Los globos, la políticas publicas y los Derechos de los Niños

Los niños son abordados en la calle, no en un acto del PRO, y muchas veces sin mediar el permiso de los padres. Así, mayoritariamente tampoco es producto del consenso de la familia que el niño participe en la campaña. A lo sumo hay aceptación o indiferencia. Así, que deseo afirmar que la participación en la campaña del niño tampoco es producto de una decisión o clima familiar.

Por Emiliano Bisaro

Cientos de mesas. Cientos de sombrillas. Miles de globos. Dos nombres: Gabriela y Horacio. Gente sonriente se acerca a los niños y con una ademán tierno les regala un globo. La ternura se desvanece. El niño se volvió soporte de una campaña política. El no decidió participar, tampoco su familia. No obstante eso, empieza acarrear una pancarta con forma de globo.

El niño no decidió participar. A la gran mayoría le es indiferente el nombre que tenga. El disfrute para el niño es el globo más allá de la inscripción y el color. Si alguien hiciera el ejercicio de repartir globos con esvásticas, muchos chicos los llevarían con la misma indiferencia que llevan los globos de Horacio o Gabriela. Así, que deseo afirmar que los niños no son sujetos en la campaña.

Los niños son abordados en la calle, no en un acto del PRO, y muchas veces sin mediar el permiso de los padres. Así, mayoritariamente tampoco es producto del consenso de la familia que el niño participe en la campaña. A lo sumo hay aceptación o indiferencia. Así, que deseo afirmar que la participación en la campaña del niño tampoco es producto de una decisión o clima familiar.

Entonces, si el niño y la familia no están sujetos en la campaña, ¿por qué reparten los globos? Dos elementos deseo sugerir. Uno es que no necesitan que nadie protagonice la política. Solo le hacen faltan espectadores y votantes. La política la hacen los políticos. El otro elemento es que la campaña se identifica con la publicidad, y por lo tanto, hay que desplegar la mayor cantidad de imagen al menor costo posible. En sentido debe ser mas barato un ejército de niños paseando con globos que la colocación de los afiches en la vía publica. También mas amigable.

Lo básico de la distribución de los globos de los ubicuos candidatos del PRO es una operación que tiene de soporte a los niños de la ciudad. Una operación publicitaria. Si fuera mas barato y eficaz pegar carteles, los niños no tendrían globos. Antes pegatinaban el semáforo, ahora le dan un globo a un pibe.

El reverso de los globos de la campaña es que el Consejo de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, que es el encargado de hacer cumplir la Ley Nº 114, la Ley de Protección de los Derechos de los Niños de la Ciudad, posee solamente el 0,17 % del presupuesto de la Ciudad.


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