Para el gobierno el cacerolazo no fue tan grande

“No fue una protesta muy grande. A mucha gente no le cae simpático o le molesta, pero el enojo es más acotado”, evaluaban anoche en el entorno presidencial, tras el cacerolazo y ruidazo replicado en todo el país para rechazar el tarifazo en los servicios públicos.

“En estos días quedó claro que estos servicios se pagan, que no son gratuitos”, dijo a Clarín una fuente cercana a Mauricio Macri, considerando que el rechazo al aumento en las facturas de luz, gas y agua no es generalizado. De todos modos, el ruido se sintió: "Dimos cuatro pasos adelante y uno atrás. El plan va a fracasar si al final no se implementa la modificación de la estructura tarifaria".

Desde el entorno del Presidente hubo quienes expresaron su mirada de minimización de las protestas a través de las redes sociales. Entre ellos, una colaboradora del equipo de prensa de Macri: Más allá de las protestas, desde Casa Rosada seguían insistiendo con las inusuales bajas temperaturas de otoño y con la política del ahorro de energía a partir del cambio de hábitos, algo que “obsesiona” al Presidente. La minimización del cacerolazo apuntaba a sostener la imagen de gobernabilidad y no afectar las supuestas intenciones de inversiones en el país.