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- 24.06.2013
Teatro San Martín: artistas temen por su futuro
Las cancelaciones de programación en el Teatro San Martín, el alquiler de sus instalaciones a particulares y el desmantelamiento de sus talleres técnicos hacen temer a actores y a otras personas por la completa privatización de esta institución.
“Me pregunto por qué el Gobierno de la Ciudad proyecta gastar más de 55 millones de pesos en el acondicionamiento del espacio donde se desarrollará el festival Rock in Rio, que es organizado por empresas privadas y, en su lugar, no destina ese dinero a financiar la programación del Teatro San Martín”, apuntó Alejandra Darín, presidenta de la Asociación Argentina de Actores.
La actriz añadió que “si esos millones están disponibles para un festival de tal magnitud, no entiendo por qué se alquilan las salas del San Martín para realizar eventos privados, con el argumento de obtener recursos”.
Para Darín, “la cultura pública es responsabilidad de todos; todos somos parte de la cultura. Por eso estoy en contra de las políticas culturales que dejan afuera a muchos”, al contrario del parecer macrista.
El alerta parte de un sinfín de actividades extra artísticas que comenzaron en 2010 con el cumpleaños de un excéntrico magnate, que “alquiló” tres salas del edificio, con función de ballet incluida, al que se agregó el mes pasado un congreso internacional de abogacía, durante el que el ingeniero Mauricio Macri leyó un documento de fuerte tono político-mediático.
Otra anomalía sucedió días después, cuando los espectadores se enteraron, a minutos de alzarse el telón, que una función del Ballet Contemporáneo del Teatro quedaba suspendida por lo que después se supo era la falta de agua caliente en los camarines, dado lo vetusto de las calderas, detalle que en pleno mes de junio no es menor.
Hace tres años, al cumplirse medio siglo de la inauguración del Teatro, la jefatura de gobierno porteño, con el ministro de Cultura Hernán Lombardi a la cabeza, citó a la prensa para anunciar sustanciales mejoras en el inmueble, que iban a estar en manos de Mario Roberto Alvarez, el arquitecto que creó el San Martín en la década de 1950 y que aún vivía.
Muchos manifestaron temor de que el San Martín se convirtiera en un nuevo Teatro Colón, cuya operación Master Plan se prolongó varios años con la sala cerrada: los trabajos comenzaron bajo la administración de Jorge Telerman y finalizaron con Macri, en 2010.
En un acto masivo de la Asociación Argentina de Actores, que cortó la avenida Corrientes frente al complejo, el director Agustín Alezzo señaló enfáticamente que es “vergonzoso e intolerable” que el San Martín se use para otros menesteres y advirtió sobre su posible privatización.
Habló de un proceso de “destrucción” de bienes y recursos del teatro, cuyas obras son coproducidas con empresas privadas, además de que sus talleres de escenografía y vestuario están prácticamente inactivos porque esos elementos se compran fuera de ese ámbito y muchos artesanos con años de antigüedad han sido tentados con “retiros voluntarios”.
“El San Martín contaba con equipos de trabajo y técnicos excepcionales que van siendo destruidos. Maquinarias, utilería, sastrería, luminotecnia y otros rubros; todo va deteriorándose en forma alarmante sin que se haga nada para detener ese proceso”, aseguró el director y maestro de actores.
En declaraciones recientes, el actor Roberto Carnaghi manisfestó su “bronca” por la política del gobierno macrista en el San Martín, donde actuó a lo largo de décadas en distintas puestas, y aseguró: “No tengo dudas que lo quieren privatizar definitivamente”.
Y remató: “Mauricio Macri quiere ser presidente, sin el menor de los proyectos; si el Teatro San Martín es un ejemplo del proyecto de país que quiere llevar a cabo, realmente estamos en el horno”.
“Me pregunto por qué el Gobierno de la Ciudad proyecta gastar más de 55 millones de pesos en el acondicionamiento del espacio donde se desarrollará el festival Rock in Rio, que es organizado por empresas privadas y, en su lugar, no destina ese dinero a financiar la programación del Teatro San Martín”, apuntó Alejandra Darín, presidenta de la Asociación Argentina de Actores.
La actriz añadió que “si esos millones están disponibles para un festival de tal magnitud, no entiendo por qué se alquilan las salas del San Martín para realizar eventos privados, con el argumento de obtener recursos”.
Para Darín, “la cultura pública es responsabilidad de todos; todos somos parte de la cultura. Por eso estoy en contra de las políticas culturales que dejan afuera a muchos”, al contrario del parecer macrista.
El alerta parte de un sinfín de actividades extra artísticas que comenzaron en 2010 con el cumpleaños de un excéntrico magnate, que “alquiló” tres salas del edificio, con función de ballet incluida, al que se agregó el mes pasado un congreso internacional de abogacía, durante el que el ingeniero Mauricio Macri leyó un documento de fuerte tono político-mediático.
Otra anomalía sucedió días después, cuando los espectadores se enteraron, a minutos de alzarse el telón, que una función del Ballet Contemporáneo del Teatro quedaba suspendida por lo que después se supo era la falta de agua caliente en los camarines, dado lo vetusto de las calderas, detalle que en pleno mes de junio no es menor.
Hace tres años, al cumplirse medio siglo de la inauguración del Teatro, la jefatura de gobierno porteño, con el ministro de Cultura Hernán Lombardi a la cabeza, citó a la prensa para anunciar sustanciales mejoras en el inmueble, que iban a estar en manos de Mario Roberto Alvarez, el arquitecto que creó el San Martín en la década de 1950 y que aún vivía.
Muchos manifestaron temor de que el San Martín se convirtiera en un nuevo Teatro Colón, cuya operación Master Plan se prolongó varios años con la sala cerrada: los trabajos comenzaron bajo la administración de Jorge Telerman y finalizaron con Macri, en 2010.
En un acto masivo de la Asociación Argentina de Actores, que cortó la avenida Corrientes frente al complejo, el director Agustín Alezzo señaló enfáticamente que es “vergonzoso e intolerable” que el San Martín se use para otros menesteres y advirtió sobre su posible privatización.
Habló de un proceso de “destrucción” de bienes y recursos del teatro, cuyas obras son coproducidas con empresas privadas, además de que sus talleres de escenografía y vestuario están prácticamente inactivos porque esos elementos se compran fuera de ese ámbito y muchos artesanos con años de antigüedad han sido tentados con “retiros voluntarios”.
“El San Martín contaba con equipos de trabajo y técnicos excepcionales que van siendo destruidos. Maquinarias, utilería, sastrería, luminotecnia y otros rubros; todo va deteriorándose en forma alarmante sin que se haga nada para detener ese proceso”, aseguró el director y maestro de actores.
En declaraciones recientes, el actor Roberto Carnaghi manisfestó su “bronca” por la política del gobierno macrista en el San Martín, donde actuó a lo largo de décadas en distintas puestas, y aseguró: “No tengo dudas que lo quieren privatizar definitivamente”.
Y remató: “Mauricio Macri quiere ser presidente, sin el menor de los proyectos; si el Teatro San Martín es un ejemplo del proyecto de país que quiere llevar a cabo, realmente estamos en el horno”.
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