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- 06.11.2014
Lucio Mantel: "intento hacer cosas que me inquieten en cada disco"
Por Sebastián Scigliano
De la frondosa escena de hacedores de canciones que creció en los últimos años, su voz y su manera de componer asoman como referencia, de esas que toman la forma "al estlio de". Sin embargo, Lucio Mantel prefiere verse a sí mismo como parte de ese "lenguaje elástico que todos hacemos crecer", como dice, más allá de que voces "consagradas", como la de Elena Roger, hayan elegido sus canciones para interpretar. Con tres discos en su haber y el cuarto en pleno proceso de armardo, toca este viernes en La manzana de las Luces, junto a Juan Jacinto.
Decís que no te considerás un cantautor. ¿Te incomoda esa definición?
No me incomoda, sólo no me siento representado. La palabra cantautor remite un poco al que musicaliza sus versos. Poniendo el foco en las letras. Yo ante todo me siento músico.
Aparecés como referencia de muchos otros artistas de este tiempo, que te ubican como un registro al hablar de su obra. ¿Cómo te sentís con eso? ¿Creés haber llegado a un “estilo Mantel” o algo parecido?
No sé. El lenguaje es algo elástico que entre todos hacemos crecer, si mis discos fueran un aporte a esa tarea que de alguna manera es colectiva, me siento satisfecho. Yo me aburro bastante rápido de mí, no me gusta repetirme, entonces trato de huir de lo que sería mi “estilo propio”. Prefiero intentar hacer cosas que me inquieten en cada disco nuevo que hago. El disco que estoy terminando ahora, va a tener muy poco de lo que, supongo, sería catalogado como el “estilo Mantel”.
¿Qué es, para vos, una canción?
Es el género musical que más me interesa, porque excede a la poesía y a la música, incluso como género literario las letras de canciones son una categoría en sí misma. Estudié mucho guitarra cuando era más chico. Hice música instrumental mucho tiempo, y en un momento descubrí que lo que más me mueve es cantar, siendo la voz algo que no trabajé mucho.
¿Qué escuchás o mirás para componerlas?
No paro de escuchar música. Vivimos en una época donde escuchamos hasta cuando no queremos escuchar! Y todo entra en las canciones, consciente o inconscientemente.
Decís por ahí algo así como que no hay por qué asociar a la canción con lo minimalista o lo despojado. ¿Cómo te llevás, sin embargo, con el sonido “voz y guitarra”, que es la propuesta para el show del viernes?
Eso lo dije hace 4 años cuando salió Miniatura, y lo decía en relación a una tendencia que hay de asociar automáticamente la canción con la economía de recursos. Como si fuera la mejor y única manera. Mi disgusto es más con esa categorización que con el minimalismo en sí. Con el automatismo. Prefiero escuchar qué me pide cada cosa en la que trabajo y ponerle lo que me parezca que haga falta, ni menos ni más. Compongo canciones más simples también, y todos mis discos tienen temas que están tocados con la guitarra sola. Amo tocar en vivo solo con la guitarra. Se produce una conexión distinta con el público. Y en lo personal disfruto de la ventaja de poder hacer las variaciones que me pinten en las canciones que toco siempre. Hay mucha gente que viene especialmente a los conciertos sin banda.
¿Qué es lo mejor y lo peor de ser un artista independiente?
Creo que a esta altura la excepción son los artistas que no son autogestionados. Quiero decir, casi toda la música que se está haciendo hoy en día es lo que se suele llamar “independiente”. Incluso varios de los que son editados por compañías grandes. Yo no descarto que mi próximo disco salga editado en algún sello (Unas horas, el último, salió por Acqua y Cool du monde), pero a las decisiones artísticas y la libertad para decidir cómo llevo mi carrera seguirán estando en mi poder.
¿En qué lugar imaginás tu carrera en dos o tres años?
Siempre intento visualizar mi próximo paso, darlo, y volver a visualizar el que viene, y así. No pienso tan a largo plazo. Hace poco hablábamos con Alejandro Terán - músico y arreglador - que el futuro es una fantasía total. Nadie puede anticiparlo, ni por asomo. Ahora quiero terminar con inspiración el disco que saldrá el año que viene, y armar con tiempo un hermoso recital para presentar en todas las provincias argentinas que podamos.
