En la previa del G20, ya hubo al menos seis falsas amenazas de bomba en la Ciudad

“Tenemos un protocolo de seguridad claro, por eso aquellos que usen el sistema de emergencia, el 911, para dar alarmas falsas, inmediatamente van a ser rastreados, tenga el teléfono chip o no, localizados, y se abrirá una causa inmediata”, amenazó la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, durante una conferencia brindada este jueves, en la previa del G20. “No ha habido atentados, ha habido un bolso vacío, y hasta un simulacro en el Hospital Garrahan", aclaró la funcionaria, en referencia a las denuncias que circularon en las últimas horas. Lo cierto es que sólo a lo largo de la mañana se contabilizaron seis falsas amenazas de bomba en la Ciudad.

Según trascendió, la división Explosivos de la Policía de la Ciudad activó seis veces el protocolo de análisis y desactivación de bomba, ante amenazas que en todos los casos terminaron siendo falsas.

Una de ellas provino desde un aviso anónimo a través Whatsapp, que apuntaba al cruce de las calles 9 de Julio y Marcelo T. de Alvear. Mencionaba que “desde un auto” habían arrojado “un explosivo”. Sin embargo, la Policía comprobó que se trataba de una pieza de motor de heladera.

El escuadrón antibombas también intercedió en la calle Corvalán, en Villa Lugano, frente a la escuela de policía Juan Ángel Pirker. Allí, una vieja heladera de telgopor abandonada con un pedazo de hielo a medio derretir y un cuchillo tipo Tramontina habían generado la falsa alarma.

También ocurrió en una sucursal del banco HSBC, en la calle Reconquista, donde un caño que salía del suelo y atado con cinta fue confundido con un explosivo. Un cuarto caso, enumeró Infobae, trascendió en la estación Belgrano de la línea E de subte, donde una valija abandonada comenzó a llamar la atención y terminó siendo estallada por los efectivos de seguridad.

Asimismo hubo amenaza de bomba en el hospital Garrahan, donde se encontraron tres tubos azules atados con cinta con un medidor de tensiómetro, simulando un temporizador de un explosivo. Finalmente, el colegio Lenguas Vivas también reportó una amenaza de bomba que resultó falsa, pero requirió la implementación del protocolo correspondiente.