- Política
- 12.04.2017
SIN GARRAFAS
Los polémicos motivos tras la salida del segundo de Aranguren
José Luis Sureda renunció a su cargo de secretario de Recursos Hidrocarburíferos. Estaría relacionado con el accionar de tres grandes compañías petroleras que decidieron no vender garrafas a los consumidores.
José Luis Sureda renunció a su cargo de secretario de Recursos Hidrocarburíferos, el cual había asumido en el comienzo de la gestión de Cambiemos. Desde el ministerio de Energía no precisaron los motivos e indicaron que no iban a hacer comentarios al respecto. Sin embargo en la carta de renuncia Sureda acusa al ministro de Energía de "autoritario" y de no tolerar la "diversidad de opiniones".
Además fuentes del sector dijeron a la agencia de noticias DyN que Sureda (ex PAE) y Aranguren (ex Shell) venían teniendo "visiones distintas acerca de cómo encarar políticas públicas en el sector", particularmente en lo referido al desarrollo de la actividad de exploración y desarrollo (upstream) de hidrocarburos tanto en yacimientos convencionales como no convencionales.
En noviembre del año pasado la diputada nacional Elisa Carrió denunció penalmente a dos secretarios y a un director del Ministerio de Energía por supuestas "negociaciones incompatibles con la función pública". Dicha denuncia alcanzó a Sureda; al subsecretario de Refinación y Comercialización, Pablo Popik; y al director nacional de Gas Licuado de Petróleo, Luis Barile.
Según informa hoy Revista Crisis, Sureda estaría relacionado con el accionar de tres grandes compañías petroleras que decidieron no vender garrafas a los pobres consumidores, para exportar el gas y ganar rentabilidad. Los funcionarios de la cartera de Energía, provenientes de las empresas beneficiadas, habrían hecho la vista gorda e importaron el combustible faltante a precios más elevados.
Según una investigación del periodista Alejandro Bercovich, la decisión de no multar a las petroleras ni obligarlas a suministrar el gas licuado de petróleo (GLP) que debían entregar a las fraccionadoras les permitió disponer de un mayor excedente para exportar. Los informes técnicos que lo avalaron y los actos administrativos que lo ordenaron fueron suscriptos por Sureda.
El caso salió a la luz por una pelea interna entre Sureda y Pablo Popik, antiguo gerente de Repsol YPF, Esso y luego Axion. Ambos se trenzaron tres semanas atrás en una pelea que incluyó gritos e insultos y que terminó con siete técnicos despedidos y sumariados, acusados de corrupción. Ninguno de los dos funcionarios quería hacerse responsable de una cadena de decisiones que expone el conflicto de intereses que cruza íntegra a la cartera de Energía.
Además fuentes del sector dijeron a la agencia de noticias DyN que Sureda (ex PAE) y Aranguren (ex Shell) venían teniendo "visiones distintas acerca de cómo encarar políticas públicas en el sector", particularmente en lo referido al desarrollo de la actividad de exploración y desarrollo (upstream) de hidrocarburos tanto en yacimientos convencionales como no convencionales.
En noviembre del año pasado la diputada nacional Elisa Carrió denunció penalmente a dos secretarios y a un director del Ministerio de Energía por supuestas "negociaciones incompatibles con la función pública". Dicha denuncia alcanzó a Sureda; al subsecretario de Refinación y Comercialización, Pablo Popik; y al director nacional de Gas Licuado de Petróleo, Luis Barile.
Según informa hoy Revista Crisis, Sureda estaría relacionado con el accionar de tres grandes compañías petroleras que decidieron no vender garrafas a los pobres consumidores, para exportar el gas y ganar rentabilidad. Los funcionarios de la cartera de Energía, provenientes de las empresas beneficiadas, habrían hecho la vista gorda e importaron el combustible faltante a precios más elevados.
Según una investigación del periodista Alejandro Bercovich, la decisión de no multar a las petroleras ni obligarlas a suministrar el gas licuado de petróleo (GLP) que debían entregar a las fraccionadoras les permitió disponer de un mayor excedente para exportar. Los informes técnicos que lo avalaron y los actos administrativos que lo ordenaron fueron suscriptos por Sureda.
El caso salió a la luz por una pelea interna entre Sureda y Pablo Popik, antiguo gerente de Repsol YPF, Esso y luego Axion. Ambos se trenzaron tres semanas atrás en una pelea que incluyó gritos e insultos y que terminó con siete técnicos despedidos y sumariados, acusados de corrupción. Ninguno de los dos funcionarios quería hacerse responsable de una cadena de decisiones que expone el conflicto de intereses que cruza íntegra a la cartera de Energía.
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