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- 11.05.2015
En taller clandestino incendiado se confeccionaba ropa de marca
Edgardo Castro, inspector de Trabajo del gobierno porteño, indicó que en el taller clandestino donde fallecieron los dos niños trabajaba haciendo ropa de marcas de nivel internacional, como Pierre Cardin, y uniformes de escuelas privadas como el Santa Brígida de Caballito.
El taller donde murieron Rodrigo y Rolando, de 10 y 7 años, se dedicaba a la confección de indumentaria para la marca internacional Pierre Cardin. En el mercado local, hacían uniformes para escuelas privadas, una de ellas es el Colegio Santa Brígida.
El taller textil se incendió dos veces, el primer incendio se debió a un cortocircuito y murieron los dos niños de 7 y 10 años. Según el inspector Edgardo Castro, por lo que pudo comprobar en personas y el testimonio de vecinos “el segundo fue intencional, como el de Iron Mountain”. El inspector porteño detalló que “en el segundo incendio los autores ingresaron por el costado, que es una propiedad de los mismos dueños del taller textil, lo que confirma la intencionalidad del hecho”.
Castro explicó que “hubo varios embates de esta mafia, los días posteriores al primer incendio y previos al segundo, en los que intentaron ingresar al taller y sacar objetos, con el propósito de eliminar pruebas”. “Los efectivos de la Policía Federal que estaban a cargo de la custodia del lugar, tras el primer incendio, tuvieron que pedir refuerzos para evitar que se eliminen pruebas” indicó y destacó que “como no pudieron, provocaron el incendio”.
Castro contextualizó: “Estos incendios en Flores desnudaron la batalla interna que existe entre funcionarios del gobierno porteño, por el control de la actividad de los talleres clandestinos, no para regularizarlos sino para permitir que sigan funcionando”.
El taller donde murieron Rodrigo y Rolando, de 10 y 7 años, se dedicaba a la confección de indumentaria para la marca internacional Pierre Cardin. En el mercado local, hacían uniformes para escuelas privadas, una de ellas es el Colegio Santa Brígida.
El taller textil se incendió dos veces, el primer incendio se debió a un cortocircuito y murieron los dos niños de 7 y 10 años. Según el inspector Edgardo Castro, por lo que pudo comprobar en personas y el testimonio de vecinos “el segundo fue intencional, como el de Iron Mountain”. El inspector porteño detalló que “en el segundo incendio los autores ingresaron por el costado, que es una propiedad de los mismos dueños del taller textil, lo que confirma la intencionalidad del hecho”.
Castro explicó que “hubo varios embates de esta mafia, los días posteriores al primer incendio y previos al segundo, en los que intentaron ingresar al taller y sacar objetos, con el propósito de eliminar pruebas”. “Los efectivos de la Policía Federal que estaban a cargo de la custodia del lugar, tras el primer incendio, tuvieron que pedir refuerzos para evitar que se eliminen pruebas” indicó y destacó que “como no pudieron, provocaron el incendio”.
Castro contextualizó: “Estos incendios en Flores desnudaron la batalla interna que existe entre funcionarios del gobierno porteño, por el control de la actividad de los talleres clandestinos, no para regularizarlos sino para permitir que sigan funcionando”.
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