- Archivo
- 07.11.2014
"La Justicia sigue golpeando a los más humildes", sostuvo Pietragalla
Las declaraciones fueron en el marco de una audiencia pública en el Congreso para difundir la historia de dos jóvenes que estuvieron encarcelados dos años por una causa en la que no había pruebas contundentes en su contra. El lunes próximo comienza su juicio oral porque el fiscal apeló la absolución.
Luz Gómez y Diego Romero son pareja y están acusados del asesinato de una colectivero en Castelar por una mochila con objetos personales que se olvidaron en un remis y que apareció en la escena del crimen. La audiencia pública para tratar este caso se dio en el anexo del Congreso.
Pese a que el juez de la causa pudo determinar que el día del hecho no se encontraban en Castelar y de que esa mochila es la única prueba en su contra, el fiscal general de la Unidad Fiscal de Instrucción 17, Matías Rappazo, hizo que llegarán hasta la instancia de juicio oral y generó la reacción de diferentes organismos de Derechos Humanos que denuncian que se trata de una "causa armada".
“Este tipo de causas demuestran que nuestra gran deuda pendiente sigue siendo la democratización de la Justicia. Lo intentamos y no pudimos, pero lo vamos a seguir intentando. La Justicia sigue golpeando a los sectores más humildes”, sostuvo Horacio Pietragalla Corti durante la audiencia de la que también participaron los jóvenes acusados y sus madres; los diputados nacionales Leonardo Grosso (FpV) y Manuel Garrido (UCR).
A los jóvenes también los acompañó su abogado, Eduardo Soares; Maximiliano Medina del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y estuvo presente Pablo Pimentel de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH), entre otros.
“Todos los elementos de la causa indican que no estuvieron involucrados en el hecho y llama la atención la actitud del fiscal”, sostuvo Manuel Trufó, investigador del Equipo de Políticas de Seguridad y Violencia Institucional del CELS, en diálogo con Télam.
La jornada de hoy se ideo luego de que la semana pasada los jóvenes contaran su historia frente a los legisladores de la Comisión de Derechos Humanos y Garantías de la cámara de diputados que esta integrada, entre otros, por Pietragalla, Grosso y Garrido.
Luz y Diego, son dos jujeños que habían venido a trabajar a Buenos Aires cuando el 21 de diciembre de 2011 a las 7 de la mañana, un grupo de policías entró a la fuerza en la casa que alquilaban en Villa Ballester.
“En la DDI de Merlo un defensor oficial les contó de qué los acusaban de un asesinato”, informó el portal de noticias Infojus, en un artículo en el que se reconstruyó la historia del caso.
“Dos meses antes de la detención una pareja había llegado a la casa de Mercedes del Valle Ríos, en Castelar, con la excusa de comprar ropa para un bebé. En realidad, habían planificado el robo. No contaban con que el marido de la mujer estaba durmiendo la siesta en una de los dormitorios. Roberto Castillo, un colectivero de la línea 216, salió con un revólver calibre 32 que ni siquiera llegó a empuñar. La pareja sacó un arma, le disparó en la mano y dos tiros más en la cabeza. El hombre murió en el acto y ellos escaparon”, se recordó.
En el mismo artículo se indicó que “cuando la policía llegó al lugar a recoger pruebas encontraron una mochila Nike. Adentro estaba un certificado de vacunas de Zaira Romero con fecha del 21 de septiembre de 2010. La nena, que en ese entonces tenía dos años, es la hija de Luz y Diego. Los jujeños nunca estuvieron en Castelar, al oeste del conurbano. El día del crimen estaban en el Shopping Solei, en Boulogne comprando ropa”.
Y se afirmó que “está comprobado con testigos que ellos perdieron la mochila con la ropa y el certificado de vacunación de su hija el 2 de julio de 2011. Además, un estudio de ADN sobre una mancha de sangre levantada a metros de la casa donde sucedió el crimen determinó que se trata de un perfil genético que no pertenece ni a Luz ni a Diego”.
Luz Gómez y Diego Romero son pareja y están acusados del asesinato de una colectivero en Castelar por una mochila con objetos personales que se olvidaron en un remis y que apareció en la escena del crimen. La audiencia pública para tratar este caso se dio en el anexo del Congreso.
Pese a que el juez de la causa pudo determinar que el día del hecho no se encontraban en Castelar y de que esa mochila es la única prueba en su contra, el fiscal general de la Unidad Fiscal de Instrucción 17, Matías Rappazo, hizo que llegarán hasta la instancia de juicio oral y generó la reacción de diferentes organismos de Derechos Humanos que denuncian que se trata de una "causa armada".
“Este tipo de causas demuestran que nuestra gran deuda pendiente sigue siendo la democratización de la Justicia. Lo intentamos y no pudimos, pero lo vamos a seguir intentando. La Justicia sigue golpeando a los sectores más humildes”, sostuvo Horacio Pietragalla Corti durante la audiencia de la que también participaron los jóvenes acusados y sus madres; los diputados nacionales Leonardo Grosso (FpV) y Manuel Garrido (UCR).
A los jóvenes también los acompañó su abogado, Eduardo Soares; Maximiliano Medina del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y estuvo presente Pablo Pimentel de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH), entre otros.
“Todos los elementos de la causa indican que no estuvieron involucrados en el hecho y llama la atención la actitud del fiscal”, sostuvo Manuel Trufó, investigador del Equipo de Políticas de Seguridad y Violencia Institucional del CELS, en diálogo con Télam.
La jornada de hoy se ideo luego de que la semana pasada los jóvenes contaran su historia frente a los legisladores de la Comisión de Derechos Humanos y Garantías de la cámara de diputados que esta integrada, entre otros, por Pietragalla, Grosso y Garrido.
Luz y Diego, son dos jujeños que habían venido a trabajar a Buenos Aires cuando el 21 de diciembre de 2011 a las 7 de la mañana, un grupo de policías entró a la fuerza en la casa que alquilaban en Villa Ballester.
“En la DDI de Merlo un defensor oficial les contó de qué los acusaban de un asesinato”, informó el portal de noticias Infojus, en un artículo en el que se reconstruyó la historia del caso.
“Dos meses antes de la detención una pareja había llegado a la casa de Mercedes del Valle Ríos, en Castelar, con la excusa de comprar ropa para un bebé. En realidad, habían planificado el robo. No contaban con que el marido de la mujer estaba durmiendo la siesta en una de los dormitorios. Roberto Castillo, un colectivero de la línea 216, salió con un revólver calibre 32 que ni siquiera llegó a empuñar. La pareja sacó un arma, le disparó en la mano y dos tiros más en la cabeza. El hombre murió en el acto y ellos escaparon”, se recordó.
En el mismo artículo se indicó que “cuando la policía llegó al lugar a recoger pruebas encontraron una mochila Nike. Adentro estaba un certificado de vacunas de Zaira Romero con fecha del 21 de septiembre de 2010. La nena, que en ese entonces tenía dos años, es la hija de Luz y Diego. Los jujeños nunca estuvieron en Castelar, al oeste del conurbano. El día del crimen estaban en el Shopping Solei, en Boulogne comprando ropa”.
Y se afirmó que “está comprobado con testigos que ellos perdieron la mochila con la ropa y el certificado de vacunación de su hija el 2 de julio de 2011. Además, un estudio de ADN sobre una mancha de sangre levantada a metros de la casa donde sucedió el crimen determinó que se trata de un perfil genético que no pertenece ni a Luz ni a Diego”.
- SECCIÓN
- Archivo
COMENTARIOS