A 20 años, destacaron el "salto cualitativo institucional" que significó la reforma constitucional

Representantes de la política y la Justicia recordaron lo que significó aquel proceso en 1994 y coincidieron en que muchos de sus postulados todavía están pendientes de ser materializados en la práctica.

Así lo afirmaron en el marco del encuentro "A 20 años de la reforma constitucional: reflexiones y desafíos futuros" que se realizó en el Palacio San Martín, organizado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

"Esta Constitución es absolutamente suficiente para los tiempos que vivimos. No requiere modificaciones, pero sí requiere que explicitemos en normas muchos de los principios que se sancionaron en 1994 y que todavía no están llevados a la práctica", dijo el ministro de Justicia, Julio Alak.

Para el ministro, hay cláusulas constitucionales -como la sanción de códigos- que el Congreso nacional "aún no hizo operativas", aunque afirmó que el texto reformado de la Carta Magna "cumple absolutamente" con las necesidades de los ciudadanos.

Con un llamado a valorar el "avance significativo de institucionalidad" que implicó la reforma, Alak fue el encargado de abrir el encuentro, que siguió con la disertación de tres ex convencionales: el juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni; el abogado constitucionalista Eduardo Barcesat y el dirigente de la Unión Cívica Radical, Jesús Rodríguez.

En sus exposiciones, todos los disertantes destacaron -como uno de los logros más trascendentes de la reforma- la inclusión de los tratados y convenciones internacionales, que permitieron grandes avances en materia de derechos humanos en el país, convirtiéndose en un "orgullo y modelo a nivel internacional".

"La reforma agregó innumerables derechos para los argentinos, que no están suficientemente difundidos hasta ahora, pero que permitieron avanzar significativamente en la política de derechos humanos de nuestro país", remarcó el ministro.

Por su parte, Zaffaroni destacó que en el debate de 1994 "no hubo exclusiones" ya que participaron todos los sectores y afirmó que la Carta Magna es "un programa, un proyecto que se debe impulsar constantemente".

En ese marco, consideró que el texto "no es perfecto" y -entre los desafíos pendientes- dijo que aún "no es claro el funcionamiento del Consejo de la Magistratura, los alcances de la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires, el funcionamiento del Ministerio público y su regulación"; y consideró que el "control constitucional es muy débil".

"Nos debemos una reflexión sobre si conviene o no discutir otra forma de gobierno. Nos debemos discutir, ver conveniencias, reflexiones para estar preparados para el impensado momento en que pueda abrirse la posibilidad de una nueva reforma", indicó.

En tanto, el ex ministro de Economía de Raúl Alfonsín, Jesús Rodríguez, defendió el papel de los partidos políticos en el proceso reformista y los "acuerdos sustantivos entre actores políticos" que la posibilitó, así como que haya sido votada por "unanimidad".

"Es la Constitución de los derechos humanos, de la ampliación de garantías de los ciudadanos y de un amplio mecanismo de participación política", remarcó Rodríguez y -como tareas pendientes- mencionó que "no se avanzó lo suficiente en institutos como el Consejo de la Magistratura y el Jefe de Gabinete", introducidos en el `94.

Sobre la conveniencia o no de una nueva modificación, el dirigente radical dijo que "definitivamente no hay que reformarla, sino cumplirla cabalmente".

Por su parte, Barcesat planteó que una reforma constitucional "no puede ser el acuerdo de dos caudillos políticos (en referencia al Pacto de Olivos), sino la obra de todo un pueblo para que de esa manera la vivan como socialmente obligatoria".

Barcesat, que fue constituyente por el Frente Grande, planteó la necesidad de una nueva Constitución con "un proyecto acorde a los desafíos del sigo XXI" y abogó para que se debata la parte dogmática de la Carta Magna, respondiendo a las "nuevas exigencias" como la integración a Latinoamérica y la "tutela efectiva de los recursos y riquezas naturales".

En el segundo panel, el académico Raúl Gustavo Ferreyra, expuso sobre "Garantías de los derechos constitucionales", y el ex convencional constituyente Antonio Hernández, habló sobre "La reforma constitucional de 1994 y los nuevos derechos".

En ese marco, Ferreyra ponderó "la reforma y señaló que los aniversarios son útiles para recrear las bases de consenso de ese momento y la reforma del 94 potenció los nuevos derechos y garantías" y aseveró que "ese fue un hecho vigoroso e importante porque la Constitución ha sido modificada seis veces en total".

Por su parte, Hernández destacó que en esa reforma constitucional, ocuparon "un lugar destacado los derechos humanos", ya que hoy existe un proceso fortalecido institucionalmente a nivel nacional y otro regional.


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