Reemplazan el viejo velódromo por un parque de skate

De a poco, el viejo velódromo de la Ciudad se está convirtiendo en un skatepark apto para realizar eventos internacionales, con una cancha para hóckey sobre césped y otra de cemento para hóckey sobre patines. Además, se están recuperando los espacios verdes de los alrededores con canteros, paseos peatonales y mobiliario urbano. Todo el predio estará listo en el primer trimestre de 2017.

A fines del año pasado, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público había finalizado las tareas de demolición de las viejas tribunas, pues estaban en desuso y presentaban serios riesgo de derrumbe. Y en la primera parte del año comenzó el operativo reconstrucción: se llevaron los escombros, se limpió el predio y arrancaron los trabajos preliminares.

Lo único que quedó entre la calle Belisario Roldán, la avenida Figueroa Alcorta y las vías del ferrocarril Mitre, en Palermo, es la pista del velódromo, que oficiará de estructura para alojar el skatepark y el resto de las atracciones. Ya se montó el bowl de skate sobre la carpeta de pavimento, alrededor del cual se ubicarán canteros y taludes.

En el exterior y distribuidos a lo largo de las cinco hectáreas del predio están construyendo, además, un circuito aeróbico para caminar y correr, estaciones de entrenamiento, una pista de skate para principiantes y espacios de estar y de juegos. Bajo lo que fue la pista se montarán oficinas de administración y servicios, de cara a los Juegos Olímpicos de la Juventud, que se desarrollarán en 2018. Como obras adicionales, se mejorará la iluminación, se habilitarán tres accesos (uno por Belisario Roldán y dos por Alcorta) y se instalarán bancos, cestos, bicicleteros.

“El Velódromo fue sede de eventos deportivos de vanguardia. Desde la Ciudad estamos trabajando para recuperar el lugar y brindar un espacio verde con actividades al servicio de los vecinos”, aseguró Eduardo Macchiavelli, ministro de Espacio Público porteño. Inaugurado durante el Gobierno de Juan Domingo Perón para celebrar los Juegos Panamericanos de 1951, durante varios años el velódromo fue sede de carreras internacionales y eventos deportivos, siendo el tercero en importancia de la región. Su construcción presentaba fallas de ejecución, que sumadas al deterioro que produjo el abandono obligaron a demoler dos tribunas de gran porte que estaban adosadas a la pista. Su reparación no era viable económicamente.