El Hospital Udaondo está en ruinas

Según constataron dos legisladores de la Comisión de Salud, el Hospital Udaondo de Parque Patricios está en ruinas.

Los legisladores porteños Gustavo Vera (Bien Común) y Marcelo Ramal (Frente de Izquierda) recorrieron el Hospital Udaondo, Av. Caseros 2061 en el barrio de Parque Patricios, a pedido de los trabajadores para constatar las pésimas condiciones de infraestructura e higiene, la falta de personal, la guardia abarrotada con pacientes atendidos en los pasillos, la falta de insumos básicos y la cantidad de salas repletas de basura en lugar de tener más camas de internación.

El legislador Gustavo Vera, titular de La Alameda, sostuvo a Parabuenosaires que “los turnos se dan cada 6 u 8 meses por falta de personal, camas e insumos. Por todo esto es que presentaremos un detallado informe en la Comisión de Salud sin perjuicio de las acciones judiciales correspondientes. Es una vergüenza como el Gobierno de Mauricio Macri y Rodríguez Larreta deja a la deriva a este hospital que tiene excelentes profesionales trabajando en condiciones indignas”.

Dicho hospital no es un hospital de agudos, sino de los denominados “de derivación”, es decir de una patología específica (como los hay de otras especialidades: el Marie Curie y Roffo en cáncer; Lagleyze y Santa Lucía en oftalmología). Por lo tanto su capacidad de movilización no debe referirse a un área, barrio, zona, determinados, sino en todo caso a sus trabajadores y familiares de los pacientes que allí se asisten.

En la historia del Udaondo hubo aspectos a destacar como la incorporación a un viejo hospital “Del Tórax”, aledaño, absorbiendo incluso a algunos profesionales del mismo que luego se desempeñaron ahí, en el de Gastroenterología. Posteriormente hubo intentonas de cierre, formando parte con el María Ferrer (de vías respiratorias) y con el Muñiz de un frustrado proyecto de creación de un Centro Hospitalario a crearse en el terreno de éste último. Esto fue resistido.

Los trabajadores señalan que el estado de abandono edilicio, así como la inadecuación de las actuales instalaciones, en especial la guardia, donde hubo antaño algunas reformas y construcciones, que hoy son completamente obsoletas. Los trabajadores expresaron a los legisladores Vera y Ramal que no hay provisión de medicamentos adecuados para los pacientes internados.

También hay mucha demora en los turnos de determinadas prestaciones, por ejemplo de seis meses o más, para estudios endoscópicos u operaciones. Además, en caso de fallecimiento, los cuerpos de los occisos permanecen “in situ”, es decir, al lado de los internados.

En la planta baja funciona la guardia, donde están alojados en camas personas de diferentes sexos sin ningún biombo o división, es decir, avasallando el pudor de los mismos. Además, están en pasillos, agolpados en oficinas originariamente destinados a otros fines, todo lo cual ha reducido los espacios para el personal profesional y de enfermería a una mínima e inaceptable situación.

Además los pacientes deben adquirir por ellos mismos sondas nasogástricas para su alimentación, y se los ve deambular por cualquier espacio llevando ellos mismos sus “pies de suero”, en absoluta soledad, sin asistencia. Eso sí, hay TV en todas las habitaciones, pero para eso hay que pagar mediante la adquisición de unas fichas que se introducen en una máquina recaudadora.

En la farmacia es notoria la escasez de insumos, las enfermeras se quejan de que los medicamentos no se reponen y se sustituyen por otros parecidos. Por ejemplo, falta Ampicilina se lo reemplaza con Cefalexina, de un tipo completamente diferente. En el ámbito de esterilización hay vidrios rotos, ventanas cerradas con vendas, puertas que no cierran bien en la parte de autoclaves, y humedades y descacaramiento de las paredes por doquier.

En el sector de depósitos se pudo observar acumulación de verdaderos trastos en habitaciones sin ventanas, visitadas con frecuencia por roedores.


COMENTARIOS