QUEJAS DE VECINOS Y TRABAJADORES

Denuncian que la mudanza de Educación a la Villa 31 genera más desintegración en el barrio

A una cuadra del mega edificio, hay viviendas sin agua desde abril. Los colectivos sólo circulan en el horario laboral del Ministerio y hubo varios hechos de inseguridad.



Ni vecinos y vecinas ni trabajadores y trabajadoras están conformes. Tras la mudanza del Ministerio de Educación a la Villa 31, el efecto no fue una mayor integración en el barrio como prometió la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, sino todo lo contrario. Por un lado, los habitantes cuestionan la necesidad de un ministerio en un barrio sin hospital y con manzanas que no tienen agua desde julio. En tanto, docentes y empleados que trabajan en la cartera de Soledad Acuña denuncian situaciones de inseguridad e irregularidades en la obra.

Las denuncias fueron reveladas por el diario Página 12. Según el Ejecutivo local, la mudanza del Ministerio a la villa de Retiro se enmarca en el proyecto de urbanización que Larreta impulsa hace unos años y apuntaba a darle un impulso comercial a la zona y "romper con la creencia de los barrios marginales son inaccesibles".

Pero más allá del embellecimiento de la calle Perette, donde se ubica la sede, de la instalación de bicisendas alrededor y de la circulación –parcial- de tres nuevas líneas de colectivos que ahora ingresan al Barrio Mugica -el 33, el 45 y el 132- a una cuadra hay vecinos que están sin agua desde abril. Y denuncian que los colectivos que ahora entran al barrio ingresan solo desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde, sólo durante el horario de trabajo de los empleados y empleadas del Ministerio.

"Nos enteramos del Ministerio de Educación cuando ya empezaron a construirlo. Lo hicieron cuando lo que la comuna está demandando es un centro de salud, un hospital. Los Cesac no alcanzan y las ambulancias no entran al barrio, a menos que sea acompañado por un móvil de la policía. Nos pasó que gente se nos muriera porque los médicos se negaban a entrar", contó a Página 12 Walter Giracoy, consejero de la 31. "El edificio tiene agua, pero nosotros no. ¿Y nosotros qué somos?", cuestionó Saúl Sánchez, presidente de la Asociación de Comerciantes del Barrio Padre Carlos Mugica.

"No vamos a decir que la presencia del Estado es algo negativo, porque es algo positivo. Pero hay que ver en dónde aparece", dijo a ese diario Sofía González, comunera del Frente de Todos. "Sobre los terrenos de la YPF en donde se encuentra el Ministerio se iban a construir 2500 viviendas, pero a raíz de que el gobierno de la Ciudad modificó el proyecto original que se había votado en el 2009, las 2500 viviendas se convirtieron en 1200 casas y un Ministerio de Educación. Vos pensá que sólo el 10 por ciento de la gente del barrio Mugica va a ser relocalizada, todo lo demás va a quedar como está (…) Ahí es cuando entendés por qué Larreta, a pesar de tanta obra, perdió las elecciones en el barrio”. Además, vecinos y vecinas denuncian irregularidades en el proceso de adjudicación de las viviendas.

Por su parte, trabajadores y trabajadoras del Ministerio también se quejan. Desde que se oficializó la mudanza a principio de enero ya vivieron varios hechos de inseguridad. "Hay un malestar enorme entre los compañeros porque han querido hacer de esto una campaña de integración del barrio, los han utilizado como ratas de laboratorio, y no resultó", advirtió a Página 12 la delegada de ATE del Ministerio de Educación, María de las Mercedes Reinoso. "La gente está asustada. Vos tenés a muchísimas personas que probablemente sea la primer vez que vayan a una villa, que están alejadas a ciertas realidades de la sociedad, y que se encuentran con que, inmediatamente después de empezar a trabajar, se empiezan a suceder algunos robos. Así empezaron los reclamos de mayor Seguridad", relató, y recordó que una importante parte del personal del Ministerio de Educación es monotributista y no cuenta con beneficios como la ART.

"El traspaso de Paseo Colón a la Villa 31 tenía como objetivo integrar a la gente del barrio y eso fracasó rotundamente. Porque el objetivo era habilitar medios de transporte público que generasen un flujo de entrada y salida de personas y, así, integrar el barrio. Y la realidad es que las líneas de colectivos no están funcionando como deberían funcionar. Así que se está haciendo el traslado de personas con medios que son privados y que solamente nos llevan de un lugar al otro a los que somos empleados del ministerio", describió una trabajadora. "Que no nos vendan que están integrando el barrio porque cuando el transporte es prácticamente privilegiado para la gente que trabaja en el Ministerio, no hay integración", concluyó.

Además de los robos, Reinoso denunció que el edificio no cuenta con el certificado de final de obra. Las trabajadoras del ministerio que conversaron con Página/12 comentaron, además, que hubo tres ascensores clausurados y que, hace un par de semanas, una chica sordomuda quedó encerrada en uno de ellos. Por último, también se sucedieron algunos accidentes, como una chica que tuvo un ataque de epilepsia y otra que se esquinzó en una escalera, que causaron mucho malestar porque en ambos casos la ambulancia no quería entrar al barrio a buscarlas.

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