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- 16.07.2015
Piezas únicas de arte indígena y popular paraguayo en el Bellas Artes
Los pueblos originarios de Paraguay tendrán una muestra dedicada a su arte y cultura popular. “Tekoporá” es el nombre de esta exposición que en guaraní significa “cultura de la belleza y el bien común”, y reúne más de 200 piezas únicas.
Plumas e imaginería religiosa son algunos de los pilares sobre los que se construye la exhibición. La escalera que conduce al primer piso del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), invita al recorrido con coloridas estatuillas, amuletos religiosos y tallas en madera.
Un ‘Cristo de la Divina Sangre’, un San Sebastián Mártir plácido y sonriente; una Inmaculada Concepción que aplaca el descentramiento del barroco con diseños lineales y frontales; y dos estatuillas del buen y el mal ladrón -el malo es el que guiña un ojo- son parte del imaginario que hasta el 13 de septiembre podrá visitarse en el museo porteño.
“La exposición rescata una cosa muy sincrética, resultado de las apropiaciones populares de la cultura hegemónica, de la que se nutren sin ningún conflicto ni culpa”, indicó Ticio Escobar, director del Museo del Barro de Paraguay, de donde proviene la mayoría de las piezas, curador de la muestra, miembro del jurado que elegirá al nuevo director del MNBA y ex ministro de Cultura paraguayo.
“Sólo el Museo del Barro cuenta con 10 mil piezas”, añadió en diálogo con Agencia Télam sobre la exposición que también trajo obras de los museos argentinos de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco, Pueyrredón de San Isidro, La Plata y el Etnográfico Juan Ambrosetti.
“El arte indígena y popular tiene menos prejuicio que Occidente para asumir formas con naturalidad, modernizarse y transitar nuevos caminos; además sabe muy bien qué conservar y desechar y en qué innovar, si no serían culturas ya muertas”, enfatiza Escobar.
El recorrido incluye el paso por un túnel oscuro en el que baja notablemente la temperatura y da a la sala del arte plumario, que alberga enormes trajes ceremoniales hechos con plumas de animales con atributos divinos.
Tras lo cual se abre el paso hacia un espacio donde toma la escena un gran círculo de máscaras en madera; a los lados máscaras rituales, tallas zoomórficas y fotografías como la que muestra una impresionante cabeza de tapir con la espina dorsal expuesta, que carga un cazador aché sobre su espalda, todo ensangrentado.
La exposición que cuenta con el apoyo de la Embajada del Paraguay en Buenos Aires, la Secretaría Nacional de Cultura del Paraguay y la Asociación Amigos del MNBA, podrá visitarse de martes a viernes de 12.30 a 20.30 y los sábados y domingos de 9.30 a 20.30 con entrada gratuita.
Plumas e imaginería religiosa son algunos de los pilares sobre los que se construye la exhibición. La escalera que conduce al primer piso del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), invita al recorrido con coloridas estatuillas, amuletos religiosos y tallas en madera.
Un ‘Cristo de la Divina Sangre’, un San Sebastián Mártir plácido y sonriente; una Inmaculada Concepción que aplaca el descentramiento del barroco con diseños lineales y frontales; y dos estatuillas del buen y el mal ladrón -el malo es el que guiña un ojo- son parte del imaginario que hasta el 13 de septiembre podrá visitarse en el museo porteño.
“La exposición rescata una cosa muy sincrética, resultado de las apropiaciones populares de la cultura hegemónica, de la que se nutren sin ningún conflicto ni culpa”, indicó Ticio Escobar, director del Museo del Barro de Paraguay, de donde proviene la mayoría de las piezas, curador de la muestra, miembro del jurado que elegirá al nuevo director del MNBA y ex ministro de Cultura paraguayo.
“Sólo el Museo del Barro cuenta con 10 mil piezas”, añadió en diálogo con Agencia Télam sobre la exposición que también trajo obras de los museos argentinos de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco, Pueyrredón de San Isidro, La Plata y el Etnográfico Juan Ambrosetti.
“El arte indígena y popular tiene menos prejuicio que Occidente para asumir formas con naturalidad, modernizarse y transitar nuevos caminos; además sabe muy bien qué conservar y desechar y en qué innovar, si no serían culturas ya muertas”, enfatiza Escobar.
El recorrido incluye el paso por un túnel oscuro en el que baja notablemente la temperatura y da a la sala del arte plumario, que alberga enormes trajes ceremoniales hechos con plumas de animales con atributos divinos.
Tras lo cual se abre el paso hacia un espacio donde toma la escena un gran círculo de máscaras en madera; a los lados máscaras rituales, tallas zoomórficas y fotografías como la que muestra una impresionante cabeza de tapir con la espina dorsal expuesta, que carga un cazador aché sobre su espalda, todo ensangrentado.
La exposición que cuenta con el apoyo de la Embajada del Paraguay en Buenos Aires, la Secretaría Nacional de Cultura del Paraguay y la Asociación Amigos del MNBA, podrá visitarse de martes a viernes de 12.30 a 20.30 y los sábados y domingos de 9.30 a 20.30 con entrada gratuita.
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