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- 22.09.2014
"Necesito Oler Limón": mano a mano con las nuevas voces
Se realizó la tercera edición del ciclo de literatura Necesito Oler Limón con la participación de los escritores Fabián Casas, Luis Mey y Débora Mundani. Los autores hablaron de los pormenores del proceso creativo y sus fuentes de inspiración y rememoraron sus comienzos en el oficio de escribir.
Por Nayla Díaz
En el corazón de la Capital late Almagro, el barrio al que Carlos Gardel le dedicó un tango y donde hoy, en la intersección de Guardia Vieja y Bulnes, está el conjunto de bares y espacios culturales donde Buenos Aires respira mejor. El jueves pasado, en el Centro Cultural La Vieja Guarida, se realizó la tercera edición del Ciclo Necesito Oler Limón, un encuentro de lecturas, diálogo y debate que tomó su nombre del poema homónimo de Hector Viel Temperley, hombre místico y outsider, ídolo de Fogwill y figura central de la poesía argentina.
“Organizamos el primer encuentro con la idea de que los escritores compartan, además de su escritura, su experiencia en la literatura, en la vida”, cuenta Maximiliano Cosentino, licenciado en psicología, estudiante de filosofía, y artífice de este Ciclo, junto a su compañera, Natalia Romero, licenciada en comunicación social y poeta. Juntos guían la charla y a través de sus preguntas indagan sobre el proceso creativo, la experiencia y el aprendizaje de los autores. Ambos coinciden en la importancia de hablar en torno a la literatura y no acerca de ella para no caer en “una conversación que tome la forma de intercambio académico”.
Este jueves participaron del encuentro los escritores Fabián Casas, Luis Mey y Débora Mundani; referentes de la narrativa argentina contemporánea. Para romper el hielo, y acorde con la consigna del ciclo, Casas, el poeta de Boedo, sentenció que “para hacer literatura, no hay que hablar de ella”, y con hilarante honestidad decretó que “la mayoría de nosotros somos giles, no sabemos cómo escribir”, descontracturando así ese hermetismo que propone hablar de disciplinas que obedecen a tantas reglas gramaticales. Por su parte, Luis Mey, ganador del premio Ñ de Novela 2013 por La pregunta de mi madre, aseguró que a la hora de escribir “la idea es hacer alquimia con la basura que encontrás”, en referencia a la tendencia de recurrir a la experiencia personal para construir relatos.
“Los textos que me gustan son los que tienen poesía: puede ser un ensayo, un relato, una novela, una chica, lo que sea… pero tiene que tener poesía, ¿Qué quiere decir esto? Que de alguna manera a mi me entusiasme porque está puesto en estado de incertidumbre, de pregunta. Eso para mi está relacionado con la belleza”, afirmó Fabián Casas al ser consultado respecto a sus preferencias literarias. Débora Mundani estuvo de acuerdo con la visión del autor y agregó: “La búsqueda de lo indecible: me gustó esa imagen, eso que ofrece incertidumbre”.
Como todo, los autores rememoraron sus primeros pasos a la hora de escribir y respondieron a las preguntas del público. A lo largo de los tres encuentros enmarcados en el Ciclo Necesito Oler Limón, sus organizadores hacen un balance y concluyen: “El escritor no está aislado del mundo, sino que sus experiencias vitales influyen en su escritura. No necesariamente como una relación de causa y efecto, sino como un aspecto ineludible del proceso creativo”.
Este nuevo espacio para el debate literario continuará desarrollándose con la intención de generar lugares de intercambio entre el público y los escritores, y de fomentar la lectura y escritura respectivamente. Por el Limón ya pasaron: Osvaldo Bossi, Selva Almada, Juan Sklar, Jorge Consiglio, Carolina Bruck, además de los presentes del último jueves en Almagro. Para el próximo los invitados -a confirmar- serán Mariano Dorr, Cecilia Szperling y Gabriela Bejerman. Todos escritores jóvenes y plumas destacadas de la nueva narrativa argentina.
Por Nayla Díaz
En el corazón de la Capital late Almagro, el barrio al que Carlos Gardel le dedicó un tango y donde hoy, en la intersección de Guardia Vieja y Bulnes, está el conjunto de bares y espacios culturales donde Buenos Aires respira mejor. El jueves pasado, en el Centro Cultural La Vieja Guarida, se realizó la tercera edición del Ciclo Necesito Oler Limón, un encuentro de lecturas, diálogo y debate que tomó su nombre del poema homónimo de Hector Viel Temperley, hombre místico y outsider, ídolo de Fogwill y figura central de la poesía argentina.
“Organizamos el primer encuentro con la idea de que los escritores compartan, además de su escritura, su experiencia en la literatura, en la vida”, cuenta Maximiliano Cosentino, licenciado en psicología, estudiante de filosofía, y artífice de este Ciclo, junto a su compañera, Natalia Romero, licenciada en comunicación social y poeta. Juntos guían la charla y a través de sus preguntas indagan sobre el proceso creativo, la experiencia y el aprendizaje de los autores. Ambos coinciden en la importancia de hablar en torno a la literatura y no acerca de ella para no caer en “una conversación que tome la forma de intercambio académico”.
Este jueves participaron del encuentro los escritores Fabián Casas, Luis Mey y Débora Mundani; referentes de la narrativa argentina contemporánea. Para romper el hielo, y acorde con la consigna del ciclo, Casas, el poeta de Boedo, sentenció que “para hacer literatura, no hay que hablar de ella”, y con hilarante honestidad decretó que “la mayoría de nosotros somos giles, no sabemos cómo escribir”, descontracturando así ese hermetismo que propone hablar de disciplinas que obedecen a tantas reglas gramaticales. Por su parte, Luis Mey, ganador del premio Ñ de Novela 2013 por La pregunta de mi madre, aseguró que a la hora de escribir “la idea es hacer alquimia con la basura que encontrás”, en referencia a la tendencia de recurrir a la experiencia personal para construir relatos.
“Los textos que me gustan son los que tienen poesía: puede ser un ensayo, un relato, una novela, una chica, lo que sea… pero tiene que tener poesía, ¿Qué quiere decir esto? Que de alguna manera a mi me entusiasme porque está puesto en estado de incertidumbre, de pregunta. Eso para mi está relacionado con la belleza”, afirmó Fabián Casas al ser consultado respecto a sus preferencias literarias. Débora Mundani estuvo de acuerdo con la visión del autor y agregó: “La búsqueda de lo indecible: me gustó esa imagen, eso que ofrece incertidumbre”.
Como todo, los autores rememoraron sus primeros pasos a la hora de escribir y respondieron a las preguntas del público. A lo largo de los tres encuentros enmarcados en el Ciclo Necesito Oler Limón, sus organizadores hacen un balance y concluyen: “El escritor no está aislado del mundo, sino que sus experiencias vitales influyen en su escritura. No necesariamente como una relación de causa y efecto, sino como un aspecto ineludible del proceso creativo”.
Este nuevo espacio para el debate literario continuará desarrollándose con la intención de generar lugares de intercambio entre el público y los escritores, y de fomentar la lectura y escritura respectivamente. Por el Limón ya pasaron: Osvaldo Bossi, Selva Almada, Juan Sklar, Jorge Consiglio, Carolina Bruck, además de los presentes del último jueves en Almagro. Para el próximo los invitados -a confirmar- serán Mariano Dorr, Cecilia Szperling y Gabriela Bejerman. Todos escritores jóvenes y plumas destacadas de la nueva narrativa argentina.
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