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- 01.10.2014
Proponen llamar “Maestro Alfredo Bravo” al edificio del Ministerio de Educación porteño
El proyecto de ley fue presentado en la Legislatura porteña por el diputado de UNEN Maximiliano Ferraro.
El diputado porteño de UNEN, Maximiliano Ferraro, propuso denominar con el nombre “Maestro Alfredo Bravo” a la sede del Ministerio de Educación de la Ciudad, ubicado en Paseo Colón 255 por el valor simbólico que encarnan la figura de Bravo y el edificio en cuestión.
En los fundamentos del proyecto se especifica que nombrar Maestro Alfredo Bravo al edificio contiene dos cuestiones simbólicamente representativas. En primer lugar, la Constitución porteña plantea, en su artículo 23, que "la Ciudad reconoce y garantiza un sistema educativo inspirado en los principios de la libertad, la ética y la solidaridad, tendiente a un desarrollo integral de la persona en una sociedad justa y democrática" y en el artículo siguiente expresa que "la Ciudad asume la responsabilidad indelegable de asegurar y financiar la educación pública, estatal laica y gratuita en todos los niveles y modalidades". En este sentido Ferraro argumenta: "Este espíritu constitucional marcó la lucha, la vida y cada una de las acciones del maestro Bravo".
En segundo lugar –continúan los fundamentos presentado-, "en este inmueble funcionaba el Ministerio de Defensa, emblema de la dictadura. Como sobreviviente y militante, la lucha por los derechos humanos y las huellas de este proceso en su personalidad caracterizaron la contracara de su interés por la educación pública, laica y gratuita”.
“El amargo recuerdo de la dictadura y el esperanzador devenir democrático están encarnados en el espíritu y en el legado de Alfredo Bravo. No sólo porque fue maestro sino también porque fue defensor de los derechos humanos. Su actividad docente, que desarrolló apasionadamente desde su juventud, sus acciones sindicales y su trabajo político no hicieron más que afirmar su compromiso y lucha humanista por una educación laica y gratuita y una sociedad más justa e igualitaria. Darle el nombre de "Maestro Alfredo Bravo" a este edificio es una forma de revertir la asociación de ese inmueble con la represión, al mismo tiempo que celebrar el triunfo de los derechos humanos y el espíritu constitucional sobre la educación.”
Finalmente, de acuerdo con el artículo 4 de la ley 83, "los nombres que se impongan a las calles y lugares públicos deberán estar directamente relacionados con la Ciudad de Buenos Aires, o bien revestir una importancia indiscutida en el orden nacional o universal” y “en este orden de ideas, el proceso de denominación no sólo debe expresar los valores democráticos y participativos consignados en la Constitución de la Ciudad, sino también reflejar su historia e identidad. Esta consideración tiene una doble implicación para el acto de la imposición de un nombre. No sólo es una forma de brindar reconocimiento a la persona o hecho histórico que se quiere referir sino también una manera de construir la memoria de la ciudad” expresa el legislador, vicepresidente primero de la Comisión de Educación de la Legislatura porteña.
El diputado porteño de UNEN, Maximiliano Ferraro, propuso denominar con el nombre “Maestro Alfredo Bravo” a la sede del Ministerio de Educación de la Ciudad, ubicado en Paseo Colón 255 por el valor simbólico que encarnan la figura de Bravo y el edificio en cuestión.
En los fundamentos del proyecto se especifica que nombrar Maestro Alfredo Bravo al edificio contiene dos cuestiones simbólicamente representativas. En primer lugar, la Constitución porteña plantea, en su artículo 23, que "la Ciudad reconoce y garantiza un sistema educativo inspirado en los principios de la libertad, la ética y la solidaridad, tendiente a un desarrollo integral de la persona en una sociedad justa y democrática" y en el artículo siguiente expresa que "la Ciudad asume la responsabilidad indelegable de asegurar y financiar la educación pública, estatal laica y gratuita en todos los niveles y modalidades". En este sentido Ferraro argumenta: "Este espíritu constitucional marcó la lucha, la vida y cada una de las acciones del maestro Bravo".
En segundo lugar –continúan los fundamentos presentado-, "en este inmueble funcionaba el Ministerio de Defensa, emblema de la dictadura. Como sobreviviente y militante, la lucha por los derechos humanos y las huellas de este proceso en su personalidad caracterizaron la contracara de su interés por la educación pública, laica y gratuita”.
“El amargo recuerdo de la dictadura y el esperanzador devenir democrático están encarnados en el espíritu y en el legado de Alfredo Bravo. No sólo porque fue maestro sino también porque fue defensor de los derechos humanos. Su actividad docente, que desarrolló apasionadamente desde su juventud, sus acciones sindicales y su trabajo político no hicieron más que afirmar su compromiso y lucha humanista por una educación laica y gratuita y una sociedad más justa e igualitaria. Darle el nombre de "Maestro Alfredo Bravo" a este edificio es una forma de revertir la asociación de ese inmueble con la represión, al mismo tiempo que celebrar el triunfo de los derechos humanos y el espíritu constitucional sobre la educación.”
Finalmente, de acuerdo con el artículo 4 de la ley 83, "los nombres que se impongan a las calles y lugares públicos deberán estar directamente relacionados con la Ciudad de Buenos Aires, o bien revestir una importancia indiscutida en el orden nacional o universal” y “en este orden de ideas, el proceso de denominación no sólo debe expresar los valores democráticos y participativos consignados en la Constitución de la Ciudad, sino también reflejar su historia e identidad. Esta consideración tiene una doble implicación para el acto de la imposición de un nombre. No sólo es una forma de brindar reconocimiento a la persona o hecho histórico que se quiere referir sino también una manera de construir la memoria de la ciudad” expresa el legislador, vicepresidente primero de la Comisión de Educación de la Legislatura porteña.
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