De la frondosa escena de hacedores de canciones que creció en los últimos años, su voz y su manera de componer asoman como referencia, de esas que toman la forma "al estlio de". Sin embargo, Lucio Mantel prefiere verse a sí mismo como parte de ese "lenguaje elástico que todos hacemos crecer", como dice, más allá de que voces "consagradas", como la de Elena Roger, hayan elegido sus canciones para interpretar. Con tres discos en su haber y el cuarto en pleno proceso de armardo, toca este viernes en La manzana de las Luces, junto a Juan Jacinto.
Decís que no te considerás un cantautor. ¿Te incomoda esa definición?
No me incomoda, sólo no me siento representado. La palabra cantautor remite un poco al que musicaliza sus versos. Poniendo el foco en las letras. Yo ante todo me siento músico.
Aparecés como referencia de muchos otros artistas de este tiempo, que te ubican como un registro al hablar de su obra. ¿Cómo te sentís con eso? ¿Creés haber llegado a un “estilo Mantel” o algo parecido?
No sé. El lenguaje es algo elástico que entre todos hacemos crecer, si mis discos fueran un aporte a esa tarea que de alguna manera es colectiva, me siento satisfecho. Yo me aburro bastante rápido de mí, no me gusta repetirme, entonces trato de huir de lo que sería mi “estilo propio”. Prefiero intentar hacer cosas que me inquieten en cada disco nuevo que hago. El disco que estoy terminando ahora, va a tener muy poco de lo que, supongo, sería catalogado como el “estilo Mantel”.
¿Qué es, para vos, una canción?
Es el género musical que más me interesa, porque excede a la poesía y a la música, incluso como género literario las letras de canciones son una categoría en sí misma. Estudié mucho guitarra cuando era más chico. Hice música instrumental mucho tiempo, y en un momento descubrí que lo que más me mueve es cantar, siendo la voz algo que no trabajé mucho.
¿Qué escuchás o mirás para componerlas?
No paro de escuchar música. Vivimos en una época donde escuchamos hasta cuando no queremos escuchar! Y todo entra en las canciones, consciente o inconscientemente.
Decís por ahí algo así como que no hay por qué asociar a la canción con lo minimalista o lo despojado. ¿Cómo te llevás, sin embargo, con el sonido “voz y guitarra”, que es la propuesta para el show del viernes?
Eso lo dije hace 4 años cuando salió Miniatura, y lo decía en relación a una tendencia que hay de asociar automáticamente la canción con la economía de recursos. Como si fuera la mejor y única manera. Mi disgusto es más con esa categorización que con el minimalismo en sí. Con el automatismo. Prefiero escuchar qué me pide cada cosa en la que trabajo y ponerle lo que me parezca que haga falta, ni menos ni más. Compongo canciones más simples también, y todos mis discos tienen temas que están tocados con la guitarra sola. Amo tocar en vivo solo con la guitarra. Se produce una conexión distinta con el público. Y en lo personal disfruto de la ventaja de poder hacer las variaciones que me pinten en las canciones que toco siempre. Hay mucha gente que viene especialmente a los conciertos sin banda.
¿Qué es lo mejor y lo peor de ser un artista independiente?
Creo que a esta altura la excepción son los artistas que no son autogestionados. Quiero decir, casi toda la música que se está haciendo hoy en día es lo que se suele llamar “independiente”. Incluso varios de los que son editados por compañías grandes. Yo no descarto que mi próximo disco salga editado en algún sello (Unas horas, el último, salió por Acqua y Cool du monde), pero a las decisiones artísticas y la libertad para decidir cómo llevo mi carrera seguirán estando en mi poder.
¿En qué lugar imaginás tu carrera en dos o tres años?
Siempre intento visualizar mi próximo paso, darlo, y volver a visualizar el que viene, y así. No pienso tan a largo plazo. Hace poco hablábamos con Alejandro Terán - músico y arreglador - que el futuro es una fantasía total. Nadie puede anticiparlo, ni por asomo. Ahora quiero terminar con inspiración el disco que saldrá el año que viene, y armar con tiempo un hermoso recital para presentar en todas las provincias argentinas que podamos.
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