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- 16.12.2014
Zaffaroni se despidió de la Corte en la Universidad de San Martín
Zaffaroni se despidió de la Corte en una fiesta popular en la Universidad de San Martín, regresa a la vida académica.
“Como lo manda la Constitución me voy de la Corte pero me voy para volver de dónde salí", dijo el jurista en el salón de la Universidad de San Martín, que lo tiene dentro del cuerpo docente.
El ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, se despidió del cargo de juez del máximo tribunal con una fiesta popular y abierta en la Universidad de San Martín, en la que aprovechó para ratificar que no se presentará a ningún cargo electivo y que continuará dedicándose a la docencia por toda Latinoamérica para formar los “cuadros jurídicos” que necesitan las luchas del presente.
“Ahora hay muchos que dudan de que yo no vaya a ser candidato y no lo voy a ser, pero lo dudan, y esta generosidad que han tenido ustedes esta noche les va a reforzar la duda. Pero no lo voy a ser por las mismas razones por las que no hice el más mínimo esfuerzo para quedarme en la Corte. La razón es simple: las funciones públicas son una herramienta y ya la Corte no era una herramienta”, explicó el crimonólogo ante un millar de personas.
Zaffaroni compartió su despedida de la Corte con militantes del Movimiento Evita, La Tupac, Nuevo Encuentro y activistas del derecho integrantes de asociaciones como Justicia Legítima y Abogados por la Justicia Social, entre otras.
También compartió su retiro del máximo tribunal con funcionarios como el vicepresidente Amado Boudou; el secretario de Justicia Julián Álvarez; las diputadas Diana Conti y Adela Segarra; las titulares de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto y de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; el juez español Baltazar Garzón y el periodista Víctor Hugo Morales, que condujo los tiempos del evento.
“Una diputación o la jefatura de Gobierno no son las herramientas idóneas para lo que quiero hacer -confesó el magistrado- pero no se ponga nadie triste porque no me voy, me quedo. Estos once años en la Corte me sirvieron para clarificar un poco más el objetivo: quiero contribuir para darle a nuestro pueblo fe en el Derecho, fe en las instituciones”.
El hombre que ya ha perdido la cuenta de los honoris causa recibidos en universidades, destacó entonces que “nuestros pueblos no tienen mucha fe en el Derecho, más bien se inclinan a creer que es un montón de mentiras con que las minorías privilegiadas encubren sus crímenes”.
“El Derecho no es eso, el Derecho es hoy un campo de confrontación entre un modelo de Estado y un modelo de sociedad. La opción del mundo actual es incluimos o excluimos; redistribuimos renta para achicar la desigualdad o no redistribuimos nada; queremos una sociedad menos desigual o fortalecemos la desigualdad. Esas son las polaridades en el mundo de hoy”.
“Esta confrontación es mundial -continuó- entre un capital mundial expoliador y un capital productivo razonable. Esa es la confrontación que estamos viviendo y la tenemos que jugar en el campo del Derecho, porque fuera del Derecho sólo queda la violencia y en la violencia quienes pierden son las clases desfavorecidas que son las que siempre ponen los muertos”.
En la fiesta se presentaron los folcloristas Liliana Herrero y Peteco Carabajal, junto al grupo de percusión “Metabombo”, con la participación del pianista y nieto recuperado, Ignacio Guido Urban Carlotto.
Entre número y número, se proyectaron tres videos que recorrían la figura, y la actualidad, de Zaffaroni. En el primer compilado de imágenes, el actor Arturo Bonín leyó la carta de renuncia al cargo que presentó el ministro a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, mientras que en los otros aparecían sus colaboradores, discípulos y comunicadores que compartieron con él algún segmento de su ya larga trayectoria en la Justicia.
“Hoy ya está claro que no es una fatalidad que el Derecho sea un instrumento de la clase hegemónica. No es una fatalidad y enfrente de esa pretensión estamos quienes queremos perfeccionar el Derecho y hacerlo el instrumento de reivindicación de los sectores desfavorecidos y de menor renta y hacerlo el instrumento de transformación de nuestras sociedades increíblemente desiguales que tenemos en la región”, recalcó.
En el remate de su discurso de media hora, parado frente a un sencillo atril con zapatillas y pantalones cargo, “Raúl” -como lo llaman todos en su entorno-, deseó: “espero que dentro de unos años esta fiesta sirva para festejar a miles de juristas del campo popular que le hayan dado a nuestro pueblo una nueva fe y confianza en el Derecho”.
