Zapatero, a tus internas

A veces pensar de más complica la cosas.

El domingo que viene se realizarán las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) de la Ciudad de Buenos Aires. Estas PASO serán altamente competitivas e interesantes, ya que los y las votantes podrán optar por diferentes precandidatos tanto en el PRO como en el FPV y el “UNEN resiliente” de ECO. (Ni el massista Frente Renovador ni la izquierda presentan pluralidad de candidatos.)

El grado de incertidumbre va de menor a mayor: no cabe duda de que Martín Lousteau le ganará su interna a Graciela Ocaña, que está hoy muy lejos de sus épocas de mayor prestigio y conocimiento; no es muy probable que Mariano Recalde pierda la interna del FPV dada su subida en las encuestas desde que anunció su candidatura; por último queda el “plato fuerte” del día, la competencia entre Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti. Esta elección del PRO concita un natural interés porque, primero, introduce un factor de competencia en un partido que hasta ahora se presentaba como completamente subordinado al proyecto presidencial de Mauricio Macri, y, segundo, porque es probable de que del ganador o ganadora de esta elección interna salga el próximo jefe de gobierno de la CABA.

Frente a esta situación, ha circulado por ahí un cierto discurso de los votantes del FPV llamando a hacer un voto estratégico en las internas del PRO. Según esta idea, sería estratégico votar a Gabriela Michetti contra Horacio Rodríguez Larreta el domingo ya que, dado que Mauricio Macri ha apoyado decididamente a Rodríguez Larreta, una victoria de Michetti equivaldría a una derrota de Macri que lo perjudicaría de cara a las elecciones presidenciales.

Este razonamiento resulta a mi juicio equivocado por varia razones. De seguirlo, el eventual votante del FPV que decide votar en las PASO del PRO y no en las de su partido estaría, no ya perjudicando a Macri, sino a sus propios candidatos.

La primera razón tiene que ver con el diseño de las PASO: al ser simultáneas y obligatorias, éstas no son estrictamente internas sino más bien algo así como una elección de primera vuelta. En esta elección no es sólo importante que el precandidato “de uno” (para el FPV, supongamos que el votante típico del FPV prefiere a Recalde) le gane a los otros precandidatos, sino que el propio partido como fuerza obtenga una cantidad de votos totales que sea competitiva en relación a los otros partidos. En el caso de FPV porteño no es sólo importante que tal o cual precandidato gane, sino que el FPV como partido saque un total de votos que lo posicione por encima de ECO y Martín Lousteau. Cada voto propio que migre hacia la interna de PRO es un voto menos para que el FPV salga segundo en la ciudad. Igualmente, mal harían los votantes de Lousteau en votar en la interna del PRO aunque no esté puesta en duda la victoria interna del ex-ministro de Economía. Es conocido que en Argentina una parte de los votantes migra “al ganador” o al “voto útil” entre las PASO y las generales, por lo que salir segundo es importante.

Justamente por el hecho de que la PASO funcionan simbólicamente, si no legalmente, como elecciones de primera ronda es que al PRO le conviene rotundamente que vote, digamos, el 60% de los electores de la CABA en sus internas. Esta imagen de invencibilidad le ayudará a llegar (aún más) fortalecido a las elecciones generales.

La segunda razón es más sustancial y tiene que ver con el hecho de que Mauricio Macri no saldrá perdedor de cara a la sociedad no sólo porteña sino Argentina en ningún escenario. Si gana Rodríguez Larreta, espléndido. Si gana Michetti, Mauricio Macri igual se sacará el domingo a la noche una foto, que será repetida hasta el infinito, abrazado a la gran ganadora de la noche. Rodríguez Larreta y Michetti aparecieron como disputándose el favor de Macri en estas elecciones y lo apoyarán para las presidenciales; cualquier rencor interno que quede en pie explotará en todo caso luego de las elecciones presidenciales. El grueso de los votantes no sigue la política en tanto detalle.

Es más, esta internas le permiten al PRO generar expectativas de nuevos liderazgos, institucionalización interna y transformación de “una ONG”, como decían sus detractores, en un verdadero partido, con vida y competencia interna. Tampoco es esperable que Michetti rompa con Macri, ya que necesitará de la estructura del PRO para, eventualmente, gobernar. No hay aquí pérdida para Macri, quien además debe dejar el sillón de Bolívar 1 sí o sí.

En concreto: en estas PASO lo aconsejable es que el y la votante entre al cuarto oscuro y vote con sinceridad por el candidato o candidata que más le guste como eventual gobernador de la ciudad. A veces pensar de más complica la cosas.


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