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- 02.07.2014
Suspenden los desalojos en la Manzana Franciscana y se reabre el diálogo con el Banco Ciudad
Las 60 familias que desde hace más de cuatro años vienen sorteando su desalojo de la Manzana Franciscana por parte del Banco Ciudad “están más tranquilas” a partir del acuerdo firmado ante la jueza Elena Liberatori, para la “suspensión” de las expulsiones y el inicio de una “etapa de diálogo” que permita alcanzar una “solución sustantiva”.
"Estamos bastante más tranquilos, pero es un paraguas temporal", explicó dijo a Télam Carlos Montenegro, referente de los vecinos, que nació y lleva 70 años viviendo en Balcarce 217. No obstante, “todavía no hay fecha de inicio de la primera reunión, ni plazo máximo” para el funcionamiento de esta mesa de diálogo, explicó Montenegro.
En una audiencia especial celebrada el pasado miércoles en el Juzgado N 4 en lo Administrativo y Tributario, y en el marco de los amparos allí presentados por los vecinos; sus representantes, la Procuraduría, el Ministerio de Desarrollo Social y el Banco Ciudad acordaron “abrir una etapa de diálogo tendiente a buscar una solución sustantiva que compatibilice los intereses del Banco y los derechos de los habitantes”.
Para ello, “se acuerda la suspensión de los desalojos de las familias comprendidas en los amparos en trámite en este juzgado y secretaría, como así la suspensión de los plazos procesales en dichas causas”, sigue el acta a la que tuvo acceso Télam.
Fuentes del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad de Buenos Aires, que representa a un grupo de los vecinos amparistas, calificaron el acuerdo como “un paso muy importante” porque "implica un cambio: el de querer ejecutar sí o sí los desalojos, a comprometerse a abrir un canal de negociación”.
Ubicada entre las calles Moreno, Balcarce y Alsina; la denominada “Manzana Franciscana” es una propiedad compuesta por 94 casas destinadas, desde su construcción a principios de 1880, a cumplir una función social proveyendo viviendas de alquiler para familias de escasos recursos.
Los vecinos comenzaron siendo inquilinos de los franciscanos y siguieron siéndolo del Banco Ciudad a partir de 1983, cuando el inmueble pasó a sus manos en pago por una vieja deuda.
Pero con la crisis de 2001, 68 de las 90 familias se atrasaron con los pagos y el Banco les inició juicios de desalojos, 62 de los cuales ya tienen sentencia definitiva.
Tras un primer intento realizado en 2010, el pasado 12 de junio iban a ser sacadas por la fuerza los primeras 2 de una tanda de 9 grupos familiares pero una medida cautelar lo impidió.
En marco del “Programa de Rehabilitación Urbana del Inmueble Manzana de los Franciscanos” implementado entre 1990-1995, los habitantes firmaron un convenio por el cual la ex Municipalidad se comprometía al no inicio de acciones de desalojo hasta tanto no se les proveyera de una solución habitacional.
Sobre la base de este convenio, los habitantes firmaron, a título personal, contratos de alquiler con el Banco Ciudad para permanecer por siete años (1993-2000) en la manzana, indicándose en una de la cláusulas que “el locador se compromete a no iniciar acciones tendientes a recuperar el inmueble locado” si la Municipalidad, agotado el contrato, no había cumplido con la suscripción de planes de vivienda. Y a pesar de que esas casas nunca se planificaron, a fines del año 2001, el Banco inició los juicios.
"Estamos bastante más tranquilos, pero es un paraguas temporal", explicó dijo a Télam Carlos Montenegro, referente de los vecinos, que nació y lleva 70 años viviendo en Balcarce 217. No obstante, “todavía no hay fecha de inicio de la primera reunión, ni plazo máximo” para el funcionamiento de esta mesa de diálogo, explicó Montenegro.
En una audiencia especial celebrada el pasado miércoles en el Juzgado N 4 en lo Administrativo y Tributario, y en el marco de los amparos allí presentados por los vecinos; sus representantes, la Procuraduría, el Ministerio de Desarrollo Social y el Banco Ciudad acordaron “abrir una etapa de diálogo tendiente a buscar una solución sustantiva que compatibilice los intereses del Banco y los derechos de los habitantes”.
Para ello, “se acuerda la suspensión de los desalojos de las familias comprendidas en los amparos en trámite en este juzgado y secretaría, como así la suspensión de los plazos procesales en dichas causas”, sigue el acta a la que tuvo acceso Télam.
Fuentes del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad de Buenos Aires, que representa a un grupo de los vecinos amparistas, calificaron el acuerdo como “un paso muy importante” porque "implica un cambio: el de querer ejecutar sí o sí los desalojos, a comprometerse a abrir un canal de negociación”.
Ubicada entre las calles Moreno, Balcarce y Alsina; la denominada “Manzana Franciscana” es una propiedad compuesta por 94 casas destinadas, desde su construcción a principios de 1880, a cumplir una función social proveyendo viviendas de alquiler para familias de escasos recursos.
Los vecinos comenzaron siendo inquilinos de los franciscanos y siguieron siéndolo del Banco Ciudad a partir de 1983, cuando el inmueble pasó a sus manos en pago por una vieja deuda.
Pero con la crisis de 2001, 68 de las 90 familias se atrasaron con los pagos y el Banco les inició juicios de desalojos, 62 de los cuales ya tienen sentencia definitiva.
Tras un primer intento realizado en 2010, el pasado 12 de junio iban a ser sacadas por la fuerza los primeras 2 de una tanda de 9 grupos familiares pero una medida cautelar lo impidió.
En marco del “Programa de Rehabilitación Urbana del Inmueble Manzana de los Franciscanos” implementado entre 1990-1995, los habitantes firmaron un convenio por el cual la ex Municipalidad se comprometía al no inicio de acciones de desalojo hasta tanto no se les proveyera de una solución habitacional.
Sobre la base de este convenio, los habitantes firmaron, a título personal, contratos de alquiler con el Banco Ciudad para permanecer por siete años (1993-2000) en la manzana, indicándose en una de la cláusulas que “el locador se compromete a no iniciar acciones tendientes a recuperar el inmueble locado” si la Municipalidad, agotado el contrato, no había cumplido con la suscripción de planes de vivienda. Y a pesar de que esas casas nunca se planificaron, a fines del año 2001, el Banco inició los juicios.
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