EMERGENCIA SANITARIA

UTE: “La presencialidad irresponsable del Gobierno de la Ciudad nos golpea una vez más”

Patricia Taha era auxiliar de la escuela de Danzas II Jorge Donn. Tenía 56 años y había sufrido Covid: las complicaciones posteriores al alta “provocaron este desenlace fatal”, según indicó la UTE, y expresó que esta muerte “se suma a la triste y larga lista evitable de compañeros que ya no están”.

Patricia Taha tenía 56 años.


Otra muerte enlutó a la comunidad educativa porteña, mientras gremios docentes y colectivos de familias siguen reclamando contra la ‘presencialidad plena’ sin distanciamiento ni burbujas, que ya se tradujo en miles de estudiantes y docentes aislados en las últimas semanas. “La presencialidad irresponsable del Gobierno de la Ciudad nos golpea una vez más”, lamentó la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) al informar la muerte de una trabajadora de la escuela de Danzas II Jorge Donn.

Patricia Taha era auxiliar en el turno vespertino en ese establecimiento. Tenía 56 años y había sufrido Covid: las complicaciones posteriores al alta “provocaron este desenlace fatal”, según indicó la UTE. “Se va una compañera excelente, observadora, atenta, muy valiosa en su tarea diaria, con principios nobles y claramente definidos”, la despidió el sindicato, y expresó que esta muerte “se suma a la triste y larga lista evitable de compañeros que ya no están”.

El caso se conoció a poco de la difusión de datos sobre los efectos que está teniendo la ‘presencialidad plena’ impuesta por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. “Desde la eliminación del protocolo del distanciamiento social en todo el sistema educativo se debieron cerrar más de 1000 burbujas, lo que representa alrededor 1500 docentes y más de 15 mil chicos y chicas de las escuelas de la Ciudad que debieron ser aislados en sus hogares y, en muchos casos ser sometidos a hisopados”, denunció la UTE.

Y agregó: “A la eliminación del distanciamiento se le suma la falta de materiales de bioseguridad y medidores de dióxido de carbono para poder adecuar los niveles de presencialidad a la situación real de cada aula. Asimismo la población estudiantil todavía no ha sido vacunada, por lo que se encuentra vulnerable a los contagios por la circulación del virus y por la aparición de nuevas cepas”.


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