- Balotaje
- 23.11.2015
BALOTAJE
La historia del sistema de balotaje
De origen francés, este término se utiliza para designar la segunda vuelta electoral a cargos ejecutivos y legislativos. Breve historia.
El "ballotage" o "balotaje", según la castellanización de la Real Academia Española, es un término de origen francés utilizado para denominar la segunda vuelta electoral a cargos ejecutivos o legislativos.
"Ballottage" proviene del verbo ballotter que significa votar con bolillas y consiste en llegar al cargo público que corresponda obteniendo más de la mitad de los votos emitidos. Asimismo, cada país utiliza la segunda vuelta según lo establece su Constitución o la ley que la regula.
En América hay 14 países que tienen este sistema electoral: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Nicaragua, Perú, República Dominicana, Uruguay.
En la Argentina, antes de que se incluyese esta figura, hubo una larga tradición de elección de sus primeros mandatarios en forma indirecta.
Entre 1813-1815 la Asamblea General Constituyente del Año XIII y entre 1816-1820 el Congreso General Constituyente de Tucumán designaron a los Directores Supremos de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que se elegían por simple pluralidad de sufragios de los diputados presentes en ambos órganos.
En febrero de 1826, en el marco del estallido de la guerra con el Imperio del Brasil, el Congreso General de la República Argentina sancionó una Ley de Presidencia y el 27 de febrero de ese año se eligió a Bernardino Rivadavia, como el primer presidente elegido por 35 votos a favor y 3 en contra.
Fue la Constitución de 1853 la que implementó el Colegio Electoral para las elecciones presidenciales y de esta forma el pueblo seguía sin elegir directamente a sus presidentes. Los ciudadanos elegían "electores", quienes conformaban el Colegio Electoral que elegiría al presidente.
De esta forma, todos los presidentes que se sucedieron desde Justo José de Urquiza, en 1854, a Juan Domingo Perón, en 1946, fueron electos en Colegios Electorales.
En 1949, con la reforma constitucional impulsada por el primer gobierno peronista, se introdujo, entre varias reformas, la elección popular directa del Presidente, por simple pluralidad de sufragios, con reelección indefinida, eliminándose así el Colegio Electoral.
Las elecciones presidenciales de 1952 estrenaron el nuevo mecanismo y en ellas triunfó Juan Domingo Perón que llegaba a su segunda Presidencia.
Sin embargo, la autodenominada Revolución Libertadora de 1955, que derrocó a Perón, dejó sin efecto la reforma de 1949 y volvió a implementar la Constitución de 1853, de esta forma las elecciones presidenciales de 1958 y 1963, que dieron como ganadores a Arturo Frondizi y a Arturo Humberto Illia, respectivamente, se materializaron mediante Colegio Electoral.
En 1972, el presidente de facto Alejandro Agustín Lanusse, enmendó por decreto la Constitución de 1853 y restableció la elección directa para presidente y vicepresidente, introdujo la elección de un tercer senador nacional para la minoría en cada provincia y para la elección de presidente, gobernadores y senadores nacionales estableció un régimen de doble vuelta electoral.
De esta forma, los argentinos tuvimos el primer acercamiento al "balotaje", pero con algunas particularidades: exigía el 51 % de votos válidos para ganar la elección presidencial, senatorial o una gobernación y de no llegar se llamaba a una segunda vuelta electoral.
De este balotaje podían participar todas las listas que hubieran obtenido más del 15 % en la primera ronda, característica que según se analizó permitía que se formara un frente antiperonista que evitara el retorno de Perón al poder.
Tras el oscuro período liderado por la dictadura militar, con el retorno a la vida democrática, a partir de 1983, se volvió a implantar el sistema electoral consagrado en la Constitución de 1853: renacía el Colegio Electoral y en las elecciones que consagraron a Raúl Alfonsín (1983) y a Carlos Menem (1989) se realizaron con el sistema indirecto, sin balotaje.
Con el Pacto de Olivos, en 1994, firmado entre Alfonsín y Menem, que permitió al reforma constitucional, se eliminó el Colegio Electoral, implementandosé en forma definitiva, la elección directa para todos los cargos ejecutivos y legislativos; y se le otorgó rango constitucional al sistema de doble vuelta electoral o "balotaje".
Sin embargo, es un "balotaje a la argentina" ya que los artículos 97 y 98 de la Constitución prevén su raalización en dos situaciones: cuando ninguno de los candidatos alcanza el 45 % de los votos en primera vuelta; o si ninguno supera el 40 por ciento con una diferencia de más del 10 por ciento respecto al que le sigue en número de sufragios, lejos del inventado por Napoleón III.
La Constitución de 1994 rigió las elecciones que tuvieron lugar en: 1995, 1999, 2003, 2007 y 2011; de estos comicios, el único que arrojó un claro escenario de balotaje fue el del 27 de abril de 2003, cuando la Alianza Frente por la Lealtad (Carlos Menem-Juan Carlos Romero) obtuvo el 24,45 por ciento y la Alianza Frente para la Victoria (Néstor Kirchner-Daniel Scioli) logró el 22,24 por ciento.
En este caso, hubiera correspondido realizar una segunda vuelta, pero la renuncia de Menem consagró presidente a Néstor Kirchner.
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