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- 14.11.2014
"Cuando vinimos a la Auditoría nadie sabía que existía"
Eduardo Epszteyn, docente y economista, actualmente es Auditor General de la Ciudad de Buenos Aires desde hace 3 años por el Frente para la Victoria. Hace algunas semanas, Susana Rinaldi fue designada como agregada cultural en París, lo que la llevó a dejar su cargo en la Legislatura. Quien debía ocupar el lugar era Epszteyn quien, a su vez, debía abandonar la Auditoría porteña. Finalmente la decisión fue mantener su cargo actual, por lo que la vacante en la Legislatura fue ocupada por el ibarrista Fernando Muñoz.
Eduardo Epszteyn, docente y economista, actualmente es Auditor General de la Ciudad de Buenos Aires desde hace 3 años por el Frente para la Victoria. Hace algunas semanas, Susana Rinaldi fue designada como agregada cultural en París, lo que la llevó a dejar su cargo en la Legislatura. Quien debía ocupar el lugar era Epszteyn quien, a su vez, debía abandonar la Auditoría porteña. Finalmente la decisión fue mantener su cargo actual, por lo que la vacante en la Legislatura fue ocupada por el ibarrista Fernando Muñoz.
Nueva Ciudad mantuvo un diálogo con Epszteyn sobre el trabajo que se realiza en la Auditoría, el porqué de su permanencia en ese organismo y cómo ve la gestión de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires.
Por Leila Lobos
¿Cómo es el trabajo en la Auditoria?
Cuando nosotros vinimos a la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires nadie sabía que existía este organismo. En estos tres años si bien se podía haber hecho más, salimos mucho a la opinión pública. Nosotros planteamos cuestiones que tiene que ver institucionalmente con el trabajo de la Auditoría. Pero otras veces son iniciativas de los equipos técnicos que están trabajando en el bloque del Frente para la Victoria (FpV) en este organismo. Porque esto además de ser un lugar de seguimiento de la gestión de Gobierno, la propia práctica hace que muchos técnicos que no tiene una mirada de cómo funciona el sector público y el conjunto de la gestión, desde acá se van formando en esa temática y eso nos ha permitido poder hacer incluso trabajos de sistematización.
En general los informes son temáticos y tienen que ver con un plan de la Auditoria que se vota en la Legislatura todos los años y hace que uno audite una muestra de unidades de gobierno en cada uno de los ministerios. Nosotros estamos más preocupados por relacionar, porque sino son informes aislados. Vincular ese información, entrecruzarla, nos permite incluso la construcción hasta de algunos indicadores tendiendo a poder en un futuro incluso hacer tareas de evaluación de gestión, que eso la Auditoría no lo hace. Entonces, se logra todo un trabajo de formación de cuadros y equipos de trabajo.
¿Este trabajo en la Auditoría lo ayudó a tomar la decisión de rechazar la Legislatura y permanecer como auditor?
Si, pasar a la Legislatura iba a implicar un debilitamiento de ese trabajo porque primero íbamos a estar en minoría hasta que el PRO decidiera la sustitución. En el caso de que lo hiciera, podía suceder que lo tiren para adelante lo cual iba a dejar con un auditor menos y que no era fácil de sustituir.
Por otro lado, del punto de vista personal me nombraron por cuatro años y no me parecía lógico dejar esto para ir un año a la legislatura. Y en un año electoral yendo a un bloque que ya está conformado, construido y trabajando era poco lo que yo podía aportar. A parte estoy contento con el trabajo acá. Ya fui ministro, fui legislador y ahora soy auditor. Voy pasando por las distintas ventanillas que tiene el Estado, lo que me da una mirada de la función pública y el servicio público diferente y espero completar esta etapa.
Después en el 2015 veremos como seguimos. Pero hasta el año próximo me parecía lógico quedarme acá. Lo discutimos mucho con mis compañeros del bloque, lo discutí con algunos compañeros como Juan Canbandié. Y en conclusión creo que fue una buena decisión, yo estoy contento. Espero que le vaya bien a Muñoz como diputado.
¿Qué opinión le merece la gestión del Gobierno de Mauricio Macri?
Creo que hay que mirarlo por todas la cuestiones, por las que está en falta, pero también por todas las cosas que hizo bien. Me parece que sería un error político en el que se suele incurrir decir que está todo mal mientras que Macri tiene una imagen positiva alta. Entonces, hay un porcentaje importante de la población que está de acuerdo con la gestión.
