CIUDAD

Legisladora del FPV visitó la huerta en la vereda hecha por vecinas de Villa del Parque

Hace un tiempo, Nueva Ciudad contó la historia de las mujeres de las calles Biarritz y Caracas, que armaron una huerta “que es de todos” y comparten lo que producen con quien lo necesite.

Hace un tiempo, las vecinas de Biarritz y Caracas, donde confluyen los barrios de Villa del Parque con La Paternal y Villa General Mitre, armaron una huerta comunitaria en la vereda de sus casas. Ahora, la legisladora del FPV Victoria Montenegro estuvo presente en el lugar donde charló con la gente acerca de la idea.

“Fui a la casa de Patricia a conocer la huerta que con vecinxs tienen nada más y nada menos que en la vereda! Con la consigna ‘la huerta es de todos’ comparten lo que producen con quien lo necesite”, aseguró la legisladora. “Estoy convencida de que esta ciudad está llena de gente con historias hermosas que merecen ser contadas”, dijo.

Hace un tiempo, Nueva Ciudad entrevistó a las mujeres y les consultó cómo se les había ocurrido ocurrió armar una huerta en la vereda.

“Yo tenía en la terraza de mi casa una huerta que fue creciendo y como ya no tenía más lugar empecé a sacar a la vereda dos cajones y un jardín vertical que había armado con pallets. Al principio los guardaba a la noche hasta que una vecina me dice: ¿por qué los metés adentro? No sé, le contesté, bueno si se la llevan hacemos otra. Esa frase siempre la tenemos dando vueltas. Hace tres años que están ahí”, detalló Patricia.

“La gente pasaba, preguntaba y en marzo de ese año, en otoño, pintamos los cajones que eran de verdulería, con unas nenas que pasaban por acá. Sembré mis primeras semillas de morrones, transité un circulo de permacultura, una cosa llevó a la otra, hice un curso en Pro Huerta, seguí conociendo gente que se sorprendía de lo que estábamos haciendo y en primavera de ese año hicimos la primer gran movida y ahí conocí a Lili que pasó y compartimos las primeras semillas”, agregó.

“Yo vivo en la esquina y con mis hijos pasábamos a mirar y un día salió Patricia y nos pusimos a charlar, a los pocos días ella organizaba un evento, me invitó y empezamos a conocernos con la gente del barrio. Esto es así, uno llega al barrio y te saludas con la gente”, contó otra de las mujeres, Liliana.

“Yo trabajo en un jardín de infantes y me dije: ¡yo quiero hacer esto! Había hecho intentos de armar una huerta, pero el jardín que está adentro de una escuela no tiene sol, ni tierra, no se puede cosechar nada, yo quería vivenciar con los chicos este camino. Tenía miedo de que si la hacía en la calle me la rompieran y cómo iba a manejar la frustración con los chicos. Patricia me dijo: ‘nadie te va a poder robar lo que ellos aprendieron’”, detalló Adriana.

Entonces armamos la huerta en un espacio de una vecina, en la esquina de la escuela, en San Blas y Argerich, donde la tierra era seca. Empezamos a trabajar con los chicos de 6 to. grado, que son los padrinos del jardín, calcularon cuantos cajones necesitábamos, los pintaron e inauguramos. Armamos una compostera también”, agregó.   

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