Cierran un programa contra la deserción escolar

El colegio Nº 2 Domingo F. Sarmiento, en el barrio de Recoleta, es la única escuela media porteña en la que funciona el proyecto “Sostenimiento de la Escolaridad”, cuyo objetivo era promover la permanencia y desarrollo de alumnos provenientes de hogares de pocos recursos. El lunes 29 de febrero sus integrantes fueron despedidos súbitamente, antes de que los alumnos terminaran de rendir las materias pendientes. El 70 por ciento de los estudiantes del programa viven en la Villa 31.
 
“Mañana o pasado veré de ocuparme del temita de cómo pago el alquiler. De momento estoy muy ocupada pensando en las incidencias colectivas de esta decisión que nos comunicaron hoy. Porque no sólo se afecta el laburo de 15 compañeros. Se afecta el presente y el futuro de un montón de chicos, muchos con nombre y apellido, con historias que conozco bien… y otros que todavía no entraron al nivel medio ni al cole. Se afecta a la escuela pública y a lo mejor de su masividad: la inclusión real”, expresó a Diario Z Verónica Fulco, coordinadora de los ayudantes.
 
“Decidimos seguir viniendo hasta que termine el período de orientación, para garantizar que la mayoría pase de año”, dijo Fulco desde su puesto de trabajo, a pesar de estar despedida. De forma totalmente irregular, el supervisor Eduardo Toscano fue encargado por el Ministerio de Educación para informarle la cesantía a un equipo integrado por 15 personas que no llegan a las 300 horas cátedra semanales.  Esto excluye cualquier razón presupuestaria en la decisión. Fulco contó a Diario Z que  “la mayoría de los chicos están dolidos, enojados, y todos quieren que continuemos”.
 
Juan Goldín es asesor pedagógico del Sarmiento y, aunque no forma parte del programa, trabaja en estrecha relación con sus docentes, explicó de forma contundente por qué el programa “Sostenimiento de la Escolaridad” debe seguir funcionando: “La escuela secundaria es un dispositivo creado en el siglo XIX, basado en la selección. La selección de los que entran, la selección de los que se mantienen, la selección de los que terminan. Es un dispositivo que está abiertamente en contra del mandato actual de la Ley de Educación. La escuela tiene que poder enseñarles a todos”.
 
Y sigue: “Hay una escuela, el Colegio Sarmiento, cuya rectora (Roxana Levinsky, jubilada en mayo de 2015) hace diez años ideó una estrategia, el equipo de apoyo de primeros años, destinado a suplir todos esos déficit que las familias de la Villa 31 no podía suplir por sus propios medios. Un equipo de ayudantes de clase, que le hacen la segunda al profe en el curso, o explican en una situación uno a uno a los pibes a los que a la escuela más les cuesta enseñar, a los que todavía no sabe enseñarles. Tiene mucho que aprender la escuela, pero mientras tanto algo había que hacer y se hizo mucho.  Contra viento y marea. Con apoyos de algunos y oposición de muchos de adentro y de afuera”.
 
Goldín, además, es delegado de UTE y dijo a Diario Z que se coordinó “una reunión con la conducción del gremio”.  Esta semana planean hacer una movilización para reclamar que el proyecto y los puestos del trabajo se mantengan. Desde el Ministerio de Educación dijeron a Diario Z desconocer la situación, no sólo de los despidos, sino del programa, que lleva diez años de funcionamiento.