Me parece que hay que mirar las dos cosas y tratar de explicar por qué pasa. Y en función de eso plantear cuáles tiene que ser las propuestas de una fuerza opositora en la Ciudad de Buenos Aires, pero que viene gobernando el país y que quiere ser Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires.
Cuando Macri plantea cuestiones como el Metrobus me parece que más allá de que haya que cuidar al patrimonio urbano y el medio ambiente, cuando viene una propuesta de transporte que va a mejorar la calidad de vida de los porteños en términos de tiempos que consumen para viajar, me parece ingenuo oponerse. En todo caso hay que discutir si está bien planificado o no, si está bien donde se lo plantea, si es un verdadero Metrosbus y cuánto cuesta.
¿Qué aspectos del sector público cree que están mal gestionados?
Me parece que hay una muy mala administración en general de los recursos de la Ciudad para empezar y se suele ver poco. O mejor dicho, los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires lo van a ver, lamentablemente, en el futuro.
La Ciudad triplicó la deuda, los intereses de la misma el año que viene superan el ocho por ciento del gasto de la Ciudad. El nivel de ingresos es más alto, como consecuencia de los gravámenes. Tenemos el presupuesto más alto en la historia de la Ciudad con aumento de impuesto, de la presión fiscal y de endeudamiento. Y este último, ese endeudamiento va destinado a gastos corrientes, no a financiar inversión.
La inversión está estancada en la Ciudad Buenos Aires. Como porcentaje del producto está a los mismos niveles que hace diez años siendo que la Argentina creció, la Ciudad creció. Eso lo vas a pagar en el futuro, hoy lo que es la mala administración de los recursos los ciudadanos no lo ven.
Quizás sienten la presión fiscal. Ahí hay una preponderancia de más de los impuestos indirectos que son regresivos, un incremento alucinante de las tasas lo que resulta en que cada vez es más caro vivir en la Ciudad de Buenos Aires.
¿En qué sector se siente más esa falta de inversión?
Hay una ausencia crítica de inversión en las áreas sociales. Los porcentajes de gastos sobre todo en salud, vivienda y educación vienen decreciendo. Me parece que son las cuestiones centrales de un gobierno que pone mucha plata en aquello que se ve fácilmente, que es marketinero, y no financia cuestiones esenciales como son las obras para prevenir inundaciones o la infraestructura hospitalaria, la escolar, la creación de escuelas. Todo lo que tiene que ver con la construcción de capital humano.
Es una gestión que tiene claros y oscuros porque a la vez se ha hecho cargo de una agenda que no es propia de la derecha. Es una agenda que en América Latina la han llevado adelante gobiernos de centro izquierda. Por ejemplo, Jaime Lerner en Curitiba, y otras ciudades como Bogotá, incluso como Medellín que si bien tiene gobiernos cambiantes han avanzado mucho con la necesidad de entender al espacio público como un espacio de integración y de lucha contra la inseguridad.
Me parece que en eso hay aciertos por parte del gobierno de Macri, sobre todo lo que tiene que ver con la peatonalización de la parte central. Me parece que es una obra que se necesitaba, es un éxito de la gestión y sirve para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, todos los que trabajamos en el microcentro lo vemos todo los días. Sería muy de tonto no planteárselo.
Desde el Frente para la Victoria, ¿cómo cree que debería encararse la campaña por la Jefatura de la Ciudad?
La propuesta para adelante nuestra tiene que ser todo lo que Macri hace mal y todo lo que hay que mejorar. Hay tomas de agenda que son sumamente mejorables y que hay que profundizar.
La cuestión del espacio público hay que profundizarla. Y después me parece que hay una serie de aspecto a los cuales esta gestión de Macri no les ha prestado atención. A parte de la cuestión social que tiene que ver con el perfil de la ciudad que queremos, no hay por parte del macrismo una idea de ciudad, sólo son parches. No hay planificación en la Ciudad de Buenos Aires.
Cuando uno recorre el mundo, ve que hoy las ciudades planifican. Además de competir entre sí, planifican y a mí me parece que esta ciudad no lo hace, no tiene un ministro planificador. El ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín, está más que nada para favorecer los intereses de la Cámara de Construcción y a las empresas constructoras. Tenemos un Código de Planeamiento que creo que hay que rediscutir.
Por otro lado, a parte de la falta de panificación me parece que no está planteado y es toda una discusión respecto del perfil. Me parece que, también, hay todo un aporte que el kirchnerismo tiene que hacer en la Ciudad de Buenos Aires que tiene que ver con los grandes logros de Cristina Fernández de Kirchner que tiene que ver con todo lo que se hizo en el sector científico.
