EXPROPIACIÓN

La Confitería del Molino cada vez más cerca de la expropiación

Tras la expropiación por parte del Estado, el Tribunal de Tasaciones finalmente presentará la tasación oficial para comenzar con las obras de restauración.


La recuperación de la histórica Confitería del Molino avanza a paso redoblado. Es que, finalmente, el Tribunal de Tasaciones recorrió el inmueble y presentará la tasación oficial. Posteriormente, se comenzará con la restauración del edificio y construirán el museo y panaderío previstos por ley.

Tras la expropiación de la Confitería del Molino, por el Estado nacional a fines de septiembre, el traspaso del inmueble a manos del Congreso depende ahora de si los dueños de la propiedad, la familia Roccatagliata, aceptan o no la tasación del Tribunal de Tasaciones.

“La semana que viene tendría que estar lista la tasación”, indicó Mónica Capano, integrante de la Comisión Nacional de Museos en declaraiciones a Diario Z. Al mismo tiempo, los dueños pueden exigir hasta un 10% de la tasación oficial, pero si no aceptan lo ofrecido por el Estado Nacional, entonces el pago deberá resolverse por vía judicial. “Sin embargo –advirtió Capano-, esto no frena la expropiación, sino el pago, así que con autorización de la Justicia se podrían empezar las obras de restauración”.

La familia Roccatagliata, que se opuso desde un principio al proyecto de recuperación de la confitería, se habría mostrado ahora más abierta a aceptar una negociación para liberar el inmueble. Capano adelantó también que pronto presentarán un blog para registrar el proceso de restauración del Molino. “Va a ser la primera experiencia participativa de este tipo. La gente va a poder entrar y opinar, se va a abrir el debate sobre algunas cuestiones del edificio”, explicó.

El edificio será destinado a un museo del sitio y centro cultural, a la vez que la confitería será reabierta con un concesionario privado. Las tareas incluirán la recuperación de los elementos históricos que están dentro del edificio: muebles, adornos, lámparas y bronces.

A fines de septiembre, el Gobierno nacional designó al ministerio de Planificación Federal como responsable de llevar adelante el proceso de expropiación. La norma establece además que, hasta tanto se complete el proceso de expropiación, el inmueble quedará bajo la órbita de “la Comisión Administradora del Edificio del Molino”.

Ubicada frente al edificio del Congreso nacional, la Confitería del Molino fue inaugurada en julio de 1916, en coincidencia con la celebración del centenario de la Independencia del país, y rápidamente se convirtió en un ícono porteño. La familia Brenna, dueños originales de la confitería, la mantuvo en funcionamiento hasta finales de los ’80, cuando todo el edificio fue vendido en bloque.

Luego de un cuestionado proceso de quiebra llevado adelante por sus nuevos propietarios, y pese a ser declarada como Área de Protección Histórica, finalmente el 27 de enero de 1997 cerró sus puertas.

El año pasado, el Congreso nacional unificó varios proyectos de expropiación que habían sido presentados, y finalmente aprobó la Ley 27.009 mediante la cual se declaró de “utilidad pública, y sujeto a expropiación, por su valor histórico y cultural” el inmueble.


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