COMUNA 15

La fábrica de medallas Pandolfi de La Paternal provee de medallas a todo el país

Desde hace más de 40 años, Carlos Pandolfi tiene su fábrica de medallas en La Paternal. Es hincha del Bicho, aprendió el oficio de joyería siendo muy joven y hoy lo acompañan sus hijos.

Dafne Strobino

La fábrica de medallas de Carlos Pandolfi e hijos está ubicada en Juan Agustín García 1354, en el barrio de La Paternal. Por fuera se ve como una casa más, pero cuando se traspasa la puerta se descubre una fábrica con muchas máquinas, medallas y operarios.
 
Conversamos con Carlos Pandolfi, tiene 82 años y es el dueño de esta fábrica que produce medallas para todo el país, provee de medallas a los clubes de la AFA, a la Policía de la Ciudad y a diversas instituciones educativas. Comenzó en el oficio siendo muy joven y hoy trabaja junto a sus hijos.
 
¿Cuándo comenzó con este oficio?
 
Nací en Villa del Parque, soy hincha de Argentinos Juniors a muerte, toda mi vida estuve en la zona, ahora vivo en Caballito. A los 12 años empecé a trabajar en un taller de joyería, ahí aprendí el oficio, me quedé hasta los 18 años, después me puse por mi cuenta.
 
A los 20 años ya tenía mi departamento en Gavilán y Juan Agustín García, frente a la cancha de Argentinos Juniors, también tenía coche. En esa época trabajaba un kilo de oro por día, ahora estamos trabajando hierro.
 
Yo era muy ambicioso. Me puse de novio con una chica a los 14 años, mi papá era de posición muy humilde, pero la familia de esta chica tenía plata, y el padre me preguntaba si estudiaba y yo le decía que iba a trabajar y ganar plata. Después me compré el departamento y lo fui superando al padre de mi novia.
 
Cuando ya teníamos todo comprado en el departamento, lavarropas, heladera, todo, nos peleamos con mi novia, nos separamos. Al tiempo me casé por un lado, ella por el otro y después de 40 años nos volvimos a encontrar y ahora estamos viviendo juntos, nos casamos por iglesia, eso fue hace más de 20 años. Fue el destino.  
 
¿Cuándo instaló la fábrica?
 
Estoy acá hace 40 años. Poco tiempo después de haber comprado mi departamento, compré el local que quedaba abajo del edificio y ahí puse el taller, el local era chico. Hacíamos cadenas, pulseras. Con las medallas empecé hará unos 10 años más o menos.
 
A mí me enloquece armar cadenas, ir colocando los eslabones, es un trabajo que ya no se hace más, me encanta hacer cadenas, me relaja. Siento mucho amor por el trabajo, porque a mí me dio todo.
 
Acá compré un departamento para mi mamá y en una parte tenía la fábrica, después compré toda la propiedad y cuando ella fallece, hace ya unos años, agrandé el taller.
 
La primera máquina se la compré a un fabricante que me la dejó y venía a la semana o cada 15 días y se la iba pagando. Así fui comprando máquinas. Antes todos los tratos eran de palabra, no cambio esa vida por nada.
 
¿A quiénes fabrican medallas?
 
Ahora estamos haciendo para el campeonato de la Liga Profesional de Futbol. Tenemos mucho trabajo, somos seis personas que trabajamos acá, están mis dos hijos y uno de mis nietos.
 
También hacemos medallas para egresados de jardín, de primaria, de secundaria, hacemos pins. Ahora estamos haciendo para la Universidad de San Juan. Hacemos mucho para la Policía, el Ejército. Hacemos medallas de oro para Andreani, todos los años nos piden. Las medallas a color se pintan a mano con una jeringa.
 
Hicimos muchas cosas de santería, para Luján. Hacíamos muchas cosas a mano como los vitraux, pero era mucho trabajo y lo dejamos.
 
Trabajamos mucho para el interior, para Mendoza, San Juan, Córdoba. Hicimos medallas de la Virgen del Valle para Catamarca.
 
¿Cuál es su relación con el barrio?
 
Estuve en la comisión directiva de Argentinos Juniors durante mucho tiempo y toda la vida estuve por acá.
 
¿Cómo los puede contactar la gente?
 
Siempre trabajamos por recomendaciones de boca en boca, nunca hicimos publicidad. Ahora, en esta época del año, tenemos mucho trabajo, se nos juntó todo, los egresados, los campeonatos de futbol.
 
Esto a mí me encanta, yo estoy acá adentro y soy el tipo más feliz del mundo. Hay que ser agradecido a la vida, tuve la desgracia de mi hija ahora y mi papá que murió a los 54 años.
 


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