La Ciudad es el lugar por excelencia donde viven y se forman los científicos, tenemos la Universidad más importantes del país, el kirchnerismo construyó el Polo Científico Técnico en Palermo. Me parece que alrededor de esto, de lo que tiene que ver con las políticas de creación de conocimiento que al final es agregación de valor para mejorar cualitativamente la producción argentina y de la Ciudad de Buenos Aires. Me parece que ahí nosotros tenemos muchas cosas para plantear que el macrismo no ha hecho caso. Porque no cree en esto, en realidad cree en la privatización de la formación de la cuestión educativa y de la ciencia.
Nueva Ciudad mantuvo un diálogo con Epszteyn sobre el trabajo que se realiza en la Auditoría, el porqué de su permanencia en ese organismo y cómo ve la gestión de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires.
Por Leila Lobos
¿Cómo es el trabajo en la Auditoria?
Cuando nosotros vinimos a la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires nadie sabía que existía este organismo. En estos tres años si bien se podía haber hecho más, salimos mucho a la opinión pública. Nosotros planteamos cuestiones que tiene que ver institucionalmente con el trabajo de la Auditoría. Pero otras veces son iniciativas de los equipos técnicos que están trabajando en el bloque del Frente para la Victoria (FpV) en este organismo. Porque esto además de ser un lugar de seguimiento de la gestión de Gobierno, la propia práctica hace que muchos técnicos que no tiene una mirada de cómo funciona el sector público y el conjunto de la gestión, desde acá se van formando en esa temática y eso nos ha permitido poder hacer incluso trabajos de sistematización.
En general los informes son temáticos y tienen que ver con un plan de la Auditoria que se vota en la Legislatura todos los años y hace que uno audite una muestra de unidades de gobierno en cada uno de los ministerios. Nosotros estamos más preocupados por relacionar, porque sino son informes aislados. Vincular ese información, entrecruzarla, nos permite incluso la construcción hasta de algunos indicadores tendiendo a poder en un futuro incluso hacer tareas de evaluación de gestión, que eso la Auditoría no lo hace. Entonces, se logra todo un trabajo de formación de cuadros y equipos de trabajo.
¿Este trabajo en la Auditoría lo ayudó a tomar la decisión de rechazar la Legislatura y permanecer como auditor?
Si, pasar a la Legislatura iba a implicar un debilitamiento de ese trabajo porque primero íbamos a estar en minoría hasta que el PRO decidiera la sustitución. En el caso de que lo hiciera, podía suceder que lo tiren para adelante lo cual iba a dejar con un auditor menos y que no era fácil de sustituir.
Por otro lado, del punto de vista personal me nombraron por cuatro años y no me parecía lógico dejar esto para ir un año a la legislatura. Y en un año electoral yendo a un bloque que ya está conformado, construido y trabajando era poco lo que yo podía aportar. A parte estoy contento con el trabajo acá. Ya fui ministro, fui legislador y ahora soy auditor. Voy pasando por las distintas ventanillas que tiene el Estado, lo que me da una mirada de la función pública y el servicio público diferente y espero completar esta etapa.
Después en el 2015 veremos como seguimos. Pero hasta el año próximo me parecía lógico quedarme acá. Lo discutimos mucho con mis compañeros del bloque, lo discutí con algunos compañeros como Juan Canbandié. Y en conclusión creo que fue una buena decisión, yo estoy contento. Espero que le vaya bien a Muñoz como diputado.
¿Qué opinión le merece la gestión del Gobierno de Mauricio Macri?
Creo que hay que mirarlo por todas la cuestiones, por las que está en falta, pero también por todas las cosas que hizo bien. Me parece que sería un error político en el que se suele incurrir decir que está todo mal mientras que Macri tiene una imagen positiva alta. Entonces, hay un porcentaje importante de la población que está de acuerdo con la gestión.
Me parece que hay que mirar las dos cosas y tratar de explicar por qué pasa. Y en función de eso plantear cuáles tiene que ser las propuestas de una fuerza opositora en la Ciudad de Buenos Aires, pero que viene gobernando el país y que quiere ser Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires.
Cuando Macri plantea cuestiones como el Metrobus me parece que más allá de que haya que cuidar al patrimonio urbano y el medio ambiente, cuando viene una propuesta de transporte que va a mejorar la calidad de vida de los porteños en términos de tiempos que consumen para viajar, me parece ingenuo oponerse. En todo caso hay que discutir si está bien planificado o no, si está bien donde se lo plantea, si es un verdadero Metrosbus y cuánto cuesta.
