- TARIFAZO
- 21.07.2016
DEBIDO A LA PELEA POR LOS AUMENTOS
Las boletas de gas llegarán cada 20 días
De esta manera, se compensarán los retrasos por las indefiniciones del Gobierno y de la Justicia.
La demora en la aplicación de los aumentos en las tarifas de gas, que el Gobierno lanzó en abril pasado, tendrá una consecuencia inesperada para los usuarios: deberán pagar el servicio una vez cada 20 días para compensar el tiempo en el que dominaron las indefiniciones.
Aunque habrá variaciones según los casos, sólo así los usuarios podrán llegar a fin de año sin grandes deudas con las distribuidoras, como Metrogas, Gas Natural Fenosa y Camuzzi, que, a su vez, enfrentan problemas por la falta de recaudación. El mayor ritmo de emisión de boletas en la última parte del año ocurrirá cualquiera que sea la decisión que tome la Justicia respecto de los aumentos, debido a que muchas de las facturas enviadas están regidas por un cuadro tarifario que luego fue modificado por el propio gobierno.
El tema se trató ayer en una reu-nión multitudinaria de la industria en el Enargas, el ente que regula el sector. El desafío burocrático es tan impensado que ese organismo deberá publicar una resolución que permita a las empresas modificar el esquema de vencimientos, dado que, de lo contrario, la operatoria sería ilegal. Los atrasos en la facturación comenzaron en abril, pero se fueron ampliando hasta que hace dos semanas la Cámara Federal de La Plata dispuso la anulación del aumento de tarifas en todo el país.
Entre el 7 y el 8 de este mes todas las empresas suspendieron la confección y el envío de las boletas a sus clientes. Antes incluso de eso, las distribuidoras tuvieron problemas con usuarios que protestaron porque recibieron facturas abultadas, presentaron recursos de amparo o pidieron la refacturación del servicio. Además, el Gobierno modificó dos veces en el año el cuadro tarifario que lanzó en abril. En junio dispuso que los aumentos de gas se limitarían a un 400% por encima de la misma factura del año pasado, a igualdad de consumo. El anuncio no calmó los ánimos en línea con las expectativas oficiales y las disputas continuaron tanto en la arena política como en la Justicia.
Así, a comienzos de este mes se rectificó y aplicó una suba del 400% sobre la tarifa final, más allá de cuál haya sido el consumo en cuestión. El ida y vuelta oficial, así como la proliferación de medidas en contra en la Justicia, entorpecieron el cronograma de facturación de las empresas. Las facturas de los clientes residenciales y los pequeños comercios vencen cada 60 días en promedio (puede haber algunas modificaciones por feriados). Con esa periodicidad las empresas miden y procesan los consumos, un procedimiento que aún se hace de manera manual.
La suba de tarifas que se anunció en abril mantuvo la lectura del medidor y la facturación bimestral, pero dispuso que cada período será dividido en dos partes iguales, que conformarán también dos talones de pagos de la nueva factura. Tras la intervención de la Justicia, la mayoría de las distribuidoras dejaron de emitir las facturas según el cronograma que tenían establecido, por lo que se empezaron a acumular atrasos.
Aunque habrá variaciones según los casos, sólo así los usuarios podrán llegar a fin de año sin grandes deudas con las distribuidoras, como Metrogas, Gas Natural Fenosa y Camuzzi, que, a su vez, enfrentan problemas por la falta de recaudación. El mayor ritmo de emisión de boletas en la última parte del año ocurrirá cualquiera que sea la decisión que tome la Justicia respecto de los aumentos, debido a que muchas de las facturas enviadas están regidas por un cuadro tarifario que luego fue modificado por el propio gobierno.
El tema se trató ayer en una reu-nión multitudinaria de la industria en el Enargas, el ente que regula el sector. El desafío burocrático es tan impensado que ese organismo deberá publicar una resolución que permita a las empresas modificar el esquema de vencimientos, dado que, de lo contrario, la operatoria sería ilegal. Los atrasos en la facturación comenzaron en abril, pero se fueron ampliando hasta que hace dos semanas la Cámara Federal de La Plata dispuso la anulación del aumento de tarifas en todo el país.
Entre el 7 y el 8 de este mes todas las empresas suspendieron la confección y el envío de las boletas a sus clientes. Antes incluso de eso, las distribuidoras tuvieron problemas con usuarios que protestaron porque recibieron facturas abultadas, presentaron recursos de amparo o pidieron la refacturación del servicio. Además, el Gobierno modificó dos veces en el año el cuadro tarifario que lanzó en abril. En junio dispuso que los aumentos de gas se limitarían a un 400% por encima de la misma factura del año pasado, a igualdad de consumo. El anuncio no calmó los ánimos en línea con las expectativas oficiales y las disputas continuaron tanto en la arena política como en la Justicia.
Así, a comienzos de este mes se rectificó y aplicó una suba del 400% sobre la tarifa final, más allá de cuál haya sido el consumo en cuestión. El ida y vuelta oficial, así como la proliferación de medidas en contra en la Justicia, entorpecieron el cronograma de facturación de las empresas. Las facturas de los clientes residenciales y los pequeños comercios vencen cada 60 días en promedio (puede haber algunas modificaciones por feriados). Con esa periodicidad las empresas miden y procesan los consumos, un procedimiento que aún se hace de manera manual.
La suba de tarifas que se anunció en abril mantuvo la lectura del medidor y la facturación bimestral, pero dispuso que cada período será dividido en dos partes iguales, que conformarán también dos talones de pagos de la nueva factura. Tras la intervención de la Justicia, la mayoría de las distribuidoras dejaron de emitir las facturas según el cronograma que tenían establecido, por lo que se empezaron a acumular atrasos.
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