Médicos e informáticos argentinos desarrollaron el primer dron ambulancia

Médicos especialistas en terapia intensiva, en cardiología, en informática médica, ingenieros en sistemas y técnicos electrónicos, combinaron sus conocimientos y su trabajo para desarrollar un nuevo dron que puede ayudar a resolver situaciones de riesgo de vida.

Diego Pereyra, fundador y CEO de Medivac, además de médico y especialista en terapia intensiva y medicina crítica. Se la comentó a otro colega, Fernando Lipovetsky. Ambos coincidieron en que Mauro García Aurelia, cardiólogo y con una empresa de informática médica, podría ayudarlos. Aurelia fue el nexo con Galactic Bots, cuyo CEO, Augusto Chesini, aportó el conocimiento de los drones (desarrollan estos dispositivos para el sector agropecuario), junto a los asesores técnicos Nicolás Luzzi y Kevin Dagostino.

La inspiración llegó por parte de RoboKopter, un aparato polaco, que les dio el último impulso que faltaba para la creación de un dispositivo local que pudiera actuar en situaciones donde es fundamental una rápida respuesta, como accidentes en rutas, incendios, derrumbes, catástrofes naturales o lugares con concurrencia masiva (un partido de fútbol o un recital al aire libre). Donde básicamente no se puede perder tiempo para asistir a un damnificado.

Al momento ya cuentan con tres prototipos diseñados. Uno, el Futura +, que puede transportar carga más liviana (hasta 1,5 kg); permite llevar un botiquín básico de primeros auxilios; similar es el Futura X, donde una cámara de reconocimiento ayuda en el conteo de la gente, y puede llevar consigo suministros para las víctimas, como una máscara de gas. Este se utilizaría en incendios o en lugares de difícil acceso.

El más poderoso es el Futura H, que puede transportar hasta 5 kilos y tiene seis hélices. Tiene la capacidad de lanzar un desfibrilador externo automático (DEA) que puede evitar un paro cardíaco o muerte súbita. También puede cargar una cámara multiespectral, que permite realizar lo que en medicina se conoce como triaje (o triage), un método de clasificación rápida de heridos en una catástrofe en base a sus posibilidades de supervivencia. Gracias a sus sensores de monóxido de carbono y de temperatura permite establecer prioridades de acuerdo a las necesidades y los recursos disponibles.

A todos los modelos se les puede añadir un micrófono y parlante (para comunicarse con un asistente) y una cámara de las pequeñas (tipo GoPro) que pueden transmitir en vivo por Wi-Fi o radiofrecuencia para monitorear en vivo.

Tanto médicos como técnicos también están analizando las problemáticas que podría enfrentar el avión no tripulado. Las antenas de la ciudad, los cables y muchos otros obstáculos podrían evitar el correcto funcionamiento de los drones de asistencia. En la Argentina, aún no hay regulación sobre el uso de drones en el espacio aéreo. El dron ambulancia puede volar a 400 m de altura; el edificio más alto de Buenos Aires tiene 175.

El costo estimado de un cuadricóptero de este tipo puede variar dependiendo de los dispositivos que fuera a transportar (no es lo mismo un desfibrilador que una cámara multiespectral). Pero oscilarán entre los 30 y los 70 mil pesos.


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