- Política
- 12.03.2018
CIUDAD
Vecinos de Rodrigo Bueno exigen información al GCBA sobre la urbanización en el barrio
Tras más de una década de sufrir amenazas de desalojo, hace unos meses comenzó el proceso de reconstrucción de calles y viviendas en la villa. No obstante, los vecinos piden que se informen los detalles de cómo será el proceso.
Los vecinos del barrio Rodrigo Bueno transitan momentos de cambios e incertidumbre. La semana pasada, la construcción de pilotes de hormigón que serán la base de nuevas viviendas evidenció las modificaciones en infraestructura que comenzaron hace unos meses, en el marco del proceso de urbanización que lleva adelante el Gobierno porteño en la zona.
Aunque los vecinos se alegran del inicio de las obras, miran con desconfianza el cambio de actitud de la administración PRO, que fue la que en 2005 hablaba de la erradicación de la villa ubicada frente a la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors.
“Tenemos todos los temores. Estamos esperanzados con el nuevo proyecto, por las viviendas, pero necesitamos que nos informen cómo será la modalidad de pago y todos los detalles. Queremos que se avance en un barrio, en las viviendas nuevas y en las actuales, que nos digan quiénes van a ser trasladados, cómo serán las calles nuevas...", contó Diego Armando González, uno de los referentes de Rodrigo Bueno, en declaraciones al diario La Nación.
"Nunca tuvimos en la cabeza un proceso de urbanización como el que está ocurriendo, es un mundo muy distinto porque estamos acostumbrados a la informalidad. Es algo imposible de creer después de tanto años de lucha. Los vecinos siempre tienen dudas porque, después de tanto tiempo de desidia del Estado, parece mentira estar integrándonos al sistema", explicó Marino Sosa, otro representante de los habitantes de la villa.
En 2005, el Gobierno de la Ciudad proyectaba la construcción de un nuevo barrio con una inversión de 500 millones de dólares en el lugar. El plan era trazar ese conjunto habitacional con Puerto Madero, pero los habitantes del barrio interpusieron un recurso de amparo solicitando la nulidad de un decreto sancionado con el objetivo de desocupar la zona.
En 2011, la jueza Elena Liberatori, del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 4 les dio la razón y ordenó al Gobierno que presente un plan de integración social y urbana, y que provea al barrio de servicios públicos; además declaró la nulidad del decreto.
Pero en 2014 la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario dejó sin efecto la sentencia de Liberatori y resolvió que la urbanización en el territorio de la reserva ecológica era inviable. El caso llegó hasta el Tribunal Superior de Justicia donde siguió durmiendo a la espera de una definición.
Fue recién en 2016 que el Instituto de la Vivienda anunció los planes de urbanización. Habían pasado once años. De la erradicación a la integración. Según el matutino, para provocar una integración más fluida con el resto de la ciudad el proyecto prevé la instalación de una feria gastronómica que concentre toda la oferta que hoy tiene la villa, pero puertas adentro.
Las viviendas que irán liberando los vecinos, aquellas que están en zona inundable, serán demolidas. Otras también lo serán, pero eso se sabrá en diciembre cuando finalice el masterplan que determinará cómo se realizará la apertura de calles.
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