“Como lo manda la Constitución me voy de la Corte pero me voy para volver de dónde salí", dijo el jurista en el salón de la Universidad de San Martín, que lo tiene dentro del cuerpo docente.
El ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, se despidió del cargo de juez del máximo tribunal con una fiesta popular y abierta en la Universidad de San Martín, en la que aprovechó para ratificar que no se presentará a ningún cargo electivo y que continuará dedicándose a la docencia por toda Latinoamérica para formar los “cuadros jurídicos” que necesitan las luchas del presente.
“Ahora hay muchos que dudan de que yo no vaya a ser candidato y no lo voy a ser, pero lo dudan, y esta generosidad que han tenido ustedes esta noche les va a reforzar la duda. Pero no lo voy a ser por las mismas razones por las que no hice el más mínimo esfuerzo para quedarme en la Corte. La razón es simple: las funciones públicas son una herramienta y ya la Corte no era una herramienta”, explicó el crimonólogo ante un millar de personas.
Zaffaroni compartió su despedida de la Corte con militantes del Movimiento Evita, La Tupac, Nuevo Encuentro y activistas del derecho integrantes de asociaciones como Justicia Legítima y Abogados por la Justicia Social, entre otras.
También compartió su retiro del máximo tribunal con funcionarios como el vicepresidente Amado Boudou; el secretario de Justicia Julián Álvarez; las diputadas Diana Conti y Adela Segarra; las titulares de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto y de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; el juez español Baltazar Garzón y el periodista Víctor Hugo Morales, que condujo los tiempos del evento.
“Una diputación o la jefatura de Gobierno no son las herramientas idóneas para lo que quiero hacer -confesó el magistrado- pero no se ponga nadie triste porque no me voy, me quedo. Estos once años en la Corte me sirvieron para clarificar un poco más el objetivo: quiero contribuir para darle a nuestro pueblo fe en el Derecho, fe en las instituciones”.
El hombre que ya ha perdido la cuenta de los honoris causa recibidos en universidades, destacó entonces que “nuestros pueblos no tienen mucha fe en el Derecho, más bien se inclinan a creer que es un montón de mentiras con que las minorías privilegiadas encubren sus crímenes”.
“El Derecho no es eso, el Derecho es hoy un campo de confrontación entre un modelo de Estado y un modelo de sociedad. La opción del mundo actual es incluimos o excluimos; redistribuimos renta para achicar la desigualdad o no redistribuimos nada; queremos una sociedad menos desigual o fortalecemos la desigualdad. Esas son las polaridades en el mundo de hoy”.
“Esta confrontación es mundial -continuó- entre un capital mundial expoliador y un capital productivo razonable. Esa es la confrontación que estamos viviendo y la tenemos que jugar en el campo del Derecho, porque fuera del Derecho sólo queda la violencia y en la violencia quienes pierden son las clases desfavorecidas que son las que siempre ponen los muertos”.
En la fiesta se presentaron los folcloristas Liliana Herrero y Peteco Carabajal, junto al grupo de percusión “Metabombo”, con la participación del pianista y nieto recuperado, Ignacio Guido Urban Carlotto.
Entre número y número, se proyectaron tres videos que recorrían la figura, y la actualidad, de Zaffaroni. En el primer compilado de imágenes, el actor Arturo Bonín leyó la carta de renuncia al cargo que presentó el ministro a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, mientras que en los otros aparecían sus colaboradores, discípulos y comunicadores que compartieron con él algún segmento de su ya larga trayectoria en la Justicia.
“Hoy ya está claro que no es una fatalidad que el Derecho sea un instrumento de la clase hegemónica. No es una fatalidad y enfrente de esa pretensión estamos quienes queremos perfeccionar el Derecho y hacerlo el instrumento de reivindicación de los sectores desfavorecidos y de menor renta y hacerlo el instrumento de transformación de nuestras sociedades increíblemente desiguales que tenemos en la región”, recalcó.
En el remate de su discurso de media hora, parado frente a un sencillo atril con zapatillas y pantalones cargo, “Raúl” -como lo llaman todos en su entorno-, deseó: “espero que dentro de unos años esta fiesta sirva para festejar a miles de juristas del campo popular que le hayan dado a nuestro pueblo una nueva fe y confianza en el Derecho”.
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