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- 01.11.2016
COMUNA 1
El Bar Iberia festejó sus 80 años
El Bar Iberia de Avenida de Mayo Albergó a los exiliados republicanos en la Guerra Civil. La Legislatura porteña descubrió una plaqueta en homenaje al aniversario. También hubo celebración de la colectividad española en la calle.
Nació como Bar La Toja en 1897. Y desde 1936 es el Bar Iberia. Está ubicado en la esquina de Avenida de Mayo y Salta hizo historia y fue parte de la historia de la Ciudad.
Para celebrar sus 80 años, el domingo pasado la Avenida de Mayo se vistió de fiesta con una gala que incluyó espectáculos en el vecino teatro Avenida. Y el punto culminante fue el descubrimiento de una plaqueta. Una más en las paredes del Iberia.
En este caso fue un reconocimiento de la Legislatura porteña al Bar Iberia por sus 80 años, una iniciativa del legislador Esteban Penayo (PRO). Del acto también participaron Manuel Pérez Amigo, de la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo; Manuel Novo, dueño del Iberia, y José Palmiotti, Defensor del Turista de la Ciudad.
"El homenaje al Bar Iberia como esquina de la Hispanidad y a sus 80 años, es un reconocimiento a toda la colectividad española y sus descendientes. A sus características como la cultura del trabajo, la generosidad, la humildad y la solidaridad sumada a una gran vocación de servicio y hospitalidad", sostuvo a Clarín Manuel Novo.
Este año se cumplieron los 80 años del inicio de la Guerra Civil española. Y el Iberia fue protagonista de la contienda con los españoles radicados en Buenos Aires. En Avenida de Mayo y Salta por entonces existían dos bares tradicionales: el Iberia y el Español. El primero era refugio de los republicanos; el otro, de los franquistas. En los años de la guerra los choques entre uno y otros fueron habituales. Entonces, de vereda a vereda, volaban tazas, sifones, vasos, sillas y hasta trompadas cuando la cercanía de los rivales lo permitía.
En Hipólito Yrigoyen 1201 estaba, y aún está, El Imparcial, un bodegón que se habría nombrado así por no albergar ninguna de las posiciones.
Ubicado a una cuadra del Comité Central de la Unión Cívica Radical, fue punto de encuentro de los seguidores de Leandro Alem. Recién en 1936, con la compra del espacio por parte de un exiliado español, Daniel Calzado, se convirtió en la sede de los republicanos.
“En el Iberia tenían un libro de actas: ‘La República en el exilio’, en el que registraban cada una de sus reuniones”, dice Manuel Novo a Clarín. El registro se perdió, pese a los intentos por hallarlo, pero su existencia no se duda: “está en el relato de la mayoría de los clientes antiguos”, agrega Novo. La historia del bar es de transmisión oral y colectiva.
También supo ser una parada obligada de artistas y músicos por su cercanía con el Teatro Avenida. El Bar Iberia fue declarado bar notable, sitio de interés cultural, símbolo de la memoria española y un espacio de tributo a los caídos y exiliados en defensa de la Segunda República.
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