El gobierno porteño no usará las pistolas Taser

La polémica por el uso de las pistolas Taser en las fuerzas de seguridad habría llegado a su fin, al menos en la órbita porteña. La Corte Suprema había dado luz verde a su utilización, pero desde el Ministerio de Justicia que conduce Martín Ocampo se decidió no usarlas, tal como él mismo lo confirmó.

La polémica por las Taser es de larga data. En 2010, cuando Mauricio Macri creó la Policía Metropolitana, pensó en armarlos con Taser. Inmediatamente la cuestión se judicializó y tuvo marchas y contramarchas hasta el fallo de la Corte, el 2 de marzo. En rigor, se trata de pistolas eléctricas que se propagandizan como “no letales” pese a que organismos de derechos humanos de Estados Unidos lo refutan.

La descarga no deja marca pero el Comité contra la Tortura de la ONU afirma que su uso “causa severo dolor que constituye una forma de tortura”. Los estudios sobre las Taser muestran que generan hernias, dislocaciones en ligamentos y tendones, e incluso fracturas. Además, hubo casos que tuvieron secuelas psicológicas.

También hubo casos que conllevaron secuelas psicológicas. Los organismos de Derechos Humanos se han manifestado abiertamente en contra de su uso, mientras que desde la empresa afirman que “tiene un protocolo de uso como toda herramienta que porte un oficial de una fuerza de seguridad. Ese protocolo indica cuándo y con qué riesgo se debe usar. Hay una escala basada en la agresión que el oficial reciba, que indica cuándo se puede responder”.

Así las cosas, el Gobierno de la Ciudad decidió enfocarse en concretar el traspaso de la Federal, en vez de enfrascarse en la discusión sobre las Taser, aun cuando la Justicia avaló su posición. “Hay una gran sintonía con la ministra Bullrich y el jefe de la Policía Federal”, estimó Ocampo. “La determinación del presidente es el traspaso, y a ello nos abocamos”, agregó.