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- 13.06.2014
“La hora americana”, la mayor muestra de arte americanista que realiza el Bellas Artes
"La hora americana", "el arte de los que no bajaron de los barcos" según el curador Alberto Petrina, da título a una inédita muestra en la tradición del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA): 120 obras de temática andina realizadas por artistas clave como Berni, Spilimbergo o Badii que reconstruyen el pensamiento americanista entre 1910 y 1950.
Hasta el 12 de agosto pueden verse, con entrada libre y gratuita en Libertador 1473, la "Eva Perón-arquetipo-símbolo", de Vitullo Sesotris, el mural que Alfredo Guido realizó sobre el Titicaca y alrededores, mucho antes que un Siqueiros; pasando por "La Venus calchaquí" de Bernardo González Arrili hasta "El curandero Zapana" de Francisco Ramoneda, el recordado `pintor de la Quebrada`.
La muestra cocurada por Roberto Amigo "es una reivindicación histórica, cultural y política de un mundo vilipendiado con una profunda amnesia de lo americano, una rara avis en la tradición del museo que por primera vez realiza una exposición de tal envergadura de las corrientes americanista, indigenista y nativista", señaló Petrina.
Pompeyo Boggio, José Malanca o José Antonio Terry... la exposición implicó un gran esfuerzo de rastreo, producción y montaje que se logró con préstamos privados y de unos 20 museos de todo el país, como los porteños Sívori, Fernández Blanco y Quinquela Martín; el Castagnino de Rosario; los jujeños Ramoneda, de Humahuaca, Pantoja y Terry, de Tilcara; el Udaondo de Luján.
Se trata de "una muestra liminal que incluye aquello que fue dejado de lado durante décadas", aseguró Petrina, entre otros el cuadro `Cruz Velacuy-Cuzco` del peruano José Sabogar, adquirido por el MNBA en 1928 y guardado por años en sus sótanos.
Para Petrina, "`La hora americana` no casualmente llega en estos tiempos que viven el país y la región, un tiempo americano que reconoce lo prehispánico con la mirada instalada en el presente y el futuro".
En el salón de exposiciones temporarias se hilvanan la influencia de Eurindia de Ricardo Rojas, el imaginario incaico y la pintura nativista con los artistas andinos en Buenos Aires, el inicio de las escuelas provinciales, el costumbrismo de los años 30 y 40, el viaje de los artistas modernos, su redescubrimiento de la cultura andina y los artistas de las expediciones arqueológicas.
"Aquí se ve muy claramente el trabajo colectivo", remarcó Amigo sobre la exposición que abre con los violáceos y metalizados de un traje de lino que Luis Diego Pedreira realizó en 1939 para la actriz Luisa Vehil, un preludio de los alcances de la corriente americanista que superó ampliamente las artes plásticas.
La arquitectura, por ejemplo, "fue un elemento importante, al profundizar la corriente neocolonial que se animó a mirar el pasado más allá de Europa y llegar hasta los indios, una mirada casi arqueológica en un país hispanófilo colonial ", añadió Petrina, señalando el "El mausoleo americano" o el "Monumento de Humahuaca" de Héctor Greslebin.
Así, un documental de 20 minutos sobre la ritualidad y costumbres de Iruya, una apacible panorámica de los valles calchaquíes pintada por Homberg o la extraña chola desnuda de Guido, un mestizaje excepcional que realza el desnudo humillante para las comunidades indígenas, se entrecruza con obras de Gertrudis Chale, Raquel Forner, Ernesto Soto Avendaño, Atilio Terragni, Miguel Viladrich o Wifredo Viladrich.
El recorrido que cierra con la escultura que en 1953 realizó Sesotris, en palabras de Petrina "altar sacrificial de Eva, la que abre y cierra caminos", "símbolo de la liberación de los pueblos que en su momento el peronismo no supo entender" para Amigo, se completa con obras de Jorge Bermúdez, Cesáreo Bernaldo de Quirós y Fernández Mar.
A las que se suman producciones de Alfredo Gramajo Gutiérrez, Cecilio Guzmán Rojas, Juan Carlos Iramain, Ernesto Lanziutto, Leonie Matthis, Medardo Pantoja, Luis Perlotti, Francisco Ramoneda y Raúl Rosarivo.
