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- 03.07.2014
El Equipo de Antropología Forense conmemoró 30 años de “búsqueda por la verdad y la justicia”
En el acto la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, afirmó que “el Equipo Argentino de Antropología Forense hizo posible que los familiares de las víctimas de la dictadura conocieran la verdad”.
La conmemoración por el 30mo. aniversario de la creación de esta entidad, fundada por el académico estadounidense Clyde Snow.
“Gracias al trabajo de este grupo de jóvenes que Clyde condujo en los primeros años de la democracia, muchos de nosotros pudimos identificar los restos de nuestros familiares, conocer la verdad y empezar a transitar el camino de la justicia”, enfatizó Estela de Carlotto en una ceremonia que se llevó a cabo en la Biblioteca Nacional.
En esta conmemoración participaron también el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda; el presidente del EAAF, Luis Fondebrider; la vicepresidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Haydeé García de Gastelú; y el procurador de Derechos Humanos de El Salvador, David Morales.
Durante el acto se proyectó un video que repasó la formación del EAAF y el testimonio que Snow, fallecido en mayo pasado, brindó durante el juicio a las Juntas militares en 1985.
Carlotto recordó que el grupo nació como consecuencia de un viaje que las Abuelas realizaron a Estados Unidos, en 1982, con el propósito de consultar a autoridades científicas si era posible identificar a los nietos desaparecidos en base a las muestras de sangre aportadas por sus familiares.
“Un año después de ese viaje, un Congreso de especialistas en genética determinó en Estados Unidos que se podía identificar a los nietos secuestrados con muestras de sangre. Con ese interés llegó Snow, quería trabajar en la búsqueda de los desaparecidos”, reseñó la titular de Abuelas.
Así fue como este antropólogo texano de reconocida trayectoria en su país viajó a Buenos Aires a mediados de 1984 y convocó a un grupo de estudiantes de medicina, antropología cultural y arqueología para establecer un equipo que trabajara en la identificación de restos NN en las fosas comunes de los cementerios del Gran Buenos Aires.
“Lo que planteó Snow, junto con esos estudiantes argentinos, fue aplicar las técnicas que se utilizaban en la búsqueda de restos prehistóricos a las exhumaciones de los restos que pertenecían a personas que se encontraban desaparecidas", precisó Fondebrider.
"Cuando comenzamos con este trabajo no sabíamos nada y Clyde, con gran paciencia y humildad nos enseñó todo; en estos años, logramos que conocer la verdad, algo que para los familiares de la víctimas era una utopía, fuese una realidad”, remarcó.
La tarea del EAAF traspasó las fronteras del país y se difundió en más de 45 países de América, Asia, África y Europa, donde los peritos argentinos expusieron sus conocimientos en la identificación de las víctimas de la violencia política.
“El Salvador tiene una gran deuda con el EAAF; este grupo realizó una intensa tarea que permitió establecer la verdad sobre muchas matanzas de los grupos de la muerte, y siempre conjugando rigor científico con contención hacia los deudos de las víctimas”, manifestó Morales.
La conmemoración por el 30mo. aniversario de la creación de esta entidad, fundada por el académico estadounidense Clyde Snow.
“Gracias al trabajo de este grupo de jóvenes que Clyde condujo en los primeros años de la democracia, muchos de nosotros pudimos identificar los restos de nuestros familiares, conocer la verdad y empezar a transitar el camino de la justicia”, enfatizó Estela de Carlotto en una ceremonia que se llevó a cabo en la Biblioteca Nacional.
En esta conmemoración participaron también el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda; el presidente del EAAF, Luis Fondebrider; la vicepresidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Haydeé García de Gastelú; y el procurador de Derechos Humanos de El Salvador, David Morales.
Durante el acto se proyectó un video que repasó la formación del EAAF y el testimonio que Snow, fallecido en mayo pasado, brindó durante el juicio a las Juntas militares en 1985.
Carlotto recordó que el grupo nació como consecuencia de un viaje que las Abuelas realizaron a Estados Unidos, en 1982, con el propósito de consultar a autoridades científicas si era posible identificar a los nietos desaparecidos en base a las muestras de sangre aportadas por sus familiares.
“Un año después de ese viaje, un Congreso de especialistas en genética determinó en Estados Unidos que se podía identificar a los nietos secuestrados con muestras de sangre. Con ese interés llegó Snow, quería trabajar en la búsqueda de los desaparecidos”, reseñó la titular de Abuelas.
Así fue como este antropólogo texano de reconocida trayectoria en su país viajó a Buenos Aires a mediados de 1984 y convocó a un grupo de estudiantes de medicina, antropología cultural y arqueología para establecer un equipo que trabajara en la identificación de restos NN en las fosas comunes de los cementerios del Gran Buenos Aires.
“Lo que planteó Snow, junto con esos estudiantes argentinos, fue aplicar las técnicas que se utilizaban en la búsqueda de restos prehistóricos a las exhumaciones de los restos que pertenecían a personas que se encontraban desaparecidas", precisó Fondebrider.
"Cuando comenzamos con este trabajo no sabíamos nada y Clyde, con gran paciencia y humildad nos enseñó todo; en estos años, logramos que conocer la verdad, algo que para los familiares de la víctimas era una utopía, fuese una realidad”, remarcó.
La tarea del EAAF traspasó las fronteras del país y se difundió en más de 45 países de América, Asia, África y Europa, donde los peritos argentinos expusieron sus conocimientos en la identificación de las víctimas de la violencia política.
“El Salvador tiene una gran deuda con el EAAF; este grupo realizó una intensa tarea que permitió establecer la verdad sobre muchas matanzas de los grupos de la muerte, y siempre conjugando rigor científico con contención hacia los deudos de las víctimas”, manifestó Morales.
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