“No dan respuesta a ninguno de los reclamos”, planteó Ademys tras la reunión del GCBA con gremios docentes

El Gobierno de la Ciudad se reunió ayer con los gremios docentes para presentarles el protocolo sobre el que se basará la vuelta a la presencialidad en las escuelas en el marco de la pandemia de coronavirus. Si bien los sindicatos analizarán el material –que les fue remitido poco antes del encuentro-, desde Ademys ya advirtieron que “el gobierno no da respuesta a ninguno de los reclamos que venimos planteando”.

“En primer lugar y como elemento fundamental, el gobierno continúa insistiendo con la vuelta a la presencialidad en un contexto de más de 1200 contagios diarios en la Ciudad de Buenos Aires y con un 60% de ocupación de camas de UTI en el AMBA. En medio de esta situación, el gobierno sigue sin garantizar condiciones básicas para la aplicación de los protocolos que elaboran las propias autoridades sanitarias”, cuestionaron desde Ademys. Y criticaron que “el protocolo sigue planteando burbujas del grado completo y que un mismo docente puede participar en más de una burbuja a cargo. En buena parte de las escuelas, las dimensiones de las aulas no permiten el distanciamiento de 1,5 m si se pretende el ingreso de la totalidad de la matricula”.

Apuntaron también que “no solo deja librada a cada escuela y conducción la organización espacial de los grados/cursos, sino que deslindan su responsabilidad en las conducciones escolares que deberán ser las que dictaminen si hay o no condiciones y aclara que deben garantizar que se cumpla el mínimo de presencialidad de lunes a viernes y 3hs (nivel inicial) y 4hs los otros niveles”. Agregaron, en ese sentido, que muchas de las escuelas no poseen la necesaria ventilación (ventilación cruzada puerta-ventana máxime cuando se está pensando la vuelta en una época de altísimas temperaturas) y no se han realizado las suficientes obras ni adecuaciones de infraestructura para adaptar espacios y baños.

“Si bien fue tomada nuestra propuesta de realizar testeos al personal educativo de manera sistemática, para poder hacer un seguimiento exhaustivo de posibles casos asintomáticos, hay varias cuestiones que continúan siendo problemas serios. La insistencia en que lxs docentes podamos participar de varias burbujas al mismo tiempo, viajando diariamente de una escuela a otra y estando en contacto con cientos de estudiantes por día (por ejemplo en el caso de lxs docentes curriculares, de media y Terciarios) aumenta la exposición al virus y la posibilidad de multiplicar los contagios”, señalaron como cuestionamiento principal. Y añadieron que tampoco se dio respuesta a cómo se manejará el uso del transporte público.

“El protocolo llega al absurdo de plantear que cuando no existan las condiciones para mantener el distanciamiento se deben extremar las demás medidas. ¿Lxs niñxs amontonados pero con doble barbijo? ¿Nos ponemos el doble de alcohol en gel?”, preguntaron con ironía. En tanto, desde ese espacio reclaman –entre otros aspectos- que se amplíe la planta docente, que haya grupos reducidos de estudiantes y se arme un sistema mixto de presencialidad y virtualidad, en el que las y los docentes no puedan participar de más de una burbuja.

De acuerdo al protocolo presentado ayer a los gremios, el uso de tapabocas será obligatorio en todo momento, tanto en el ingreso a los establecimientos como durante las clases. Solo estarán excluidos los chicos de los jardines maternales, menores de 2 años. En el nivel inicial, entre los 3 y los 5 años, se recomienda su uso siempre y cuando cuenten con la autonomía suficiente para colocarse y quitarse el barbijo por sus propios medios. En todos los casos, habrá distanciamiento de al menos 1,5 metros, para lo cual se propone señalizar los distintos espacios de las escuelas. 

Pese a que se planteó que estudiantes y docentes tendrán prioridad en el transporte público, el gobierno porteño recomienda evitar los colectivos y subtes, y acercarse a pie, en bicicleta o vehículos particulares hasta la escuela.

El ingreso a la escuela estará a cargo de dos adultos: uno se encargará del control de temperatura y el otro de guiar a los estudiantes en el camino al aula. En el recreo, el plan es que no se mezclen distintos grupos –habrá descansos con distintos horarios- y no se permitirán juegos de contacto físico.

Si alguien presentara síntomas de covid-19, la escuela deberá llevarlo a un lugar apartado, aislar a la burbuja en ese mismo momento y contactar a la obra social y a las familias. Una vez confirmado el caso, dice el borrador –según consignó Infobae-, el Ministerio de Salud porteño identificará a las personas que cumplan criterios de contacto estrecho.

Si se trata de un estudiante, se deberá aislar durante 10 días corridos al curso al cual pertenece y a los maestros que le hayan dado clases hasta 48 horas antes de confirmarse el caso. En cambio, si el positivo es de un docente, se deberá aislar durante diez días a todas las burbujas con las que tuvo contacto hasta 48 horas antes de recibir el resultado del hisopado.