En registros civiles porteños hay un divorcio cada dos matrimonios

En la Ciudad se registra una separación legal cada 142 minutos, se trata de una tendencia en alza. Aunque las uniones civiles crecen , la cantidad de matrimonios descendió, desde 1971 que no se registraban tan pocos.

Debido a razones socioeconómicas, culturales y hasta psicológicas, las estadísticas de las rupturas conyugales llegaron a su más alto nivel histórico. En concreto, se produce un divorcio cada dos matrimonios, en un marco donde disminuyen las bodas, aumentan las uniones civiles y existe un crecimiento constante de las viviendas habitadas por solteros.

Según datos que otorgó el Registro Civil porteño al diario Tiempo Argentino, en los primeros siete meses de este año se registraron 2915 divorcios, lo que denota en un divorcio cada 142 minutos. Son 77 más de los que se inscribieron desde enero a julio de 2013.

En contraposición, los matrimonios van decayendo en cantidad. Hace 15 años había 46 casamientos por día, en la primera mitad del 2014 son 28 cada 24 horas. Esta tendencia se profundizó estos últimos años. En 2012 se registraron 12.637 matrimonios, y en 2013 el número disminuyó a 11.629.

Los meses elegidos para tomar decisiones amorosas también son particulares. Los meses más elegidos para casarse son noviembre y diciembre, mientras que para separarse son marzo y abril. En ese sentido, la abogada del Estudio Jurídico Derecho y Familia, Alejandra Foti, explicó: "Hay menos tolerancia y la gente hoy por hoy se divorcia más joven". Y explicó que diez años atrás la edad promedio de la separación superaba los 40, y hoy bajo a los 35, y suele darse en matrimonios sin hijos.

Según el doctor Eduardo Drucaroff, investigador en psicoanálisis de familia y pareja, no determina el fin de la idea de la monogamía, sino que "son monogamias seriales cada ciertos períodos de tiempo. Es que cada vez hay menos sometimiento a las convenciones y más libertad personal." La contrapartida, cree, es que hay "cierta laxitud en el compromiso que juega en contra de la posibilidad de sostener la pareja en los vaivenes hacia abajo".

Otra cosa que va en contra de los matrimonios es la unión civil. Esta última es requerida por muchos que buscan beneficios sociales y laborales.  En 2006 hubo 13.808 matrimonios y 344 uniones; en cambio, en 2013 se registraron 11.629 matrimonios y 670 uniones civiles.

Georgina Binstock, investigadora del Centro de Estudios de Población (CENEP)-CONICET, destacó:  "Hay un cambio de modalidad, de cómo es la trayectoria en relación con la conformación familiar. Antes se quedaban en la casa hasta que se casaban. Las nuevas generaciones eligen unirse, convivir, y eso no está necesariamente registrado en las estadísticas. Antes la unión era una etapa previa al matrimonio, pero cada vez se va consolidando más como opción de más largo plazo o incluso permanente".

Y agrega que "en la medida en que se consolida la pareja ven menos necesario legalizar la unión a través del casamiento. Otros, en cambio, deciden casarse ya sea porque quieren terminar de sellar su compromiso y hacer una fiesta, o porque un hijo se los pide, o a partir de otros eventos como la compra de una vivienda, por ejemplo".

"Antes había mucha resistencia a la aceptación de las relaciones sexuales prematrimoniales, ahora eso se ha liberado y los jóvenes se dan cuenta que tampoco necesitan apurar el matrimonio para vivir juntos; toda esa otra dinámica de relación la pueden mantener de lo más bien estando solteros. Hoy causa más sorpresa si uno cuenta que se va a casar sin haber convivido, como era el viejo modelo", considera Binstock.

Sin embargo, en abril pasado, la Dirección General de Estadística y Censos porteña publicó un informe de población donde se destaca que en los inicios del siglo XXI, la mayoría continúa viviendo en familia: "Los hogares conyugales representan poco más del 60% del total de hogares, pero se observan cambios internos". Una de las autoras del trabajo, Victoria Mazzeo, investigadora del Instituto Germani-UBA y titular de la cátedra de Demografía Social, confirma que "las familias monoparentales reflejan la realidad cambiante de la situación conyugal. El aumento creciente de los divorcios y separaciones, tanto de parejas legales como consensuales, así como la menor duración de las uniones, son las primeras causas del aumento de este tipo de familias".

 


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