Críticas al proyecto de espacios verdes del PRO

El Gobierno de la Ciudad planea legislar de nuevo todo lo que haga al manejo de parques y espacios verdes, esto despierta una fuerte oposición.

La iniciativa del Ejecutivo porteño de legislar de nuevo todo lo que haga al manejo de parques y espacios verdes enfrenta un fuerte rechazo por parte de la oposición. En ocho años de gestión del PRO, la Ciudad de Buenos Aires ha perdido metros verdes, esto hace que se esté por debajo del promedio de espacios verdes por habitante recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En diálogo con Página 12, Manuel Ludueña de Buenos Aires Sostenible, critica al COPE, "el plan que presentó el ejecutivo a la Legislatura, explicando que se combinan o derogan siete leyes porteñas para imponer una suerte de plataforma muy difusa. El primer problema es que se desintegra la nomenclatura legal vigente, para reemplazarla por un lenguaje generalizado, vago. En términos legales y jurídicos, no queda muy claro qué cosa son los “Nuevos Espacios Verdes” detallados como “Espacios Verdes de Proximidad”, “Grandes Parques Urbanos” y “Plazas Integradas” que crea el COPE. Estos objetos legales no se definen, como sí se definían hasta ahora cosas como cantero, plaza, plazoleta, parque, jardín y patio".

Esta ambigüedad permitirá elegir dónde construir algo y cómo, pero evitando críticas porque nada quedará realmente escrito. El ahora electo Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta dijo al suplemento M2 de Página 12, que no piensa gastar en comprar terrenos para hacer espacios verdes, sino que usará tierras públicas que cambien de uso.

Con lo que la terminología de crear un “sistema de parques a escala metropolitana” con el Parque Tres de Febrero, los parques de la Costanera Sur, la Reserva Ecológica y el Parque Almirante Brown suena a nueva etiqueta para espacios que ya existen. El principal parque que puede ganar esta ciudad es el que resulte de enterrar el Ferrocarril Sarmiento, una obra que si se realiza será federal y no porteña.

Ludueña explica que “el proyecto es impreciso y fragmentario, distorsiona aún más el Código de Planeamiento Urbano, propone ideas jamás discutidas fuera del Ejecutivo, no avanza en nada en crear un modelo territorial de fondo y no aporta realmente a mejorar cosas como el calor y el humo de la ciudad”.


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