Vecinos de Villa Urquiza quieren salvar al “Hospitalito”

Los vecinos del barrio de Villa Urquiza luchan para salvar el “Hospitalito”.

Para los históricos vecinos de Villa Urquiza una de las referencias del barrio es el “Hospitalito”. La Sala de Asistencia Médica General Urquiza, conocida en la zona como “Hospitalito”, funcionó durante más de seis décadas en Av. Triunvirato y Manuela Pedraza, atendiendo muchas especialidades, con consultorios externos y una guardia.

Sin embargo, las exigencias del Gobierno de la Ciudad luego de la tragedia de Cromañon, en cuanto a señalización de salidas de emergencias, estufas y otras cuestiones de seguridad, hicieron que en julio de 2007 fuera clausurado. Ese fue el comienzo de una larga historia de lucha vecinal.

Carlos Cócaro y Héctor Fumo, miembros de la comisión que logró reingresar y recuperar la administración del Hospitalito, no dudan en señalar al periódico El Barrio Pueyrredón, a los vecinos como elemento central: “Sin la fuerza vecinal no lo hubiéramos conseguido”.

Dentro de este grupo, una de ellas es Yanina Baccio, quien tiene a su cargo la página de Facebook “Queremos la apertura de la Sala de Emergencias Villa Urquiza”, clave en la difusión que permitió que un mayor número de vecinos se acercara. Dentro de este grupo de vecinos, también participan, Juan Martín Lavarello y Víctor Cabrera.

Un proceso judicial derivó en la destitución del presidente Julio Mohammad, avalada por la Inspección General de Justicia, por la ausencia de asambleas y los desmanejos administrativos. El 2 de julio de este año los vecinos lograron entrar al Hospitalito con una orden de un juez.

Este grupo de vecinos, junto a los miembros de la comisión que pudieron recuperar la Sala de Asistencia Médica General Urquiza, describe que al llegar al predio se encontraron cascotes, herramientas, repuestos. “Era usado como depósito. El anterior presidente creía que era de él”, dicen. “Cuando lo recuperamos, montábamos guardia todos los días. Hoy en día estamos ordenando, pagamos un sereno por la noche. Lo que hicimos en este mes fue increíble, fue más que en estos dos últimos años. La diferencia está en que estuvimos adentro”, agregan desde la actual comisión.

Tres juicios laborales, iniciados en 2010, ponen actualmente “en jaque” al Hospitalito. El problema se agravó porque desde la anterior comisión, no se presentó respuesta a las demandas, ya que se consideraba ilegal al reclamo. Si bien los actuales miembros de la administración comparten que el proceso judicial fue iniciado por “tres chantas a los que sólo les interesa la plata, y de los cuales uno cobró siempre porque está registrado”, reconocen que la situación sería distinta de haberle hecho frente mediante una apelación desde el comienzo. Hoy en día hay una doble sentencia judicial y se reclaman 700 mil pesos. Ellos se enteraron ocho meses después.

Todo debe definirse en menos de dos meses. Lavarello reconoce que necesitarán de una “mano” estatal o privada, ya que de otra forma es imposible reunir el monto. Lamenta con dolor el tiempo perdido por los desmanejos y las negligencias administrativas, a la vez que dice que recién ahora pueden convocar a la ayuda externa o hacer reuniones, una vez que la situación está ordenada.

“¿Cómo íbamos a pedir ayuda si no nos dejaban ni entrar a la sala, si no estaban los libros de actas, de balance, las escrituras?”, asume. Y cierra asegurando que para ellos, una semana es como un mes, de todo lo que hay para hacer.

Al no estar abierto, se les hace muy difícil solventar y pagar los gastos. “Sale mucho de nuestros bolsillos. Este fue el primer mes que cobramos los alquileres, antes le pagaban al anterior presidente, en forma personal y no quedó un peso”, comentan. Hacen referencia a los locales ubicados en la planta baja de la sala. Se trata de un local de reparación de celulares y un estudio jurídico.

El “Hospitalito” cuenta con una planta baja con más de diez consultorios, de amplio tamaño. Mucho del mobiliario se conserva, no en el mejor estado, pero en condiciones recuperables. También hay una cocina y un ascensor. En la planta alta, hay oficinas administrativas y una gran sala de reuniones. Además hay un piso superior. En lo edilicio, más allá de la dejadez fruto de ocho años sin abrir, no presenta grietas ni parece tener problemas estructurales.

Abierto en 1941, gracias a la acción de un grupo de vecinos del Círculo 9 de Julio de Villa Urquiza, la Sala de Asistencia Médica General Urquiza llegó a su sede actual en 1969. Su pico fue por esas décadas, cuando alcanzó los 5 mil pacientes mensuales y superó los 1300 socios.

Muchos de los vecinos de la zona tienen el recuerdo del Hospitalito. “Con mi mujer no éramos socios, pero vivimos siempre a dos cuadras. Y para las cosas urgentes era de mucha ayuda. Una vez a mi señora la mordió el perro y no dudamos, fue al Hospitalito y pudieron atenderla y curarla. Tal vez llevarla al Pirovano hubiese sido más lento y podría haberse infectado la herida o perdido sangre”, comenta Juan Tedesco al periódico El Barrio Pueyrredón.

También es destacable la historia de Myriam Zanata, quien toda su infancia, adolescencia y hasta casada con hijos se atendió en el Hospitalito. Recuerda que “era una institución con una excelente atención, buen equipo médico. Mi papá colaboraba mes a mes. Es una institución que ahora hace falta en nuestro barrio, porque no tenemos. Está el Pirovano, y más lejos el Tornú, el Zubizarreta, pero para esas cosas que son urgentes es indispensables. Cuando mi hijo tenía un año y medio, se cayó de la silla y se le abrió la pera. Lo atendieron perfectamente”. “A la vez, también le salvaron la vida a mi mamá, ya que le detectaron un problema cardíaco que después pudo tratar en otro lado”, rememora.

La comisión y los vecinos, participantes directa o no directamente en esta historia, buscarán reunir el dinero para pagar la sentencia judicial, evitando el remate o el embargo de la sala y así, en un tiempo, poder volver a ver al Hospitalito funcionando como antes, para los vecinos.


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