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- 25.11.2014
El Cementerio de la Recoleta cumple 192 años
Hace 192 años, un 17 de noviembre de 1822 fue inaugurado el Cementerio del Norte (hoy Recoleta) que en principio era destinado solo para católicos.
En 1863 el presidente Bartolomé Mitre firmó un decreto que permitía que fuesen enterrados los practicantes de otras religiones, siendo este un detonante para sacarle la bendición de “camposanto” a dicho enterratorio.
Antiguamente, los muertos eran inhumados en los llamados "camposanto", en la parte posterior de las iglesias y las personalidades importantes en el interior de las mismas.
En 1820, durante el gobierno de Martín Rodríguez y su ministro, Bernardino Rivadavia, fueron expropiados los terrenos ocupados por el huerto de la Congregación Franciscana, siendo destinados a la construcción del Cementerio del Norte (el primer cementerio público en la ciudad de Buenos Aires).
Antes del cristianismo al lugar donde enterraban a los muertos se le llamaba "necrópolis" (ciudad de los muertos, en español). La palabra cementerio viene del griego (koimeterion) y en español significa "dormitorio". Esta palabra fue introducida por los cristianos, con la esperanza cristiana en la resurrección. De ahí que los cristianos dicen que los muertos están "descansando en paz" a la espera de la resurrección.
El Ingeniero Próspero Catelín se ocupó del proyecto del Cementerio del Norte, que en principio era solo para católicos, siendo inaugurado en el año 1822.
Los primeros en recibir sepultura fueron una joven uruguaya llamada Dolores Maciel y un joven, párvulo liberto llamado Juan Benito.
Con el tiempo, el cementerio del Norte llegó a un estado de abandono hasta que en 1880, el primer Intendente de la ciudad de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, encomienda al Arq. Juan Buschiazzo, su remodelación.
Se pavimentaron sus calles, se rodeó con un muro de ladrillos y se embelleció con un pórtico de entrada con doble hilera de columnas de fuste acanalado de orden dórico. En el friso se destacan 13 alegorías, símbolos de la vida y de la muerte.
El Cementerio del Norte ocupa actualmente cinco manzanas y media y cuenta con alrededor de 4870 sepulcros a perpetuidad. Más de 70 bóvedas fueron declaradas Monumento Histórico Nacional y el Cementerio en sí es considerado Museo Histórico Nacional desde el año 1946, por los personajes ilustres que allí descansan, por la calidad arquitectónica y por sus magníficas esculturas.
Es uno de los más importantes del mundo junto con el de Staglieno en Génova y el Père Lachaise de París.
Al ingresar al peristilo se observan en el piso tres fechas: 1822 (año de creación del cementerio), 1881 (fecha de su primera remodelación) y 2003 (tercera remodelación).
En 1863 el presidente Bartolomé Mitre firmó un decreto que permitía que fuesen enterrados los practicantes de otras religiones, siendo este un detonante para sacarle la bendición de “camposanto” a dicho enterratorio.
Antiguamente, los muertos eran inhumados en los llamados "camposanto", en la parte posterior de las iglesias y las personalidades importantes en el interior de las mismas.
En 1820, durante el gobierno de Martín Rodríguez y su ministro, Bernardino Rivadavia, fueron expropiados los terrenos ocupados por el huerto de la Congregación Franciscana, siendo destinados a la construcción del Cementerio del Norte (el primer cementerio público en la ciudad de Buenos Aires).
Antes del cristianismo al lugar donde enterraban a los muertos se le llamaba "necrópolis" (ciudad de los muertos, en español). La palabra cementerio viene del griego (koimeterion) y en español significa "dormitorio". Esta palabra fue introducida por los cristianos, con la esperanza cristiana en la resurrección. De ahí que los cristianos dicen que los muertos están "descansando en paz" a la espera de la resurrección.
El Ingeniero Próspero Catelín se ocupó del proyecto del Cementerio del Norte, que en principio era solo para católicos, siendo inaugurado en el año 1822.
Los primeros en recibir sepultura fueron una joven uruguaya llamada Dolores Maciel y un joven, párvulo liberto llamado Juan Benito.
Con el tiempo, el cementerio del Norte llegó a un estado de abandono hasta que en 1880, el primer Intendente de la ciudad de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, encomienda al Arq. Juan Buschiazzo, su remodelación.
Se pavimentaron sus calles, se rodeó con un muro de ladrillos y se embelleció con un pórtico de entrada con doble hilera de columnas de fuste acanalado de orden dórico. En el friso se destacan 13 alegorías, símbolos de la vida y de la muerte.
El Cementerio del Norte ocupa actualmente cinco manzanas y media y cuenta con alrededor de 4870 sepulcros a perpetuidad. Más de 70 bóvedas fueron declaradas Monumento Histórico Nacional y el Cementerio en sí es considerado Museo Histórico Nacional desde el año 1946, por los personajes ilustres que allí descansan, por la calidad arquitectónica y por sus magníficas esculturas.
Es uno de los más importantes del mundo junto con el de Staglieno en Génova y el Père Lachaise de París.
Al ingresar al peristilo se observan en el piso tres fechas: 1822 (año de creación del cementerio), 1881 (fecha de su primera remodelación) y 2003 (tercera remodelación).
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