La muestra que cuenta con el apoyo de la Asociación Amigos del MNBA y la Cámara Argentina de Comercio podrá visitarse de martes a viernes, de 11.30 a 19.30 hs, y sábados, domingos y feriados de 9.30 a 20.30 hs.
Hasta el 12 de agosto pueden verse, con entrada libre y gratuita en Libertador 1473, la "Eva Perón-arquetipo-símbolo", de Vitullo Sesotris, el mural que Alfredo Guido realizó sobre el Titicaca y alrededores, mucho antes que un Siqueiros; pasando por "La Venus calchaquí" de Bernardo González Arrili hasta "El curandero Zapana" de Francisco Ramoneda, el recordado `pintor de la Quebrada`.
La muestra cocurada por Roberto Amigo "es una reivindicación histórica, cultural y política de un mundo vilipendiado con una profunda amnesia de lo americano, una rara avis en la tradición del museo que por primera vez realiza una exposición de tal envergadura de las corrientes americanista, indigenista y nativista", señaló Petrina.
Pompeyo Boggio, José Malanca o José Antonio Terry... la exposición implicó un gran esfuerzo de rastreo, producción y montaje que se logró con préstamos privados y de unos 20 museos de todo el país, como los porteños Sívori, Fernández Blanco y Quinquela Martín; el Castagnino de Rosario; los jujeños Ramoneda, de Humahuaca, Pantoja y Terry, de Tilcara; el Udaondo de Luján.
Se trata de "una muestra liminal que incluye aquello que fue dejado de lado durante décadas", aseguró Petrina, entre otros el cuadro `Cruz Velacuy-Cuzco` del peruano José Sabogar, adquirido por el MNBA en 1928 y guardado por años en sus sótanos.
Para Petrina, "`La hora americana` no casualmente llega en estos tiempos que viven el país y la región, un tiempo americano que reconoce lo prehispánico con la mirada instalada en el presente y el futuro".
En el salón de exposiciones temporarias se hilvanan la influencia de Eurindia de Ricardo Rojas, el imaginario incaico y la pintura nativista con los artistas andinos en Buenos Aires, el inicio de las escuelas provinciales, el costumbrismo de los años 30 y 40, el viaje de los artistas modernos, su redescubrimiento de la cultura andina y los artistas de las expediciones arqueológicas.
"Aquí se ve muy claramente el trabajo colectivo", remarcó Amigo sobre la exposición que abre con los violáceos y metalizados de un traje de lino que Luis Diego Pedreira realizó en 1939 para la actriz Luisa Vehil, un preludio de los alcances de la corriente americanista que superó ampliamente las artes plásticas.
La arquitectura, por ejemplo, "fue un elemento importante, al profundizar la corriente neocolonial que se animó a mirar el pasado más allá de Europa y llegar hasta los indios, una mirada casi arqueológica en un país hispanófilo colonial ", añadió Petrina, señalando el "El mausoleo americano" o el "Monumento de Humahuaca" de Héctor Greslebin.
Así, un documental de 20 minutos sobre la ritualidad y costumbres de Iruya, una apacible panorámica de los valles calchaquíes pintada por Homberg o la extraña chola desnuda de Guido, un mestizaje excepcional que realza el desnudo humillante para las comunidades indígenas, se entrecruza con obras de Gertrudis Chale, Raquel Forner, Ernesto Soto Avendaño, Atilio Terragni, Miguel Viladrich o Wifredo Viladrich.
El recorrido que cierra con la escultura que en 1953 realizó Sesotris, en palabras de Petrina "altar sacrificial de Eva, la que abre y cierra caminos", "símbolo de la liberación de los pueblos que en su momento el peronismo no supo entender" para Amigo, se completa con obras de Jorge Bermúdez, Cesáreo Bernaldo de Quirós y Fernández Mar.
A las que se suman producciones de Alfredo Gramajo Gutiérrez, Cecilio Guzmán Rojas, Juan Carlos Iramain, Ernesto Lanziutto, Leonie Matthis, Medardo Pantoja, Luis Perlotti, Francisco Ramoneda y Raúl Rosarivo.
La muestra que cuenta con el apoyo de la Asociación Amigos del MNBA y la Cámara Argentina de Comercio podrá visitarse de martes a viernes, de 11.30 a 19.30 hs, y sábados, domingos y feriados de 9.30 a 20.30 hs.
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