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- 03.10.2014
Mudar la Capital demandaría dos décadas
Los técnicos especializados aseguran que ese sería un plazo lógico para la reubicación, e indican que beneficiaría a crear nuevas rutas comerciales.
“Necesitamos también integrarnos como región, porque ya hemos dejado de pensarnos únicamente como país individual”, indicaba Cristina Fernández de Kirchner el último 26 de agosto. En el marco de un acto en Santiago del Estero, la jefa de Estado propuso relocalizar la Capital Federal al centro del país. “Con visión estratégica, laguna vez deberíamos comenzar a pensar los argentinos en un diseño territorial diferente porque le mundo ha cambiado”, enfatizó la presidenta.
Sus palabras sirven de apoyo a la iniciativa de Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados por el Frente para la Victoria, que incita el traslado de la Capital a Santiago del Estero, con el fin de lograr un equilibrio demográfico. Fuentes allegadas al legislador explicaron que “el 37 por ciento de la población se concentra en el 1 por ciento del territorio nacional, provocando hacinamiento, zonas anegadas, caos de tránsito, violencia y como consecuencia una mala calidad de vida".
El motivo por el que se elige el centro del país como una nueva locación es por su posición equidistante con los dos océanos, eso permitiría abrir nuevas rutas comerciales. Otra de las razones es su cercanía con los países socios estratégicos de la Argentina.
Según los datos que aportó el censo de 2010, la Ciudad de Santiago del Estero tiene una población de 277.312 habitantes (poco menos del 10 por ciento de la población de la Ciudad Autónoma), hay 80.000 viviendas de las cuales el 85 por ciento son dueños de su propiedad y funcionan ocho líneas de colectivos urbanas. De convertirse en la nueva Capital Federal, la provincia deberá recibir una inversión público y privada para realizar las obras necesarias para conectarla con todo el país.
Las trabajos deberán realizarse en distintos ámbitos, desde traslados aéreos, ferroviarios y automovilísticos hasta nuevos edificios, espacios verdes y obras hídricas. El reordenamiento territorial, tendiente al equilibrio regional y demográfico, demandará por lo menos de dos décadas según los expertos.
Pedro del Piero, presidente de la Fundación Metropolitana, aseguró: “Para Buenos Aires sería un alivio sacarse de encima la jurisdicción federal porque deberían transferirse dispositivos centrales para desarrollar lo local, como el puerto o la policía. Para el lugar que la recepte, una bendición si se hace bien, racionalmente planificada, o un castigo si no”. Pensando en la integración regional “es de toda lógica ir al centro del país”, aseguró del Piero y explicó que lo primordial es definir qué va a ser lo que se relocalizará, para después planear la infraestructura física: qué tipo de edificios, movilidad y servicios no necesitarían.
Por otro lado, Oscar Edmundo Díaz trabajó en la implementación de metrobuses en más de 40 ciudades. El mismo indica, según se publicó en Perfil, que la mudanza de la Capital no sería una buena idea. Sostiene: “la tendencia en el mundo es que hagamos las ciudades más densas para así tener mejor transporte y servicios. Trasladar el Gobierno no significa sólo edificios con oficinas públicas, hay otros servicios”.
“Necesitamos también integrarnos como región, porque ya hemos dejado de pensarnos únicamente como país individual”, indicaba Cristina Fernández de Kirchner el último 26 de agosto. En el marco de un acto en Santiago del Estero, la jefa de Estado propuso relocalizar la Capital Federal al centro del país. “Con visión estratégica, laguna vez deberíamos comenzar a pensar los argentinos en un diseño territorial diferente porque le mundo ha cambiado”, enfatizó la presidenta.
Sus palabras sirven de apoyo a la iniciativa de Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados por el Frente para la Victoria, que incita el traslado de la Capital a Santiago del Estero, con el fin de lograr un equilibrio demográfico. Fuentes allegadas al legislador explicaron que “el 37 por ciento de la población se concentra en el 1 por ciento del territorio nacional, provocando hacinamiento, zonas anegadas, caos de tránsito, violencia y como consecuencia una mala calidad de vida".
El motivo por el que se elige el centro del país como una nueva locación es por su posición equidistante con los dos océanos, eso permitiría abrir nuevas rutas comerciales. Otra de las razones es su cercanía con los países socios estratégicos de la Argentina.
Según los datos que aportó el censo de 2010, la Ciudad de Santiago del Estero tiene una población de 277.312 habitantes (poco menos del 10 por ciento de la población de la Ciudad Autónoma), hay 80.000 viviendas de las cuales el 85 por ciento son dueños de su propiedad y funcionan ocho líneas de colectivos urbanas. De convertirse en la nueva Capital Federal, la provincia deberá recibir una inversión público y privada para realizar las obras necesarias para conectarla con todo el país.
Las trabajos deberán realizarse en distintos ámbitos, desde traslados aéreos, ferroviarios y automovilísticos hasta nuevos edificios, espacios verdes y obras hídricas. El reordenamiento territorial, tendiente al equilibrio regional y demográfico, demandará por lo menos de dos décadas según los expertos.
Pedro del Piero, presidente de la Fundación Metropolitana, aseguró: “Para Buenos Aires sería un alivio sacarse de encima la jurisdicción federal porque deberían transferirse dispositivos centrales para desarrollar lo local, como el puerto o la policía. Para el lugar que la recepte, una bendición si se hace bien, racionalmente planificada, o un castigo si no”. Pensando en la integración regional “es de toda lógica ir al centro del país”, aseguró del Piero y explicó que lo primordial es definir qué va a ser lo que se relocalizará, para después planear la infraestructura física: qué tipo de edificios, movilidad y servicios no necesitarían.
Por otro lado, Oscar Edmundo Díaz trabajó en la implementación de metrobuses en más de 40 ciudades. El mismo indica, según se publicó en Perfil, que la mudanza de la Capital no sería una buena idea. Sostiene: “la tendencia en el mundo es que hagamos las ciudades más densas para así tener mejor transporte y servicios. Trasladar el Gobierno no significa sólo edificios con oficinas públicas, hay otros servicios”.
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