruto de la fusión de la Metropolitana con la Federal- terminó su primer año con 24 casos de gatillo fácil o fusilamientos (la Metropolitana protagonizó 20 asesinatos registrados en ocho años de existencia). El caso de Otero es el primero en ser llevado al banquillo, gracias a la lucha sostenida de la comunidad del barrio y organizaciones sociales.