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- 04.09.2014
La Ciudad tiene 10 veces más viviendas vacías que hace 20 años
Con el desalojo del barrio Papa Francisco en Villa Lugano resurgió el tema de la crisis habitacional de la Ciudad que tiene la misma población que en 1947 pero diez veces más de viviendas vacías, casi 300.000.
Un estudio publicado en mayo pasado por Observatorio Urbano Local, Buenos Aires Metropolitana (OUL-BAM), que depende de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, da cuentas de las crisis habitacional. Este cambio se da por el reemplazo, en los últimos 30 años, de “la población originaria de niveles altos y medio altos que deciden residir en urbanizaciones cerradas del suburbio y la periferia” de la zona norte del conurbano “por población de estratos sociales de menores recursos atraída por la oferta de empleos y proximidad a servicios sociales”.
Artemio Abba, coordinador general del Observatorio, asegura que “la actividad residencial viene siendo reemplazada por actividades terciarias (servicios, comercio, etc.), fenómeno típico de los centros de las grandes ciudades”.
En lo que va de este siglo, 110.000 ciudadanos llegaron a la Capital Federal y la mitad se establecieron en villas, según un informe del Consejo Económico y Social de la Ciudad, que consigna que las zonas que más crecieron son la sur y Retiro, donde se alza la Villa 31. La cantidad de residentes en Capital se mantiene pero en las villas aumentan; también crecen el número de viviendas vacías. Uno de cada cinco inmuebles está desocupado.
Para 1991 31.000 casas estaban vacías en la Ciudad, en el 2001 eran 123.000 y en 2010 superaban las 288.000. Esto último representa “el 20,2% del parque habitacional de la Ciudad”, según este Consejo que reúne partidos, universidades, ONGs de defensa del consumidor, sindicatos, empresarios, banqueros, la Iglesia, la AMIA, el Centro Islámico, abogados y economistas.
En las últimas décadas, de acuerdo al trabajo, la construcción en la Ciudad se convirtió en una alternativa de ahorro e inversión, como también de especulación impulsada por el mercado y ya no es motorizada por políticas públicas orientadas a la resolución de la crisis habitacional.
En este sentido, y como una posible solución al conflicto, el informe del OUL-BAM señala que “la ciudad debe recuperar la urbanidad escamoteada por el modelo de torres country + shopping, patrón adoptado con el vano intento de competir con la periferia con sus mismas armas”.
Un estudio publicado en mayo pasado por Observatorio Urbano Local, Buenos Aires Metropolitana (OUL-BAM), que depende de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, da cuentas de las crisis habitacional. Este cambio se da por el reemplazo, en los últimos 30 años, de “la población originaria de niveles altos y medio altos que deciden residir en urbanizaciones cerradas del suburbio y la periferia” de la zona norte del conurbano “por población de estratos sociales de menores recursos atraída por la oferta de empleos y proximidad a servicios sociales”.
Artemio Abba, coordinador general del Observatorio, asegura que “la actividad residencial viene siendo reemplazada por actividades terciarias (servicios, comercio, etc.), fenómeno típico de los centros de las grandes ciudades”.
En lo que va de este siglo, 110.000 ciudadanos llegaron a la Capital Federal y la mitad se establecieron en villas, según un informe del Consejo Económico y Social de la Ciudad, que consigna que las zonas que más crecieron son la sur y Retiro, donde se alza la Villa 31. La cantidad de residentes en Capital se mantiene pero en las villas aumentan; también crecen el número de viviendas vacías. Uno de cada cinco inmuebles está desocupado.
Para 1991 31.000 casas estaban vacías en la Ciudad, en el 2001 eran 123.000 y en 2010 superaban las 288.000. Esto último representa “el 20,2% del parque habitacional de la Ciudad”, según este Consejo que reúne partidos, universidades, ONGs de defensa del consumidor, sindicatos, empresarios, banqueros, la Iglesia, la AMIA, el Centro Islámico, abogados y economistas.
En las últimas décadas, de acuerdo al trabajo, la construcción en la Ciudad se convirtió en una alternativa de ahorro e inversión, como también de especulación impulsada por el mercado y ya no es motorizada por políticas públicas orientadas a la resolución de la crisis habitacional.
En este sentido, y como una posible solución al conflicto, el informe del OUL-BAM señala que “la ciudad debe recuperar la urbanidad escamoteada por el modelo de torres country + shopping, patrón adoptado con el vano intento de competir con la periferia con sus mismas armas”.
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