Bianchi tiene su estatua en Vélez

Carlos Bianchi dejó su marca en cada uno de los clubes en los que jugó o dirigió. Vélez es uno de ellos. Es su casa también. Y desde ayer es el lugar donde se instaló su estatua. El club de Liniers homenajeó con un monumento al Virrey a 21 años de la conquista de la Copa Intercontinental en Japón por parte de un equipo dirigido por él.
 
El histórico goleador del Fortín, ganador también de la Copa Libertadores de 1994, la Copa Interamericana 1996 y otros tres títulos locales como director técnico del club en la década de los '90, estuvo al borde de la emoción durante casi todo el acto impulsado por la Subcomisión del Hincha. "No creo merecer todo el cariño que me expresan. Muchas pero muchas gracias", dijo cuando se dirigió al público.
 
Bianchi se mostró muy emocionado a lo largo de la ceremonia en la que repasó sus comienzos en Vélez antes de llegar a Primera, su estupendo paso como jugador (es el máximo artillero de la historia como jugador con 206 tantos) y su llegada al club como técnico, obteniendo las copas internacionales más importantes de la institución.
 
Bianchi estuvo acompañado en el escenario por su esposa Margarita. Así, junto a la mujer con la que cumplirá 49 años de relación, el ex entrenador de Vélez corrió la envoltura para dar paso a la imagen de su estatua, lo que generó el delirio de todos los hinchas del Fortín presentes para homenajear a uno de los máximos ídolos del club.
 
La escultura, inspirada en su etapa como jugador, construida en resina plástica por la artista Elizabeth Eichhorm de Mar del Plata y financiada con el aporte económico de más de 250 hinchas, pesa alrededor de 100 kilos y tiene una altura de 2.30 metros.
 
Participaron del homenaje realizado en el estacionamiento cubierto del estadio José Amalfitani, entre otros, ex futbolistas dirigidos por el Virrey en su exitosa etapa en el club y ex compañeros en el título que obtuvo como jugador en el Nacional 1968. Como aperitivo se exhibió la Intercontinental ganada en 1994.