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- 04.08.2015
¿Cuál es el estado de lo que fue el Barrio Papa Francisco?
En febrero de 2014, unas 700 familias usurparon un terreno lindero a la Villa 20. Con la bendición de un sacerdote y una misa, llamaron al predio “Barrio Papa Francisco”. El 23 de agosto del año pasado, esas 1.800 personas fueron desalojadas por orden de la Justicia.
En 20 días se cumple un año del desalojo del Barrio Papa Francisco en Villa Lugano. Para esta fecha se suponía que la zona iba a estar descontaminada y en plena construcción de viviendas sociales. Pero la realidad muestra que, por ahora, se avanzó poco.
Si bien se removió el cementerio de autos de la Policía Federal que funcionaba en el predio, aún quedan escombros y restos de las casillas demolidas en la zona tras el desalojo, por lo que la urbanización está demorada.
Según lo publicado Ámbito Financiero, el terreno aún contiene rastros de metales pesados, como plomo y zinc, como consecuencia de los 12 mil vehículos que fueron acumulados allí durante años. Sanear esa tierra es indispensable para que el predio sea habitable.
El diputado Javier Gentilini, presidente de la Comisión de Vivienda de la Legislatura porteña, solicitó al Gobierno de Mauricio Macri que informe, a través de los organismos correspondientes, el estado de las tierras, el avance de las obras, y la existencia de un muro perimetral que separa el predio de la villa, entre otras cuestiones. “En el terreno hay basura, quedan restos de las casillas que fueron demolidas e incluso se levantó un muro que divide a la Villa 20 del predio”, aseguró Gentilini, quien cuestionó la existencia de esa pared.
Como el predio Papa Francisco está judicializado, la Agencia de Protección Ambiental no está autorizada a brindar información del estado de la tierra. Lo confirmado, desde el año pasado, es que el Gobierno de la Ciudad tiene pensado invertir alrededor de $ 300 millones en las tareas de saneamiento del suelo, tendido de servicios públicos y construcción de viviendas sociales para todo el barrio.
Hoy la mayoría de las familias que hace un año y medio tomaron el terreno viven de nuevo en la Villa 20. Allí, habitan unas 35 mil personas en edificios que llegan hasta los seis pisos. Para evitar futuras ocupaciones, la Policía Federal sigue controlando el terreno.
En 20 días se cumple un año del desalojo del Barrio Papa Francisco en Villa Lugano. Para esta fecha se suponía que la zona iba a estar descontaminada y en plena construcción de viviendas sociales. Pero la realidad muestra que, por ahora, se avanzó poco.
Si bien se removió el cementerio de autos de la Policía Federal que funcionaba en el predio, aún quedan escombros y restos de las casillas demolidas en la zona tras el desalojo, por lo que la urbanización está demorada.
Según lo publicado Ámbito Financiero, el terreno aún contiene rastros de metales pesados, como plomo y zinc, como consecuencia de los 12 mil vehículos que fueron acumulados allí durante años. Sanear esa tierra es indispensable para que el predio sea habitable.
El diputado Javier Gentilini, presidente de la Comisión de Vivienda de la Legislatura porteña, solicitó al Gobierno de Mauricio Macri que informe, a través de los organismos correspondientes, el estado de las tierras, el avance de las obras, y la existencia de un muro perimetral que separa el predio de la villa, entre otras cuestiones. “En el terreno hay basura, quedan restos de las casillas que fueron demolidas e incluso se levantó un muro que divide a la Villa 20 del predio”, aseguró Gentilini, quien cuestionó la existencia de esa pared.
Como el predio Papa Francisco está judicializado, la Agencia de Protección Ambiental no está autorizada a brindar información del estado de la tierra. Lo confirmado, desde el año pasado, es que el Gobierno de la Ciudad tiene pensado invertir alrededor de $ 300 millones en las tareas de saneamiento del suelo, tendido de servicios públicos y construcción de viviendas sociales para todo el barrio.
Hoy la mayoría de las familias que hace un año y medio tomaron el terreno viven de nuevo en la Villa 20. Allí, habitan unas 35 mil personas en edificios que llegan hasta los seis pisos. Para evitar futuras ocupaciones, la Policía Federal sigue controlando el terreno.
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