¿Qué aspectos del sector público cree que están mal gestionados?
Me parece que hay una muy mala administración en general de los recursos de la Ciudad para empezar y se suele ver poco. O mejor dicho, los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires lo van a ver, lamentablemente, en el futuro.
La Ciudad triplicó la deuda, los intereses de la misma el año que viene superan el ocho por ciento del gasto de la Ciudad. El nivel de ingresos es más alto, como consecuencia de los gravámenes. Tenemos el presupuesto más alto en la historia de la Ciudad con aumento de impuesto, de la presión fiscal y de endeudamiento. Y este último, ese endeudamiento va destinado a gastos corrientes, no a financiar inversión.
La inversión está estancada en la Ciudad Buenos Aires. Como porcentaje del producto está a los mismos niveles que hace diez años siendo que la Argentina creció, la Ciudad creció. Eso lo vas a pagar en el futuro, hoy lo que es la mala administración de los recursos los ciudadanos no lo ven.
Quizás sienten la presión fiscal. Ahí hay una preponderancia de más de los impuestos indirectos que son regresivos, un incremento alucinante de las tasas lo que resulta en que cada vez es más caro vivir en la Ciudad de Buenos Aires.
¿En qué sector se siente más esa falta de inversión?
Hay una ausencia crítica de inversión en las áreas sociales. Los porcentajes de gastos sobre todo en salud, vivienda y educación vienen decreciendo. Me parece que son las cuestiones centrales de un gobierno que pone mucha plata en aquello que se ve fácilmente, que es marketinero, y no financia cuestiones esenciales como son las obras para prevenir inundaciones o la infraestructura hospitalaria, la escolar, la creación de escuelas. Todo lo que tiene que ver con la construcción de capital humano.
Es una gestión que tiene claros y oscuros porque a la vez se ha hecho cargo de una agenda que no es propia de la derecha. Es una agenda que en América Latina la han llevado adelante gobiernos de centro izquierda. Por ejemplo, Jaime Lerner en Curitiba, y otras ciudades como Bogotá, incluso como Medellín que si bien tiene gobiernos cambiantes han avanzado mucho con la necesidad de entender al espacio público como un espacio de integración y de lucha contra la inseguridad.
Me parece que en eso hay aciertos por parte del gobierno de Macri, sobre todo lo que tiene que ver con la peatonalización de la parte central. Me parece que es una obra que se necesitaba, es un éxito de la gestión y sirve para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, todos los que trabajamos en el microcentro lo vemos todo los días. Sería muy de tonto no planteárselo.
Desde el Frente para la Victoria, ¿cómo cree que debería encararse la campaña por la Jefatura de la Ciudad?
La propuesta para adelante nuestra tiene que ser todo lo que Macri hace mal y todo lo que hay que mejorar. Hay tomas de agenda que son sumamente mejorables y que hay que profundizar.
La cuestión del espacio público hay que profundizarla. Y después me parece que hay una serie de aspecto a los cuales esta gestión de Macri no les ha prestado atención. A parte de la cuestión social que tiene que ver con el perfil de la ciudad que queremos, no hay por parte del macrismo una idea de ciudad, sólo son parches. No hay planificación en la Ciudad de Buenos Aires.
Cuando uno recorre el mundo, ve que hoy las ciudades planifican. Además de competir entre sí, planifican y a mí me parece que esta ciudad no lo hace, no tiene un ministro planificador. El ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín, está más que nada para favorecer los intereses de la Cámara de Construcción y a las empresas constructoras. Tenemos un Código de Planeamiento que creo que hay que rediscutir.
Por otro lado, a parte de la falta de panificación me parece que no está planteado y es toda una discusión respecto del perfil. Me parece que, también, hay todo un aporte que el kirchnerismo tiene que hacer en la Ciudad de Buenos Aires que tiene que ver con los grandes logros de Cristina Fernández de Kirchner que tiene que ver con todo lo que se hizo en el sector científico.
La Ciudad es el lugar por excelencia donde viven y se forman los científicos, tenemos la Universidad más importantes del país, el kirchnerismo construyó el Polo Científico Técnico en Palermo. Me parece que alrededor de esto, de lo que tiene que ver con las políticas de creación de conocimiento que al final es agregación de valor para mejorar cualitativamente la producción argentina y de la Ciudad de Buenos Aires. Me parece que ahí nosotros tenemos muchas cosas para plantear que el macrismo no ha hecho caso. Porque no cree en esto, en realidad cree en la privatización de la formación de la cuestión educativa y de la ciencia.
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